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No sé
de dónde shifu Nan se robó a este niño.
Al
escuchar lo que dijo, los demás sintieron más curiosidad y estiraron el cuello
para echar un vistazo. Chu Yuan saltó al pequeño barco, extendió la mano para
levantar la cortina y vio a un niño de tres o cuatro años sentado adentro. Era
blanco, gordito, vestía ropa de seda y satén. Se notaba de un vistazo que provenía
de una familia adinerada.
—Esto…
—Wen Liunian estaba un poco desconcertado. Los dos ejércitos luchaban con la
misma ferocidad. El anciano Nan también debería enviar espadas, pólvora y los
secretos para romper la formación, pero ¿por qué consiguió un bebé?
—¿De
quién es este niño? —Chu Yuan sonrió, entró y lo levantó—, es bastante gordito.
El pequeñín
no lloró ni se quejó y parecía gustarle mucho Chu Yuan. Lo abrazó con sus bracitos
como de loto y giró la cabeza para mirar a su alrededor.
—¿Puedes
hablar? —Duan Baiyue le sujetó la mano.
—¡Mn! —dijo
el niño con voz tan suave, como si acabara de despertar.
—¿Cuál
es tu nombre? —preguntó Chu Yuan.
El pequeño
se quedó pensando un rato y negó con la cabeza:
—No lo
sé.
—Fue
un anciano con el cabello desordenado quien te envió aquí, ¿verdad? —Chu Yuan
lo abrazó y abordó el barco grande con él.
—Mn —el
pequeño se recostó sobre su hombro. Ye Jin también se adelantó, sacó una
pequeña bolsita medicinal de su manga y se la entregó.
El
barquero que conducía el pequeño barco desapareció. Según el centinela del
ejército del Gran Chu, parecía ser un hábil maestro. Se sumergió en el mar y
desapareció sin decir nada y sin dejar rastro.
—¿Qué
demonios está haciendo de nuevo? —a Duan Baiyue le dolía la cabeza.
Duan
Yao ya estaba muy encariñado con el pequeño niño, sostuvo y acompañado de Ye
Jin y le pidió al cocinero que preparara un poco de sopa de pescado y gachas de
arroz para alimentarlo. Chu Yuan observó a todos dispersarse y preguntó:
—¿Tienes
alguna idea?
—¿Yo? —Duan
Baiyue negó con la cabeza— mi mente está llena de confusión.
—Aunque
el anciano Nan suele ser un poco atolondrado, no se andará con tonterías en
este momento —Chu Yuan lo sostuvo por los hombros con ambas manos— no hay
manera, ya que fue enviado hasta aquí, tenemos que cuidarlo, ¡afortunadamente,
parece portarse bastante bien.
Duan
Baiyue suspiró.
—¡Regrésalo!,
no es necesario escribir otra carta para explicar el asunto con claridad.
—Mira
tú cara triste —Chu Yuan le tocó la nariz— es solo un bebé. Además, Xiao Jin y
Yao’er están con él, así que no puedes quitárselo, aunque quieras.
***
—Vamos,
abre la boca —Duan Yao sopló las gachas de arroz para que se enfriara y lo
alimentó con cuidado.
El
pequeño bebé comió muy bien, dando un bocado tras otro sin pestañear. Zhao Yue
se hizo a un lado sujetando con espada y preguntó en voz baja:
—¿Siempre
fuiste así cuando eras niño?
—Sí —respondió
Lord Wen.
Después
de comer con el estómago lleno, el pequeño bebé comenzó a tomar una siesta
nuevamente en los brazos de Ye Jin. Después de esto, un grupo de personas se
habían reunido a su alrededor, hablaron con él y finalmente descubrieron que
parecía tener dos abuelos, uno con el cabello bastante limpio y el otro con el
pelo como un gallinero.
“…”
—El
anciano Nan ¿tiene hermanos? —preguntó Ye Jin.
Duan
Yao negó con la cabeza sin comprender.
—Nunca
había oído hablar de eso. Antes de salir a su viaje, shifu solo dijo que iba a los
Mares del Sur a celebrar el cumpleaños de su amigo, pero no dijo quién era.
«Un cumpleaños…» Todos los presentes estaban pensando al unísono, «analizando
esto, no me digas que robó al nieto de otra persona mientras comía un banquete de
celebración.»
«¿Quién
más podría ser así?»
***
—¡VIEJO
LADRÓN! —Frente a una isla, un anciano de barba blanca estaba casi loco,
sosteniendo una espada en la mano y gritaba enojado— ¿DÓNDE ESCONDISTE A MI
NIETO?
—¿Por
qué me estás persiguiendo? ¡De verdad no tengo idea! —dijo Nan Moxie muy
inocente— Si no me crees, ven y busca. ¿Este sampán roto todavía esconde a una
persona viva?
—¡BASTARDO!
—el anciano de barba blanca lo persiguió con una espada— ¡hoy pelearé contigo
hasta la muerte!
—¡Oye,
oye, oye! —Nan Moxie le tomó la muñeca y dijo— Tengo algo que decirte… Xiao
Jinzi está con la flota del ejército del Gran Chu.
—¿De
verdad enviaste a mi nieto a un campamento militar? —La visión del anciano de
barba blanca se volvió sombría. Dio un pisotón para ir a buscarlo, pero fue arrastrado
hacía atrás.
—Todavía
es muy pronto —Nan Moxie lo arrastró hacia la isla— Ya que estamos aquí ¿por
qué no hacer una cosa más y encontrar un regalo de compromiso para mi tonto discípulo?
El
anciano de barba blanca se sonó la barba y lo fulminó con la mirada:
—¿Por
qué debería importarme tus asuntos?
Nan
Moxie dijo con sinceridad:
—Porque
está aquí.
—Yo… ¡Ah!
—antes de que el anciano de barba blanca pudiera terminar su frase, un enorme
chorro de agua brotó repentinamente de detrás de las rocas frente a él. El
rugido resonó en todas direcciones y una enorme cabeza se elevó hacia el cielo.
Tenía el cuello rojo combinado con destellos de color verde brillante y el
cuerpo en forma de serpiente debajo, ¡observándolos con codicia!
—Sé
bueno —Nan Moxie retrocedió dos pasos y dijo—. Tú ve primero…
El
pecho del anciano de barba blanca se sintió apretado y se quedó con la boca
abierta.
—¿Es
un dragón?
—El
dragón se llama Wild Red Jiao y tiene algo que le pertenece a mi discípulo
—Nan Moxie se apretó con fuerza el cinturón— protege la perla Luochao
debajo de su cuerpo.
En
medio de la conversación, el dragón ya había abierto la boca y se abalanzó
hacia adelante. Su cuerpo lleno de escamas de hierro se deslizó sobre el área
rocosa y cuando se levantó nuevamente, estaba cubierto de polvo. Nan Moxie le
dio un puñetazo en la cabeza y lo obligó a ponerse delante del anciano, y él
mismo se precipitó hacia el estanque, con la intención de conseguir un regalo
de compromiso para su discípulo mayor.
Después
del dolor, el Wild Red Jiao se volvió cada vez más maniático. Su cola
barrió enormes piedras y las arrojó por todas partes. El anciano de barba
blanca lo evitó apresuradamente, giró la cabeza y le rugió a Nan Moxie:
—¡Que te
jodan! ¿Cómo puedes burlarte de mí?
Nan
Moxie se sumergió en el fondo del estanque con una fuerza repentina, dejando tras
de sí, sólo una ristra de ampollas burbujeantes.
***
En el
campamento del ejército de Chu, después de que Chu Yuan terminó de manejar los
asuntos militares, fue a ver al camarote de Ye Jin. El niño ya estaba dormido
en la cama con una bolsa de tela en la mano que nadie más podía quitarle.
—Es mi
bolsa medicinal —Ye Jin cerró suavemente la puerta— al parecer, le gusta el
olor de la medicina.
—Parece
que habéis tenido una buena charla —sonrió Chu Yuan— ¿Qué averiguaste?
—Su
nombre es Xiao Jinzi. Solía vivir en una isla, con sirvientes encargados de su cuidado
—Ye Jin se apoyó en la barandilla del barco— todos llaman a su abuelo el
inmortal Weng, pero se desconoce quiénes son sus padres.
—¿El inmortal
Wen? parte del anciano Guishou, nunca he oído hablar de ningún otro anciano ermitaño
en estos Mares del Sur —dijo Chu Yuan.
—Ya
que es un ermitaño ¿cómo se dejaría conocer por forasteros? —dijo Ye Jin— pero
como es amigo del anciano Nan, no hay necesidad de preocuparse por nada. Solo
debemos esperar más.
—Gracias
por tu arduo trabajo.
—Entonces
iré con Yao’er a preparar el medicamento —dijo Ye Jin—, Xiao Jinzi estará bajo
el cuidado de Lord Wen y el gran jefe Zhao, para que no le pase nada.
Chu
Yuan sonrió.
—Adelante.
—El gran
maestro Miaoxin está aquí —Ye Jin miró detrás de él.
Chu
Yuan frunció el ceño.
—¿Qué?
¿no te agrada? —susurró Ye Jin— Pensé que estabas en buenos términos con él.
Chu
Yuan negó con la cabeza.
—olvídalo,
lo manejaré yo mismo.
—¿Has
pensado que tal vez ha adivinado algo? —dijo Ye Jin— por eso ha estado tratando
de que… establezcas una emperatriz.
—El
destino del Gran Chu está completamente en mis manos —dijo Chu Yuan— si solo casándose
con unas pocas concubinas puede hacer el país próspero y pacífico durante miles
de años, entonces ¿por qué necesitamos tener esta guerra?
—Tienes
razón —hizo un puchero Ye Jin— entonces me iré y podrás solucionarlo tú mismo.
«Este
monje no es mucho mejor que Lord Tao Rende.»
Sixi
se dio la vuelta en silencio y trotó hasta atrás, sosteniendo su gran barriga
en sus brazos, yendo bastante rápido.
Chu
Yuan: “…”
—Su
Majestad —dijo Miaoxin detrás de él.
—Gran
maestro —Chu Yuan se dio la vuelta y respiró hondo— ¿Necesita algo de mí?
—Su
Majestad —Miao Xin bajó los ojos— solo estaba de paso, vi que usted y Su Alteza
el Noveno Príncipe estaban aquí, así que vine a saludar.
—Si no
hay nada más, regresaré primero —dijo Chu Yuan— Gran maestro, siéntase como en
casa.
—Su
Majestad —Miaoxin lo detuvo, queriendo decir algo más.
Del
otro lado, Sixi jadeó y dijo:
—¡Su Alteza
Duan! el maestro Miaoxin y el Emperador están en cubierta.
—Gracias
Sixi —Duan Baiyue le dio unas palmaditas en el vientre y fue a buscarlo, justo
a tiempo para ver que Chu Yuan se acercaba.
—¿Por
qué estás corriendo? —Chu Yuan se echó a reír.
—¿Tú
qué crees? —Duan Baiyue sujetó su cintura con ambas manos— Sabía que no debería
haberme alejado ni medio paso.
—Regresemos
—Chu Yuan tomó su mano— Xiao Jin y Yao’er están preparando medicinas. Veamos el
estado de reparación del buque de guerra.
—No lo
veas la próxima vez —Duan Baiyue tiró de él con fuerza.
—Estás
bebiendo vinagre. Solo dijo que quería que me casara, pero no obligó a ver a
una mujer, ¿por qué estás enfadado?
—Efectivamente,
es por este asunto otra vez —Duan Baiyue se quedó quieto— Yo…
—Está
bien, está bien —Chu Yuan lo abrazó y lo besó— No provoques problemas, ¿eh?
—¿Estoy
causando problemas? —Duan Baiyue señaló a sí mismo.
—Nadie
puede entender lo que él está pensando. Hablando francamente, también lamento
haberle permitido unirse al ejército —suspiró Chu Yuan— pero el asunto ha
llegado a este punto, no podemos despedirlo, solo conducirá a más caos.
—Solo
temo que sufras —Duan Baiyue tiró de su mejilla.
—Cuando
estaba en el palacio imperial, escuchar sus sermones diarios me hizo sentir
mucho más a gusto. En ese momento, solo lo respetaba como un monje eminente.
Más tarde, discutimos juntos los asuntos estatales, lo cual fue bastante
revelador. —Chu Yuan se sentó sobre la valla— Pero esta vez, no puedo saber lo
que pretende y ahora está empeñado que tú y yo nos casemos por separado. Es
como si estuviera loco.
—Como
dije antes —dijo Duan Baiyue— fue enviado por Lord Tao.
Chu
Yuan se divirtió y le dio un pisotón.
—Tampoco
le agradas al venerable Taifu. De vez en cuando, también me insta a establecer
una reina. Pero a lo sumo solo es molesto y simplemente lo evito. Sin embargo, Miaoxin,
es extremadamente extraño y no es algo que deba hacer.
—Puedes
ser cauteloso, pero eso es suficiente, déjame el resto a mí —dijo Duan Baiyue—
No te preocupes, conozco las prioridades y esperaré hasta después de la guerra
para arreglar las cosas con él.
—También
deberías mantenerte alejado de él —dijo Chu Yuan vacilante— Yo…
—Lo sé
—Duan Baiyue sonrió y abrazó a su hombre— Vamos, te acompañaré a ver al General
Xue.
Chu
Yuan y él iban cogidos de la mano y frunció el ceño mientras caminaba. No
quería dudar de Miaoxin, pero instintivamente tampoco quería que se acercara a
la persona que amaba. Siempre se sentía un poco inseguro.
—Tu amado
esposo ha vivido muchas batallas, así que no le teme a un burro calvo… ¡Hiss!...
un monje virtuoso —dijo Duan Baiyue con agravio— ¡Me pellizcaste!
—¿Cuándo
crees que vendrá el anciano Nan? —Chu Yuan retiró la mano.
—Dentro
de diez días —dijo Duan Baiyue— supongo que este pequeño niño le fue robado a
otra persona. Si no viene él mismo, entonces sus padres vendrán a por él.
Chu
Yuan: “…”
«Es
cierto»
—Tú y
yo aún no estamos casados, y mi shifu no causará problemas en este momento —dijo
Duan Baiyue— de lo contrario, si mi esposa se escapa, cuando yo sea un anciano,
¡le daré de comer solo pepinillos encurtidos todos los días!
Chu
Yuan curvó sus labios con una sonrisa en los ojos.
***
—¡CORRE!
—gritó Nan Moxie a todo pulmón en la isla desierta.
El
anciano de barba blanca corrió tras él sintiéndose indignado.
¿Cómo
puede un gran inmortal digno degradarse a tal estado? ¿podría ser más vergonzoso?
No fue
hasta que dejaron atrás al enloquecido dragón que Nan Moxie se desplomó en la
cubierta del bote y jadeó:
—Remad
e id al campamento de la flota del Gran Chu.
—¡LEVÁNTATE!
—el anciano de barba blanca estaba enojado.
—No me
voy a levantar —Nan Moxie levantó la mano frente a sus ojos y admiró
cuidadosamente la exquisita perla— ese es tu nieto, no el mío. Así que, remarás
te guste o no.
—…
***
Xiao
Jinzi se recostó sobre la espalda de Ye Jin, mirándolo machacar las hierbas y
luego dijo afectuosamente:
—Mamá.
(n/t: no puede ser jajajajaja)
—¡¿Cómo
te acaba de llamar?! —Duan Yao se sobresaltó.
Ye Jin
extendió la mano y señaló al líder de la Alianza de Artes Marciales, Shen Qianfeng
que acababa de entrar.
—Recuerda,
esa es tu madre.
—¡Mn! —dijo
Xiao Jinzi obedientemente.
Shen
Qianfeng no sabía si reír o llorar. Levantó al pequeño bebé de su espalda y le
preguntó:
—¿Cómo
vas con la preparación de medicamento?
—Gracias
a Yao’er —Ye Jin señaló una hilera de botellas pequeñas sobre la mesa—, después
de que este medicamento entre en contacto con el mar, sin mencionar el olor a
sangre, se convertirá en un hedor que se elevará hacia el cielo. Los soldados
del Gran Chu deberán tener paciencia y encontrar algo de para taparnos las
fosas nasales, pero los peces definitivamente no se acercarán.
—Sin
esos extraños peces, los rebeldes nunca serían rivales para el Gran Chu —dijo
Shen Qianfeng— no te preocupes, esta batalla no durará mucho.
—Eso
sería perfecto —Ye Jin se levantó y estiró la cintura— me aburría demasiado cuando
estaba en Mansión del Sol y la Luna. Ahora que estoy fuera, me doy cuenta de
que es mejor estar en casa.
Shen
Qianfeng extendió la mano para masajearle las sienes y susurró:
—¿Estás
agotado?
Duan
Yao inmediatamente cerró los ojos y se tapó los oídos, muy sabio.
Ye
Jin: “…”
Shen
Qianfeng le dio un rápido beso en la comisura de los labios:
—Voy a
hacer otras cosas, así que no trabajes demasiado, ¿de acuerdo?
Ye Jin
tomó a Xiao Jinzi de sus brazos, con las orejas rojas.
Aunque
llevaban muchos años casados, él seguía sonrojándose.
Duan
Yao parecía solemne y continuó recogiendo el pequeño frasco de medicina para
mostrar que no vio nada. Por otro lado, Xiao Jinzi abrazó a Ye Jin con una
sonrisa, imitando el ejemplo de Shen Qianfeng y se inclinó para darle un beso:
—¡Dulce!
Ye
Jin: “…”
Los
ojos de Duan Yao se llenaron de admiración. Incluso la esposa del líder Shen podía
ser besada y cortejada por otro. No sabía quiénes eran los padres del niño,
pero era tan joven y prometedor, que no podía creerlo. Los guardias secretos de
la villa del Sol y la Luna estaban muy felices cuando los vieron, luego
dirigieron su mirada hacia el lejano e infinito cielo azul decorado con un
brillante sol y sus estados de ánimo también mejoraron.
***
Comparado
con el ordenado campamento del ejército del Gran Chu, el reino Feimian era
mucho más sombrío. Aunque el banco de peces grandes anteriormente dañó de forma
grave a la flota del Gran Chu, no lograron herir a ninguno de sus líderes. En
cambio, a Hei Ya le cortaron el brazo y casi pierde la vida. Había rumores en
el campamento militar de que las habilidades en artes marciales de Duan Baiyue eran
inigualables y que puede luchar contra un ejército completo por sí mismo, sin
mencionar que también tienen a Shen Qianfeng, el líder de la Alianza de Artes Marciales,
sentado a su lado. Con solo escucharlo, sabían que no eran fácil de tratar.
—No
esperaba que Hei Ya fuera tan inútil —Chu Xiang negó con la cabeza— es una
lástima que tú y yo hayamos planeado esto con tanto esmero.
—¿Está
despierto? —preguntó Liu Jinde.
—Ha despertado,
pero está confundido y medio muerto —dijo Chu Xiang— esa espada es Xuanming Hantie.
La energía de la espada congeló la herida, por lo que Hei Ya pudo salvarse la
vida. Pero al mismo tiempo, el qi frío también dañó su corazón y tal vez
su cerebro. No estoy seguro si la hoja de la espada es venenosa, pero en este
momento, se le considera un desperdicio.
Liu
Jinde negó con la cabeza:
—¡Basura!
—No
importa que él sea un desperdicio, siempre y cuando tú y yo no seamos igual —dijo
Chu Xiang— aunque los peces grandes son feroces, no es fácil tratar con Chu
Yuan si está mi noveno hermano* alrededor, es posible que esté preparando
grandes cantidades de veneno. No importa si perdemos la primera batalla,
definitivamente ganaremos la segunda.
(Noveno hermano= Ye Jin)
—¿Está
todo arreglado? —preguntó Liu Jinde.
—Vamos
—Chu Xiang se puso de pie— echemos un vistazo juntos.
***
—¡Listo!
—Duan Yao aplaudió— ¿es suficiente?
—Es
suficiente —Ye Jin se estiró y dijo con una mueca— Después de abrazar a este
gordito por un tiempo, me tiemblan las piernas.
—No sé
de dónde sacó mi shifu a este niño —Duan Yao le pellizcó el bracito— sería
genial si nadie lo quisiera.
«También
me lo puedo llevar de regreso a la Mansión del Suroeste.»
Xiao
Jinzi se estaba divirtiendo mucho sosteniendo un gran insecto en su mano.
Los
guardias secretos de la Mansión del Sol y la Luna que los rodeaban sintieron
dolor en los dientes. Dejar que el Médico Divino Ye y el joven príncipe Duan
cuiden juntos a un pequeño niño, ¿qué le enseñarían aparte de jugar con bichos
y hierbas?