TFGL 9

 

Capítulo 9: Voy a conocer a ese nuevo prefecto.

El hombre apuesto se desmorona.

 

 Sin embargo, a Wen Liunian obviamente no se preocupó por lo que pensara Zhao Yue y continuó organizando a los editores para que grabaran y reprodujeran las planchas como de costumbre e incluso el pintor Cao dibujó un ‘mapa de los cien inmortales’ tan grande como una piedra de molino, con nubes, niebla y olas, como regalo con el libro. Zhao Yue estaba en el centro, vestido con una armadura dorada, rodeado por un halo de luz dorada que podría cegarle a cualquiera.

 

Tan pronto como se dio a conocer la noticia, la gente estaba tan emocionada que llegaron a hacer fila desde primera hora de la mañana, temiendo no poder recibir su libro si llegaban tarde. Los discípulos de la Fortaleza Teng Yun y los sirvientes de yamen ayudaron a mantener el orden. La escena era extremadamente animada y con todo el mundo tan feliz como si fuera Año Nuevo.

 

"Que no cunda el pánico entre todos", dijo el Lord Mu, que estaba a cargo de la distribución, "Hagan fila, todos tienen… Tía Wang, ya ha hecho cola dos o tres veces, esta vez no puede obtener otro."

 

Shang Yunze se inclinó hacia un lado con su espada en los brazos, actuando voluntariamente como escolta.

 

"¡Su Excelencia está aquí!" Algunas personas lo vieron con ojos agudos.

 

Cuando Wen Liunian salió del yamen, se sintió bastante aliviado al ver la cola interminable.

 

"¿Habrá un próximo libro, Mi Lord?" Algunas personas preguntaron en voz alta.

 

"Si a todos les gusta, obviamente habrá otro libro", Wen Liunian dijo de buena gana: "Tal vez podría haber un libro cada tres o cuatro meses."

 

Hubo un aplauso atronador.

 

¡Esto es bueno!

 

"¿Saldrá un libro cada tres o cuatro meses?" Entre las personas que hacían cola estaban los pequeños espías del acantilado Chaomu. Obviamente Zhao Yue se enteró muy rápido de esto, por lo que se le marcaron las venas en sus sienes.

 

"Sí", dijo el espía: "Las personas que se encontraban en el lugar estaban animadas y felices. Había abuelas y tías discutiendo. Decían que, si tuvieran veinte o treinta años menos, habrían muerto por casarse con el Gran Jefe.”

 

Lu Zhui no pudo evitar reírse a carcajadas.

 

Zhao Yue: “……”

 

"En realidad, la escritura no es mala", Lu Zhui hojeó el libro, "Es muy sabio y acertado, y también usa muchas alusiones."

 

"Y el retrato", El espía era un joven de dieciséis o diecisiete años, que estaba muy agraviado cuando sacó el retrato de sus brazos, "Me costó mucho salir de ese lugar. Un hombre fuerte me lo quiso vender a un precio muy alto. Como no podía comprarlo, lo robé. Aquel hombre era muy feroz."

 

La comisura de la boca de Zhao Yue se crispó, ¿Un hombre fuerte?

 

Lu Zhui abrió el retrato.

 

"¡Vaya!", exclamaron los discípulos presentes, ¡cómo puede ser tan grande!

 

Zhao Yue se quedó boquiabierto al ver a su ‘yo’ vestido de dorado en el retrato. Quería vomitar sangre.

 

"Solo tómalo como una broma", Lu Zhui le dio una palmada en el hombro, "Además, esto en realidad no es malo en comparación con haber sido desacreditado en la ciudad."

 

Zhao Yue respiró hondo, según el nivel de locura de este nuevo prefecto, no le cabía la menor duda de que lo habría pintado de mujer si surgiera la necesidad.

 

Lu Zhui guardó los retratos y el libro y los puso en una caja; en poco más de un mes pudo coleccionar una gruesa pila.

 

"Voy a bajar la montaña", dijo Zhao Yue.

 

Lu Zhui se sobresaltó cuando escuchó sus palabras: "¿El Gran Jefe irá al yamen?"

 

"Iré a conocer al nuevo prefecto", Zhao Yue apretó los dientes.

 

Lu Zhui frunció el ceño, "No estoy de acuerdo, este movimiento es demasiado impulsivo, además, este Lord Wen fue transferido aquí desde la ciudad Yunlan, por lo que no es seguro decir si hay guardias secretos del Palacio Perseguidor de las Sombras a su alrededor."

 

“No podemos seguir dejando que siga así… bajaré.” Zhao Yue realmente no sabía cómo describirlo, "No te preocupes, tengo mis propias medidas."

 

"Gran Jefe." Lu Zhui todavía frunció el ceño.

 

Pero estaba claro que Zhao Yue no iba a acceder.

 

Lu Zhui no tuvo más remedio que suspirar: "De acuerdo, entonces llevaré a alguien para que vigile. Si hay una emboscada dentro del yamen, será mejor que me encargue de eso.”

 

 

 

-------- °° --------

 

 

 

La ciudad Cangmang no es un gran centro de tráfico, por lo que es muy tranquila en la noche, sin apenas un alma en las calles salvo los vigilantes.

 

Wen Liunian se sentó a la mesa y leyó durante un rato, se frotó los ojos y estaba a punto de descansar cuando de repente escuchó el sonido de una pelea procedente del patio. Se puso apresuradamente la túnica exterior y salió para ver que Shang Yunze estaba luchando con un hombre de negro. Ambos eran muy hábiles en artes marciales, y sus movimientos en el aire eran deslumbrantes.

 

"¿Qué pasa?" Cuando Mu Qingshan escuchó la conmoción, también se acercó corriendo.

 

Por el rabillo del ojo, Shang Yunze miró a los dos eruditos que estaban de pie en la puerta, ladeando colectivamente la cabeza y mirando hacia arriba, sin motivo alguno le entraron ganas de reír.

 

"¡Lord Shang!" Zhao Yue apretó los dientes, "No tengo la intención de lastimar a nadie, sólo quiero tener unas palabras con el magistrado prefectoral."

 

Shang Yunze cayó al suelo con él, y los guardias del yamen se abalanzaron inmediatamente con las espadas en alto.

 

"Esperen un momento." Wen Liunian es tan inteligente que podía adivinar quién era. Además, a pesar de que su rostro estaba cubierto con una bufanda, sus ojos eran demasiado reconocibles, así que dijo con una sonrisa: "Él está aquí para ver a este funcionario."

 

Zhao Yue le dirigió una mirada feroz.

 

Mu Qingshan se estremeció un poco, '¡es tan feroz!'

 

Shang Yunze estaba descontento. Lamentaba haber sido misericordioso y no haberle dado un puñetazo.

 

Lord Wen no se preocupó e incluso envió a los sirvientes a preparar un buen té.

 

De hecho, según el nivel de fuerza de Zhao Yue, habría sido fácil colarse en el yamen sin hacer ruido, pero, por casualidad, se topó con Shang Yunze y se enzarzó en una pelea. Sin embargo, aunque hubo algunos giros en el camino, pudo encontrarse con la persona adecuada, así que no fue un viaje en vano.

 

En el estudio, Wen Liunian presentó con entusiasmo: "Este es el mejor té de brote verde de Emei, que he traído aquí desde Shu Zhong."

 

Estaba claro que Zhao Yue no tenía muchas ganas de tomar el té y dijo con impaciencia: "¿Qué es exactamente lo que quieres?"

 

Wen Liunian respondió: "Purificar las costumbres populares." El tono de su voz era muy rotundo.

 

Zhao Yue: “……”

 

Antes de venir aquí, había pensado en lo que pasaría cuando se encontraran. Pensó que, si había utilizado el retrato de otras personas sin preguntar, este erudito debería sentirse de alguna manera culpable, pero no esperaba que la otra parte fuera tan razonable.

 

Wen Liunian también elogió: "El Gran Jefe en realidad tiene una apariencia magnífica, como un árbol de jade es guapo y elegante que la gente del pueblo lo admira mucho."

 

La cabeza de Zhao Yue zumbaba.

 

"Dado que estamos destinados a encontrarnos hoy, sólo hay un asunto más", continuó Wen Liunian.

 

Zhao Yue sintió que probablemente éste era el ‘encuentro con el destino’ más desafortunado de su vida.

 

"¿Qué pasa?", Shang Yunze estaba a un lado, preguntando a Mu Qingshan en un susurro.

 

Mu Qingshan miró a Wen Liunian y vio que seguía sonriendo a Zhao Yue así que susurró: "Su Excelencia había dicho durante el día que quería construir un escenario de teatro a la entrada del yamen."

 

Las cejas de Zhao Yue se contraían con venas.

 

"¿Un escenario de teatro?" Shang Yunze también estaba un poco desconcertado.

 

"Mn", Mu Qingshan asintió, "Y entonces le pedirá al Gran Jefe Zhao que aparezca en el escenario día tras día y cotillee con la gente del pueblo."

 

Shang Yunze contuvo una carcajada.

 

Zhao Yue aplastó una taza de té.

 

"No es ese asunto", Wen Liunian se apresuró a sacudir la cabeza, "Es otro asunto."

 

"No hay necesidad de decirlo", dijo Zhao Yue con frialdad, "No aceptaré ninguna de las dos, así que haga lo que pueda, Mi Lord."

 

“Nunca está de más escuchar.” Wen Liunian mostró debidamente la persistencia de un erudito.

 

“Sigue soñando” Zhao Yue exprimió las palabras de entre sus dientes.

 

“Quiero construir una casa en la ciudad para el Gran Jefe.” Wen Liunian balanceó su mano en un círculo “¡Muy grande!”

 

Zhao Yue: “……”

 

Shang Yunze se apoyaba en la puerta mientras se reía.

 

Mu Qingshan no sabía si reír o llorar.

 

"¿Qué dices?" Los ojos de Wen Liunian estaban llenos de expectación.

 

"De ninguna manera", los ojos de Zhao Yue eran fríos, "¡Sólo he venido a decirle a Su Excelencia que, en el futuro, por favor, deje de usar mi retrato y no vuelva pensar en el acantilado Chaom

u!"

 

“Debe ser muy triste para el pueblo entonces.” Wen Liunian lamentó sin medida.

 

La garganta de Zhao Yue se contrajo y luego dijo: "Su Excelencia puede usar el retrato de otra persona, ¡el líder de la Fortaleza Teng Yun es muy bueno!"

 

“Me siento halagado.” A Shang Yunze le costó contener la risa, “¡¿Cómo puedo compararme con el resplandor del Gran jefe Zhao?!”

 

Wen Liunian también estaba muy seguro, "El Gran Jefe es tan guapo y desinhibido que no debe ser una persona que ignora a los demás."

 

Antes de hoy, Zhao Yue se refería a todos los eruditos como empollones.

 

Después de lo de hoy, Zhao Yue sintió que había diferentes tipos de empollones, desde los simples y honestos, pasando por los mudos y reticentes, hasta los que eran como el magistrado prefectoral que tenía delante, que obviamente se estaba aprovechando de él, pero seguía teniendo una cara justa.

 

‘Es más o menos lo que se rumorea de ellos… ‘¡desagradable!’

 

"¿El Gran Jefe prefiere el este o el oeste de la ciudad?" Wen Liunian lo miró.

 

"¡No necesito que Su Excelencia haga una casa para mí!" Zhao Yue no pudo contenerse más y volvió a enfatizar.

 

"Me temo que eso no funcionará." Wen Liunian negó con la cabeza: “Los bandidos de la montaña Cangmang son algo que este funcionario está obligado a purgar. Si se mantienen en el Acantilado Chaomu y se niegan a retirarse, me temo que sufrirán consecuencias."

 

Zhao Yue se burló, "Después de dar vueltas en un gran círculo, esto es para lo que su señoría quiere verme, ¿verdad?"

 

"Si no eres un bandido, ¿por qué quieres permanecer en esa guarida?" Wen Liunian dijo: "Wang Tianhu ha sido atrapado, resto de los bandidos no serán arrogantes por mucho tiempo, si el Gran Jefe Zhao está dispuesto a cooperar con el gobierno, la lucha contra los bandidos será el doble de efectiva ¿por qué no hacerlo?"

 

“No me entrometeré en los asuntos del gobierno”, dijo Zhao Yue: “Ahora no y menos en el futuro.”

 

"Esto es fácil de manejar", Wen Liunian fue muy directo.

 

Zhao Yue frunció el ceño, "¿Es fácil de manejar?"

 

"Si no quieres entrometerte en los asuntos del gobierno, entonces piensa en cooperar con la Fortaleza Teng Yun, todas son sectas Jianghu, así que no creo que vaya en contra de las reglas del Gran Jefe." Wen Liunian siguió aconsejando.

 

Mu Qingshan miró a Shang Yunze.

 

El líder de la Fortaleza Teng Yun accedió inmediatamente.

 

Zhao Yue, sin embargo, claramente no estaría de acuerdo.

 

"No hay necesidad de responder ahora," dijo Wen Liunian: "¿Por qué no te tomas diez días? Y Después de eso yo seguiré aquí, y tendré el mejor vino preparado para mi Gran Jefe.”

 

“¿Por qué debería escucharte?”, Zhao Yue preguntó con frialdad.

 

Wen Liunian dijo: "Porque este funcionario acaba de concebir una nueva historia." La implicación era clara: ‘si no estás de acuerdo, seguiré imprimiendo más libros.’

 

Zhao Yue: “……”

 

Wen Liunian lo miró.

 

Zhao Yue se dio la vuelta y se marchó.

 

"Venga aquí a menudo", Wen Liunian saludó calurosamente.

 

Zhao Yue saltó al tejado del yamen y pronto desapareció en la noche.

 

 

 

-------- °° --------

 

 

 

"¿Cómo te fue?", Lu Zhui estaba esperando en la calle oscura frente al yamen.

 

"¡Vuelve a la montaña!" El rostro de Zhao Yue era oscuro y hosco.

 

"¿El prefecto no es fácil tratar?", especuló Lu Zhui.

 

Zhao Yue movió su látigo y galopó hacia la montaña Cangmang.

 

Lu Zhui giró la cabeza para mirar a lo lejos el yamen y también sintió un ligero dolor de cabeza.

 

‘Parece que un hueso duro de roer…’