RT 11

 

Capítulo 11: Eventos pasados.

Son madre e hijo, ¿qué razones necesitan para reunirse?

 

—No me llevará mucho tiempo secarme el pelo y ponerme la ropa. — dijo Lu Zhui.

 

Xiao Lan lo miró fijamente durante un tiempo.

 

La nariz de Lu Zhui estaba roja.

 

—Vístete.

 

Lu Zhui:

—…

 

—Pensé que ibas a salir.

 

—Hace frío afuera —dijo Xiao Lan.

 

Lu Zhui quería decir algo más, pero hacía más frío en el agua.

 

Xiao Lan frunció el ceño y se puso un poco impaciente.

—No eres una doncella. Me temo que nadie quiere verte. Además, no es que no te haya visto antes. ¿quieres perder el tiempo o estás tratando de hacer algún truco?

 

—¿Cuándo me has visto bañarme?

 

—Hace muchos años, en la tumba de Mingyue, estabas medio muerto. Te llevé a Yongquan para curar tus heridas.

 

Lu Zhui estaba más desconcertado.

—Pero después de que me desperté, era el anciano calvo Wang quien estaba junto a mi cama. Dijo que me salvó y luego me chantajeó con diez taels de plata.

 

—Créelo o no.

 

Lu Zhui pensó durante un tiempo y sintió que la persona frente a él todavía era más confiable que el anciano Wang, y sería una buena idea creerlo.

 

Xiao Lan todavía no tenía intención de irse.

 

El agua del baño estaba completamente fría. Lu Zhui suspiró en su corazón, extendió la mano y tiró de la toalla de tela de nuevo. Se puso de pie y la envolvió alrededor de su cintura. Tenía varias cicatrices obvias en la espalda blanca, como si tuvieran un año.

 

—Parece que has ofendido a mucha gente.

 

—Mn.

 

Lu Zhui se cambió de ropa detrás de la pantalla y se sirvió una taza de té caliente. Se sentó frente a él con la taza en las manos y con un rastro de humedad en el cabello.

 

—¿Dónde quedamos hace un momento?

 

Lu Zhui bebió cuidadosamente un sorbo de té caliente y dijo:

—¿Por qué estás dispuesto a acompañar a Ah Liu y quedarte en la mansión Li?

 

—Fue mi tía la que me pidió que me quedara allí.

 

—¿La tía Fantasma? —Lu Zhui frunció el ceño— ¿también sabe lo que pasó en esos años?

 

—Durante tantos años, mi tía ha estado buscando a Fei Ling por todas partes. —Xiao Lan dijo— pero solo preguntó sobre el paradero de Chang Jiusi y no mencionó a Li Yin, como si no estuviera al tanto.

 

—Deja este asunto a un lado por el momento —dijo Lu Zui. —Hay una cosa que quiero saber, ¿puedo preguntar?

 

—¿Qué quieres preguntarme? ¿por qué mi madre me envió a la tumba Mingyue?

 

Lu Zhui asintió.

 

—Mi memoria comenzó cuando tenía cinco años. En ese momento, mi madre y yo vivíamos en el acantilado Wunian y me excluyeron en todas partes. No vivía una buena vida.

 

—La familia Xiao fue repentinamente golpeada por un desastre, la dama Tao estaba sola contigo, de hecho, sólo les quedaba ir al acantilado Wunian —Lu Zui dijo—, pero de acuerdo con lo que dijo Chang Jiushi, la dama Tao era la discípula mayor de Wunian y el maestro de la secta también transfirió gente para vivir con ella en la ciudad Hiushuang durante mucho tiempo. Debería tener un gran estatus, ¿por qué estaban excluidos de los demás?

 

—Yo tampoco podía entenderlo, y le pregunté a mi madre, quien me dijo que por su culpa habían muerto muchos discípulos. Ahora que lo pienso, debe referirse a aquella noche en que Li Yin dirigió un ataque contra la antigua casa de la familia Xiao —Xiao Lan hizo una pausa y añadió—. Quizás también esté relacionado con la linterna de loto roja.

 

No lo explicó, pero Lu Zhui también pudo deducir algo. No había necesidad de mentir sobre la muerte de Chang Jiushi. Según la acusación de Fei Ling al borde del colapso, la razón por la que Tao Yu’er se casó con Xiao Yuntao fue probablemente para obtener la linterna de loto rojo de la familia Xiao, no la relación que debía existir en un par de amantes. En ese momento, solo Tao Xin, el líder del acantilado Wunian, era el único que podía comandar todo esto a sus espaldas.

 

La verdad, si ese es el caso, no sorprende que cuando Tao Yu'er fracasó en su misión y los discípulos de la secta murieran en vano, sería tratada con frialdad por todos.

 

—Cuando tenía seis años, la abuela de Tao Xin murió. Después de que mi madre supiera que el nuevo líder de la secta le sucedería, nunca tendríamos un lugar para nosotros en el acantilado Wunian, así que me llevó montaña abajo. Pero lo que, en realidad, el nuevo líder de secta quería no era solo que nos marcháramos, sino también nuestras vidas.

 

—No es de extrañar que cuando la dama Tao llegó por primera vez a la tumba Mingyue, estaba cubierta de heridas —comentó Lu Zhui.

 

—En ese momento, mi madre y yo fuimos perseguidos a una situación desesperada, y resultó que fuimos rescatados por la tía Fantasma que salió a buscar a su hija —dijo Xiao Lan— Más tarde, nos llevó a la tumba Mingyue.

 

Lu Zhui está pensando en algo.

 

Dado que Fei Ling estaba encantada con Xiao Yuntao, tenía sentido que la tía Fantasma mantuviera a Xiao Lan de su lado. Después de todo, él era la única persona que todavía estaba relacionada con la familia Xiao en ese momento. No importaba si Fei Ling amaba u odiaba a Xiao Lan, siempre había un rayo de esperanza.

 

—Yo era joven y nadie me habló del enredo de Fei Ling con la familia Xiao, sólo sabía que se había convertido en un monstruo por el amor de un hombre. Cuando crecí y salí de la tumba Mingyue para pasear por el Jianghu, escuché vagamente algunas de las cosas que ocurrieron ese año —dijo Xiao Lan.

 

—¿Qué pasó con la dama Tao? ¿Cuándo dejó la tumba Mingyue? —Lu Zhui preguntó.

 

—Aproximadamente un año después, mi madre se fue.

 

Lu Zhui le entregó una taza de té.

 

Xiao Lan no respondió, sino que solo miró fijamente la hoja de té flotando arriba y abajo en la taza, como si estuviera pensando en algo.

 

—¿Dónde está el gnomo que siempre está a su lado? —el segundo jefe Lu volvió a preguntar.

 

—Regresó.

 

—¿Regresó a la tumba Mingyue? —Lu Zhui frunció el ceño.

 

Xiao Lan asintió.

 

—Ya que descubrió el paradero Fei Ling, naturalmente tiene que informarle a la tía Fantasma.

 

—Pero Fei Ling ha estado encerrada en la antigua casa de la familia Xiao durante muchos años —Lu Zhui dijo— si la tía Fantasma sabe de esto, probablemente adivinará la verdad y entonces ¿cómo vas a lidiar con esto?

 

—¿Cuál es la verdad? —Xiao Lan preguntó.

 

—La persona que atrapó a Fei Ling es la dama Tao.

 

—No hay evidencia de esto.

 

Lu Zhui suspiró.

—Deberías conocer a la tía Fantasma mejor que yo. Ella nunca quiere evidencias para nada, sin mencionar que este asunto está relacionado con su hija que ha estado buscando durante tantos años. Me temo que será peligroso si vuelves a la tumba Mingyue ahora.

 

—No volveré por el momento. Además, me tomará un tiempo viajar desde la ciudad Huishuang hasta la tumba Mingyue —dijo Xiao Lan— lo único que quiero hacer ahora es usar este tiempo para investigar a Li Yin. ¿Por qué de repente encontró a Fei Ling en esos años y quién lo ayudó en secreto a vengar a mi familia Xiao?

 

Lu Zhui asintió.

—Eso está bien.


El té de la taza estaba frío, y Xiao Lan echó la cabeza hacia atrás y lo bebió.

 

—No lo he dicho hace un momento. ¿Por qué la tía Fantasma te envió a quedarte en la mansión Li? —preguntó Lu Zhui.

 

—Ella dijo que, si empezaba desde la mansión Li, podría encontrar el paradero de la linterna de loto rojo. —Xiao Lan dijo— me temo que esas sectas malvadas de la ciudad también están aquí por esa razón.

 

—No es de extrañar —Lu Zui se inclinó en el respaldo de la silla—¿Alguna vez te ha dicho la tía Fantasma para qué sirve la linterna de loto rojo?

 

Xiao Lan levantó las cejas y dijo:

—¿Estás tratando de ser condescendiente conmigo?

 

—¿Cómo puedes llamarlo «condescendiente» cuando te hago una pregunta tan abierta y sincera? —Lu Zhui refutó.

 

—No lo sé.

 

—Oh.

 

«Si no lo sabes, ¿por qué me has perseguido por todo el mundo?»

 

Después de un momento, Xiao Lan volvió a preguntar:

—¿Hay alguna pista sobre el paradero de Ah Liu?

 

—No —Lu Zhui suspiró.

 

«Envié muchos subordinados en su búsqueda, pero no hemos escuchado ninguna noticia. No me quiero imaginar que la dama Tao creó otra formación para encerrarlo y no pueda salir por meses. Me duele la cabeza cuando lo pienso.»

 

***

 

En un pequeño patio en la montaña Qingcang, Ah Liu terminó de lavar los platos en la cocina, puso el pastel en el plato y se lo dio al cojo Li. Luego se puso en cuclillas en una esquina del patio y olfateando.

 

«Frío.»

 

«Un frío muy intenso.»

 

«Pensé que me había secuestrado para hacer algo, pero resultó que era pasa ser un criado.»

 

Ah Liu sopló aire cálido en las palmas de sus manos.

 

Cuando otras personas fueron secuestradas mientras vagaban en el Jianghu, por lo general era para secretos increíbles, grandes tesoros y pergaminos secretos. Él era el único que fue capturado para lavar platos y si pudiera salir en el futuro, ni siquiera podría alardear de ello.

 

«Cuanto más lo pienso, más infeliz me siento.»

 

El cojo Li salió y dijo:

—La señora quiere que entres.

 

Ah Liu preguntó con cuidado:

—¿Quiere golpearme?

 

El viejo cojo Li lo miró de reojo.

—Si realmente quieres que te golpeen, puedo cumplirte ese deseo.

 

«Entonces es mejor no hacerlo.»

 

Ah Liu hizo un gesto de nerviosismo y se rio secamente, frotándose las manos mientras entraba trotando en casa.

 

Tao Yu’er estaba cosiendo una prenda de vestir.

 

Ah Liu elogió hipócritamente:

—Es realmente ingenioso.

 

Tao Yu’er no miró hacia arriba, pero solo preguntó:

—¿Cuál es tu relación con Xiao Lan?

 

—Prometió ayudarme a encontrar a mi padre —Ah Liu respondió.

 

—¿Prometió ayudarte a encontrar a tu padre? —Tao Yu’er frunció el ceño— ¿Qué tiene que ver con él?

 

—Es una larga historia.

 

Tao Yu’er no estaba contento.

—Entonces elige los puntos clave.

 

Ah Liu pensó durante un tiempo y dijo:

—El punto es que quiere ayudarme a encontrar a mi padre.

 

Tao Yu’er:

—…

 

Ah Liu:

—…

 

Según el temperamento anterior de Tao Yu’er, si conocía a una persona así, que no podía hablar con claridad, prácticamente lo torturaría. Con tan solo mirar a este ser detestable, le habría dado un golpe con la palma de su mano, mandándolo a volar hacia el inframundo. Pero esta vez, sentía que, durante tantos días esta persona ha estado comiendo y viviendo con Xiao Lan en la mansión Li. En caso de que sea un amigo, ¿por qué su hijo iba hacerse amigo de semejante imbécil?

 

Tao Yu’er extendió la mano, se frotó las sienes y dijo pacientemente:

—¿Lan’er conoce a tu padre?

 

Ah Liu solo dijo:

—Mn.

 

—¿Cómo se llama tu padre?

 

—Mi padre tiene una tienda en el campo, no es un hombre del Jianghu.

 

Tao Yu’er tuvo dolor de cabeza cuando escuchó las palabras.

 

«¿Por qué eres tan entrometido? Perdió a un padre en el campo. ¿Qué tienes que ver con él? ¿por qué tienes que ayudarle?»

 

—¿Usted conoce al señor Xiao?

 

Tao Yuer dijo a la ligera:

—Él es mi hijo.

 

Ah Liu se sorprendió un poco cuando escuchó las palabras. Después de todo, cuando los dos estaban charlando antes, Xiao Lan dijo una vez que sus padres habían muerto. En este momento, una supuesta madre apareció de repente, vistiendo una lujosa falda con patrones dorados, decorando se cabello azabache con perlas y piedras de ónix. Luciendo sus uñas tan afiladas como un cuchillo y era capaz de ir y venir a su antojo entre el reino de la ilusión y el de la realidad. Sus habilidades en las artes marciales eran altas, sus labios eran rojos como la sangre. ¡Daba mucho miedo!... Cuanto más lo pensaba... más se parecía... Sí a ese... ese sujeto...

 

—¿Por qué estás temblando? —preguntó Tao Yu’er.

 

Los dientes de Ah Liu temblaban:

—No es nada.

 

—¿Lan'er te habló de mí? —preguntó Tao Yu’er.

 

—No, no. —Ah Liu se apresuró a negarlo.

«Solo un tonto mencionaría en esta coyuntura que tu hijo dijo una vez que estabas muerto, eso seguramente resultaría en una violenta paliza.»

 

Tao Yu’er tenía dudas en sus ojos.

 

Ah Liu cambió el tema.

—¿Cuándo va a ver la señora al señor Xiao?

 

Tao Yuer negó con la cabeza.

—No hay razón para vernos.

 

Ah Liu estaba perplejo.

—Son madre e hijo, ¿qué más razón necesitáis para encontrarse?

 

Tao Yuer se sorprendió cuando escuchó estas palabras, bajó la cabeza y siguió cosiendo y preguntó:

—Si padre está perdido, ¿dónde está tu madre?

 

Ah Liu estaba deprimido.

—No tengo madre, pero cuando mi padre se case, tendré una madre.

 

Tao Yuer sonrió y dijo:

—Si tu padre, que dirige una tienda de comestibles en el campo, tiene una rica formación familiar, debería poder conseguirte una madre sencilla y honrada que pueda dar a luz y trabajar la tierra.

 

—Yo también lo creo —Ah Liu dijo felizmente.

 

***

 

En la ciudad Huishuang, Xiao Lan estornudó por el frío.

 

Lu Zhui también estornudó con él.

 

Lin Wei se sentó a un lado y dijo confundido:

—¿Por qué todos habéis cogido un resfriado al mismo tiempo?