•❥ ❥• Capítulo 37: ¿Qué vas a hacer a altas horas de la noche? •❥ ❥•
El Gran Jefe llevó al prefecto a las
montañas.
Al ver que Shang Yunze parecía haber recibido un duro golpe, el mismo Mu Qingshan sugirió: “¿Vamos a caminar?”
Digan lo que
digan, fue engañado. La molestia no ayudará a la causa, sería mejor descansar.
"Vamos a
tomar una copa", dijo el Lord Shang.
“¿Beber?” Mu Qingshan
estaba confundido. “Pero no sé beber y me emborracho fácilmente.”
"Entonces
mírame beber", sugirió Shang Yunze.
Mu Qingshan pensó
que la gente de Jianghu es así: si se enojan, inmediatamente se emborrachan
casi hasta la muerte, tal como dijo el narrador en la casa de té. Así que
asintió y estuvo de acuerdo: “De acuerdo.”
Shang Yunze
llevaba una jarra de vino en la mano izquierda, y con la mano derecha lo abrazó
por la cintura y saltó al tejado en dos pasos.
Mu Qingshan dijo:
“El líder de la fortaleza Teng Yun, debería beber menos, de lo contrario dañará
tu salud".
Shang Yunze sacó
dos cuencos, uno de los cuales llenó de vino poco a poco.
Mu Qingshan bebió
todo de un solo trago y se sintió como un verdadero héroe.
Lord Shang Yunze
sonrió y levantó la cabeza, vaciando su cuenco de un trago.
La brisa ligera
combinada con la luz de la luna. Todo era perfecto.
En el yamen, Wen
Liunian se estaba estirando en su oficina.
"Si estás
cansado, vete a la cama", dijo Zhao Yue.
Wen Liunian negó
con la cabeza: “Es demasiado temprano.”
"Mirando
constantemente el mapa, es casi imposible encontrar una solución", dijo
Zhao Yue. “Es mejor ir a dormir bien, despertarte mañana y pensar de nuevo.”
Wen Liunian todavía
no quería ir a su habitación.
Zhao Yue dijo de
repente: “¿Quieres que vuelva a las montañas por ti?”
“¿Gran Jefe?” Al
escucharlo, Wen Liunian levantó la cabeza, con los ojos llenos de sorpresa.
"Originalmente
viví en el acantilado Chaomu, que es diferente del Palacio Perseguidor de las
Sombras", dijo Zhao Yue. “Incluso si el enemigo me detecta, puedo fingir
que estoy dispuesto a cooperar para descubrir cómo superar el asedio del
gobierno.”
"No quiero
que nadie vaya solo a las montañas", Wen Luinian frunció el ceño.
"Esta es la
única salida. Además, es poco probable que el enemigo pueda detectarme.”
Wen Liunian
todavía lo desaprobaba: “Pero ahora no hay un alma en el acantilado Chaomu.
Incluso si el clan Mu no lo sabe, la pandilla Tiger Head no es tan
ignorante. ¿Cómo vas a explicarlo?”
"En este
caso, es aún más fácil de engañar. En las cercanías del acantilado Chaomu está
mi territorio, en el que los forasteros nunca han entrado, y en la ladera
trasera, Lu Zhui ha hecho muchos pasajes secretos. Además, los arroyos de la
montaña dejaron cuevas en las que puedes esconderte todo el tiempo que quieras.
"Déjame
pensarlo de nuevo", dijo Lord Wen.
Zhao Yue continuó
sirviéndose un poco de té mientras el erudito murmuraba por lo bajo.
Después de beber
una taza entera de té, Wen Liunian todavía estaba reflexionando.
Zhao Yue bostezó
y extendió su mano para cerrar el libro.
Wen Liunian:
"……"
"Es
demasiado aburrido estar sentado en casa leyendo todo el tiempo, tu cabeza dará
vueltas", Zhao Yue lo levantó. “Vamos, te llevaré a las montañas Cangmang”.
“¿Dónde?” Wen Liunian
pensó que había oído mal.
"A las
montañas Cangmang", Zhao Yue le dio un golpecito en la cabeza. "No te
preocupes, no nos encontraremos con el clan Mu ni con la pandilla Tiger
Head, solo iremos a relajarnos".
“También puedes
relajarte en el jardín de yamen.”
‘Aunque es mucho más
pequeño, y solo puedes caminar en círculos allí, pero ¿por qué ir a las
montañas?’
Sin embargo, Zhao
Yue claramente no tenía intención de pedir su opinión.
Heifeng dormitaba en el establo. Zhao Yue
desató las riendas y sentó a Wen Liunian.
Mu Qingshan
estaba sentado en lo más alto del tejado y notó algo extraño:
"¿A dónde
van el Gran jefe Zhao y Lord Wen?"
“No sé.” Shang
Yunze echó la cabeza hacia atrás y bebió un poco de vino.
Mu Qingshan
continuó estirando el cuello para mirar.
Zhao Yue condujo
al caballo fuera de la residencia del yamen, se dio la vuelta y se sentó detrás
de Wen Liunian, sacando un sobrero de velo negro para cubrir su rostro en caso
de que se encontraran con personas.
Heifeng agitó su cola con alegría, y con
todos sus cascos corrió hacia adelante, volando por toda la ciudad en un
torbellino.
Wen Liunian no
tenía miedo de montar a caballo, pero sintió que el viento de la noche era
frío, por lo que se metió las manos en las mangas.
La única opción
de Zhao Yue era envolver un brazo alrededor de su cintura para que no se
cayera.
“¿El Gran jefe Zhao
llevó a Lord Wen a las montañas? Xiao Wu se sorprendió cuando escuchó la
noticia.
Hua Tang asintió:
“Un guardián oscuro ya los ha seguido.”
“No tienes que
preocuparte.” Lu Zhui estaba tomando vino con Xiao Wu, y cuando escuchó lo que
estaba sucediendo, dijo entre risas: "El Gran jefe no es tan imprudente,
simplemente se fueron a relajarse".
“¿Relajarse?” Hua
Tang estaba aún más perpleja. “¿Cuándo se volvió tan buena su relación? Que
pueden ir a relajarse juntos.”
“No tiene nada
que ver con su relación”, dijo Lu Zhui. “Fueron a ver si se les ocurrían nuevas
ideas y si estas nuevas ideas ayudarían a resolver el problema de las pandillas
restantes en las montañas. Después de todo, la gente del clan Mu ahora
está fuera de la ciudad, y el gran jefe prometió no apresurarse. Solo que él
quiere acabar con la pandilla Tiger Head incluso más que Lord Wen.
"Así que es
eso.", respondió Hua Tang.
"Por lo
tanto, no necesitas preocuparte", dijo Lu Zhui. “El gran jefe conoce bien
las montañas y Lord Wen no corre ningún peligro.”
“¡Ah!” Heifeng
se detuvo repentinamente y Wen Liunian casi voló hacia adelante.
Zhao Yue agarró
con fuerza su cintura y lo bajó del caballo.
El corazón de Wen
Liunian latía con fuerza.
"Este lugar
se llama el Valle de las Estrellas Conectadas", dijo Zhao Yue.
“¿Eh?” Wen Liunian
se paró a su lado y giró la cabeza para mirar a su alrededor, notando de
inmediato que era un estrecho desfiladero negro donde no se podía ver nada.
Zhao Yue dijo: “En
el cielo”.
Wen Liunian
levantó la cabeza.
La interminable
Vía Láctea, enorme y centelleante, ocupaba casi todo el cielo.
“¡Cuántas
estrellas!” exclamó Wen Liunian.
"Dicen que
este es el lugar donde las estrellas salen y caen". Zhao Yue se sentó en
lo alto de una enorme piedra. “Cuando el corazón está inquieto, es muy útil
venir aquí para disfrutar del viento.”
Wen Liunian se
sentó a su lado, sintiendo que la vista era realmente buena, pero hacía
demasiado frío.
Al ver que se
frotaba las manos, Zhao Yue le echó una capa sobre los hombros.
“Las montañas
Cangmang son realmente grandes”, dijo Wen Liunian. “Probablemente hay muchos
paisajes diferentes aquí.”
"Primavera,
verano, otoño, invierno, las cuatro estaciones en las montañas son más
prominentes. En primavera, las flores florecen por todas partes, en verano
llueve y todas las montañas están envueltas en niebla, como un reino celestial.
En otoño, los bosques de color amarillo dorado no se pueden ver a simple vista,
allí crecen bayas color naranja. El invierno nevado, no es muy colorido, pero
aún hay algo que ver, especialmente en comparación con la ciudad.”
“Por eso las
montañas deben devolverse a la gente común”, dijo Wen Liunian. “Esta montaña es
un recipiente con joyas, cuando será posible cortar leña, cultivar la tierra,
cazar y comerciar. La vida de todas las personas será mucho mejor.”
"Eres un
buen funcionario". Zhao Yue lo miró.
Wen Liunian
asintió: “Sí, soy un buen funcionario.”
Zhao Yue quería
reírse.
Wen Liunian
continuó mirando las estrellas, sus ojos brillaban, los mechones de cabello
ondeaban al viento, tocaban suavemente la mejilla de Zhao Yue y le provocaban
cosquillas.
Extendió la mano
y tiró del cabello del prefecto.
Wen Liunian lo
miró desconcertado: “¿Qué pasa, Gran jefe?
Zhao Yue pensó
que el cabello de este empollón es más suave que el de una persona común.
Entonces recordó que todavía tenía medio paquete de cacahuetes confitados en el
pecho. Lo sacó y se lo entregó a Lord Wen.
Wen Liunian lo
tomó: “Nunca hubiera pensado que al Gran jefe Zhao le gustaran tanto los
dulces.”
‘¿Serían almas
gemelas?’
Zhao Yue dijo con
dureza: “No me gustan”.
Heifeng estaba comiendo
hierba, pero luego corrió y frotó su cabeza contra Wen Liunian.
"A él sí le
gusta comerlos", aclaró Zhao Yue.
Wen Liunian:
"……"
Heifeng lo miró
con ojos húmedos y brillantes mientras parpadeaba.
Wen Liunian soltó
una carcajadaa tomó un trozo de maní confitado y se lo dio de comer.
"Solo puede
comer un poco", dijo Zhao Yue. “El anciano Wang no le deja comer muchos
dulces.”
“El guardia
izquierdo Hua Tang tampoco me deja comer demasiados dulces.”
Zhao Yue: "……"
Pero de vez en
cuando sale, todavía los come en secreto, mientras nadie lo ve.
Wen Liunian y Heifeng,
un hombre y un caballo, comieron juntos medio paquete de cacahuates confitados.
Luego, el prefecto se sacudió las migas de azúcar, sintiéndose muy complacido.
Zhao Yue señaló
con el dedo: “Después de cinco o seis picos de montaña, comienza los dominios
de Tiger Head.”
"¿El Gran jefe
realmente quiere ir?" Wen Liunian lo miró.
Zhao Yue asintió.
“¿Para ajustar
cuentas rápidamente con el clan Mu?” Wen Liunian volvió a preguntar.
“Sí.”
Lord Wen no hizo
más preguntas.
"Después de
establecerme con los enemigos, regresaré a las montañas", dijo Zhao Yue.
"¿Vivir aquí
por el resto de tus días?" preguntó Wen Liunian.
Zhao Yue sonrió: “Como
dijo Lu Zhui, aquí puedes vivir toda tu vida en paz, esto también es una
bendición.”
Wen Liunian sonrió
y continuó mirando las estrellas mientras pensaba profundamente.
“¿Y tú? Escuché a
Lu Zhui decir que el Emperador Chu te llamará de regreso a Wang Cheng” preguntó
Zhao Yue.
“Tal vez”, dijo
Wen Liunian. “Después de los exámenes imperiales, el Emperador pensó en
enviarme a la Academia Imperial, y yo quería ser funcionario. De lo contrario,
me habría precipitado en el estudio de la ciencia y no sabría lo que quiere la
gente común.”
Zhao Yue comenzó
a pensar que, si hubiera una persona así en la corte, el Emperador sería
considerado tacaño.
En la mansión Shang,
Mu Qingshan se recostó en los brazos de Shang Yunze y cerró los ojos en un
sueño profundo; realmente no toleraba muy bien el alcohol. Incluso después de
beber menos de una taza llena, todavía se emborrachaba.
Lord Shang lo
abrazó, lo llevó a la habitación de al lado y lo acostó suavemente en la cama.
Luego lo ayudó a quitarse la ropa exterior y le dio té caliente para enjuagarse
la boca.
Mu Qingshan
frunció el ceño y se quejó: “Me duele la cabeza.”
Shang Yunze
estaba un poco arrepentido por dejarlo beber.
Mu Qingshan lo
agarró de la manga y lo abrazó con fuerza. El cuello de su ropa interior se
deslizó de su hombro, revelando una cicatriz superficial de un cuchillo: de la
vez que se encontró con bandidos cuando era niño y casi pierde la vida.
Shang Yunze bajó
la cabeza y besó suavemente ese tierno hombro blanco.