DWGL 150: Xiao Jinzi

 

Click en la imagen para volver a la lista de capítulos.


No sé de dónde shifu Nan se robó a este niño.

 

Al escuchar lo que dijo, los demás sintieron más curiosidad y estiraron el cuello para echar un vistazo. Chu Yuan saltó al pequeño barco, extendió la mano para levantar la cortina y vio a un niño de tres o cuatro años sentado adentro. Era blanco, gordito, vestía ropa de seda y satén. Se notaba de un vistazo que provenía de una familia adinerada.

 

—Esto… —Wen Liunian estaba un poco desconcertado. Los dos ejércitos luchaban con la misma ferocidad. El anciano Nan también debería enviar espadas, pólvora y los secretos para romper la formación, pero ¿por qué consiguió un bebé?

 

—¿De quién es este niño? —Chu Yuan sonrió, entró y lo levantó—, es bastante gordito.

 

El pequeñín no lloró ni se quejó y parecía gustarle mucho Chu Yuan. Lo abrazó con sus bracitos como de loto y giró la cabeza para mirar a su alrededor.

 

—¿Puedes hablar? —Duan Baiyue le sujetó la mano.

 

—¡Mn! —dijo el niño con voz tan suave, como si acabara de despertar.

 

—¿Cuál es tu nombre? —preguntó Chu Yuan.

 

El pequeño se quedó pensando un rato y negó con la cabeza:

—No lo sé.

 

—Fue un anciano con el cabello desordenado quien te envió aquí, ¿verdad? —Chu Yuan lo abrazó y abordó el barco grande con él.

 

—Mn —el pequeño se recostó sobre su hombro. Ye Jin también se adelantó, sacó una pequeña bolsita medicinal de su manga y se la entregó.

 

El barquero que conducía el pequeño barco desapareció. Según el centinela del ejército del Gran Chu, parecía ser un hábil maestro. Se sumergió en el mar y desapareció sin decir nada y sin dejar rastro.

 

—¿Qué demonios está haciendo de nuevo? —a Duan Baiyue le dolía la cabeza.

 

Duan Yao ya estaba muy encariñado con el pequeño niño, sostuvo y acompañado de Ye Jin y le pidió al cocinero que preparara un poco de sopa de pescado y gachas de arroz para alimentarlo. Chu Yuan observó a todos dispersarse y preguntó:

—¿Tienes alguna idea?

 

—¿Yo? —Duan Baiyue negó con la cabeza— mi mente está llena de confusión.

 

—Aunque el anciano Nan suele ser un poco atolondrado, no se andará con tonterías en este momento —Chu Yuan lo sostuvo por los hombros con ambas manos— no hay manera, ya que fue enviado hasta aquí, tenemos que cuidarlo, ¡afortunadamente, parece portarse bastante bien.

 

Duan Baiyue suspiró.

—¡Regrésalo!, no es necesario escribir otra carta para explicar el asunto con claridad.

 

—Mira tú cara triste —Chu Yuan le tocó la nariz— es solo un bebé. Además, Xiao Jin y Yao’er están con él, así que no puedes quitárselo, aunque quieras.

 

***

 

—Vamos, abre la boca —Duan Yao sopló las gachas de arroz para que se enfriara y lo alimentó con cuidado.

 

El pequeño bebé comió muy bien, dando un bocado tras otro sin pestañear. Zhao Yue se hizo a un lado sujetando con espada y preguntó en voz baja:

—¿Siempre fuiste así cuando eras niño?

 

—Sí —respondió Lord Wen.

 

Después de comer con el estómago lleno, el pequeño bebé comenzó a tomar una siesta nuevamente en los brazos de Ye Jin. Después de esto, un grupo de personas se habían reunido a su alrededor, hablaron con él y finalmente descubrieron que parecía tener dos abuelos, uno con el cabello bastante limpio y el otro con el pelo como un gallinero.

 

“…”

 

—El anciano Nan ¿tiene hermanos? —preguntó Ye Jin.

 

Duan Yao negó con la cabeza sin comprender.

—Nunca había oído hablar de eso. Antes de salir a su viaje, shifu solo dijo que iba a los Mares del Sur a celebrar el cumpleaños de su amigo, pero no dijo quién era.

 

«Un cumpleaños…» Todos los presentes estaban pensando al unísono, «analizando esto, no me digas que robó al nieto de otra persona mientras comía un banquete de celebración.»

 

«¿Quién más podría ser así?»

 

***

 

—¡VIEJO LADRÓN! —Frente a una isla, un anciano de barba blanca estaba casi loco, sosteniendo una espada en la mano y gritaba enojado— ¿DÓNDE ESCONDISTE A MI NIETO?

 

—¿Por qué me estás persiguiendo? ¡De verdad no tengo idea! —dijo Nan Moxie muy inocente— Si no me crees, ven y busca. ¿Este sampán roto todavía esconde a una persona viva?

 

—¡BASTARDO! —el anciano de barba blanca lo persiguió con una espada— ¡hoy pelearé contigo hasta la muerte!

 

—¡Oye, oye, oye! —Nan Moxie le tomó la muñeca y dijo— Tengo algo que decirte… Xiao Jinzi está con la flota del ejército del Gran Chu.

 

—¿De verdad enviaste a mi nieto a un campamento militar? —La visión del anciano de barba blanca se volvió sombría. Dio un pisotón para ir a buscarlo, pero fue arrastrado hacía atrás.

 

—Todavía es muy pronto —Nan Moxie lo arrastró hacia la isla— Ya que estamos aquí ¿por qué no hacer una cosa más y encontrar un regalo de compromiso para mi tonto discípulo?

 

El anciano de barba blanca se sonó la barba y lo fulminó con la mirada:

—¿Por qué debería importarme tus asuntos?

 

Nan Moxie dijo con sinceridad:

—Porque está aquí.

 

—Yo… ¡Ah! —antes de que el anciano de barba blanca pudiera terminar su frase, un enorme chorro de agua brotó repentinamente de detrás de las rocas frente a él. El rugido resonó en todas direcciones y una enorme cabeza se elevó hacia el cielo. Tenía el cuello rojo combinado con destellos de color verde brillante y el cuerpo en forma de serpiente debajo, ¡observándolos con codicia!

 

—Sé bueno —Nan Moxie retrocedió dos pasos y dijo—. Tú ve primero…

 

El pecho del anciano de barba blanca se sintió apretado y se quedó con la boca abierta.

—¿Es un dragón?

 

—El dragón se llama Wild Red Jiao y tiene algo que le pertenece a mi discípulo —Nan Moxie se apretó con fuerza el cinturón— protege la perla Luochao debajo de su cuerpo.

 

En medio de la conversación, el dragón ya había abierto la boca y se abalanzó hacia adelante. Su cuerpo lleno de escamas de hierro se deslizó sobre el área rocosa y cuando se levantó nuevamente, estaba cubierto de polvo. Nan Moxie le dio un puñetazo en la cabeza y lo obligó a ponerse delante del anciano, y él mismo se precipitó hacia el estanque, con la intención de conseguir un regalo de compromiso para su discípulo mayor.

 

Después del dolor, el Wild Red Jiao se volvió cada vez más maniático. Su cola barrió enormes piedras y las arrojó por todas partes. El anciano de barba blanca lo evitó apresuradamente, giró la cabeza y le rugió a Nan Moxie:

—¡Que te jodan! ¿Cómo puedes burlarte de mí?

 

Nan Moxie se sumergió en el fondo del estanque con una fuerza repentina, dejando tras de sí, sólo una ristra de ampollas burbujeantes.

 

***

 

En el campamento del ejército de Chu, después de que Chu Yuan terminó de manejar los asuntos militares, fue a ver al camarote de Ye Jin. El niño ya estaba dormido en la cama con una bolsa de tela en la mano que nadie más podía quitarle.

 

—Es mi bolsa medicinal —Ye Jin cerró suavemente la puerta— al parecer, le gusta el olor de la medicina.

 

—Parece que habéis tenido una buena charla —sonrió Chu Yuan— ¿Qué averiguaste?

 

—Su nombre es Xiao Jinzi. Solía vivir en una isla, con sirvientes encargados de su cuidado —Ye Jin se apoyó en la barandilla del barco— todos llaman a su abuelo el inmortal Weng, pero se desconoce quiénes son sus padres.

 

—¿El inmortal Wen? parte del anciano Guishou, nunca he oído hablar de ningún otro anciano ermitaño en estos Mares del Sur —dijo Chu Yuan.

 

—Ya que es un ermitaño ¿cómo se dejaría conocer por forasteros? —dijo Ye Jin— pero como es amigo del anciano Nan, no hay necesidad de preocuparse por nada. Solo debemos esperar más.

 

—Gracias por tu arduo trabajo.

 

—Entonces iré con Yao’er a preparar el medicamento —dijo Ye Jin—, Xiao Jinzi estará bajo el cuidado de Lord Wen y el gran jefe Zhao, para que no le pase nada.

 

Chu Yuan sonrió.

—Adelante.

 

—El gran maestro Miaoxin está aquí —Ye Jin miró detrás de él.

 

Chu Yuan frunció el ceño.

 

—¿Qué? ¿no te agrada? —susurró Ye Jin— Pensé que estabas en buenos términos con él.

 

Chu Yuan negó con la cabeza.

—olvídalo, lo manejaré yo mismo.

 

—¿Has pensado que tal vez ha adivinado algo? —dijo Ye Jin— por eso ha estado tratando de que… establezcas una emperatriz.

 

—El destino del Gran Chu está completamente en mis manos —dijo Chu Yuan— si solo casándose con unas pocas concubinas puede hacer el país próspero y pacífico durante miles de años, entonces ¿por qué necesitamos tener esta guerra?

 

—Tienes razón —hizo un puchero Ye Jin— entonces me iré y podrás solucionarlo tú mismo.

 

«Este monje no es mucho mejor que Lord Tao Rende.»

 

Sixi se dio la vuelta en silencio y trotó hasta atrás, sosteniendo su gran barriga en sus brazos, yendo bastante rápido.

 

Chu Yuan: “…”

 

—Su Majestad —dijo Miaoxin detrás de él.

 

—Gran maestro —Chu Yuan se dio la vuelta y respiró hondo— ¿Necesita algo de mí?

 

—Su Majestad —Miao Xin bajó los ojos— solo estaba de paso, vi que usted y Su Alteza el Noveno Príncipe estaban aquí, así que vine a saludar.

 

—Si no hay nada más, regresaré primero —dijo Chu Yuan— Gran maestro, siéntase como en casa.

 

—Su Majestad —Miaoxin lo detuvo, queriendo decir algo más.

 

Del otro lado, Sixi jadeó y dijo:

—¡Su Alteza Duan! el maestro Miaoxin y el Emperador están en cubierta.

 

—Gracias Sixi —Duan Baiyue le dio unas palmaditas en el vientre y fue a buscarlo, justo a tiempo para ver que Chu Yuan se acercaba.

 

—¿Por qué estás corriendo? —Chu Yuan se echó a reír.

 

—¿Tú qué crees? —Duan Baiyue sujetó su cintura con ambas manos— Sabía que no debería haberme alejado ni medio paso.

 

—Regresemos —Chu Yuan tomó su mano— Xiao Jin y Yao’er están preparando medicinas. Veamos el estado de reparación del buque de guerra.

 

—No lo veas la próxima vez —Duan Baiyue tiró de él con fuerza.

 

—Estás bebiendo vinagre. Solo dijo que quería que me casara, pero no obligó a ver a una mujer, ¿por qué estás enfadado?

 

—Efectivamente, es por este asunto otra vez —Duan Baiyue se quedó quieto— Yo…

 

—Está bien, está bien —Chu Yuan lo abrazó y lo besó— No provoques problemas, ¿eh?

 

—¿Estoy causando problemas? —Duan Baiyue señaló a sí mismo.

 

—Nadie puede entender lo que él está pensando. Hablando francamente, también lamento haberle permitido unirse al ejército —suspiró Chu Yuan— pero el asunto ha llegado a este punto, no podemos despedirlo, solo conducirá a más caos.

 

—Solo temo que sufras —Duan Baiyue tiró de su mejilla.

 

—Cuando estaba en el palacio imperial, escuchar sus sermones diarios me hizo sentir mucho más a gusto. En ese momento, solo lo respetaba como un monje eminente. Más tarde, discutimos juntos los asuntos estatales, lo cual fue bastante revelador. —Chu Yuan se sentó sobre la valla— Pero esta vez, no puedo saber lo que pretende y ahora está empeñado que tú y yo nos casemos por separado. Es como si estuviera loco.

 

—Como dije antes —dijo Duan Baiyue— fue enviado por Lord Tao.

 

Chu Yuan se divirtió y le dio un pisotón.

—Tampoco le agradas al venerable Taifu. De vez en cuando, también me insta a establecer una reina. Pero a lo sumo solo es molesto y simplemente lo evito. Sin embargo, Miaoxin, es extremadamente extraño y no es algo que deba hacer.

 

—Puedes ser cauteloso, pero eso es suficiente, déjame el resto a mí —dijo Duan Baiyue— No te preocupes, conozco las prioridades y esperaré hasta después de la guerra para arreglar las cosas con él.

 

—También deberías mantenerte alejado de él —dijo Chu Yuan vacilante— Yo…

 

—Lo sé —Duan Baiyue sonrió y abrazó a su hombre— Vamos, te acompañaré a ver al General Xue.

 

Chu Yuan y él iban cogidos de la mano y frunció el ceño mientras caminaba. No quería dudar de Miaoxin, pero instintivamente tampoco quería que se acercara a la persona que amaba. Siempre se sentía un poco inseguro.

 

—Tu amado esposo ha vivido muchas batallas, así que no le teme a un burro calvo… ¡Hiss!... un monje virtuoso —dijo Duan Baiyue con agravio— ¡Me pellizcaste!

 

—¿Cuándo crees que vendrá el anciano Nan? —Chu Yuan retiró la mano.

 

—Dentro de diez días —dijo Duan Baiyue— supongo que este pequeño niño le fue robado a otra persona. Si no viene él mismo, entonces sus padres vendrán a por él.

 

Chu Yuan: “…”

 

«Es cierto»

 

—Tú y yo aún no estamos casados, y mi shifu no causará problemas en este momento —dijo Duan Baiyue— de lo contrario, si mi esposa se escapa, cuando yo sea un anciano, ¡le daré de comer solo pepinillos encurtidos todos los días!

 

Chu Yuan curvó sus labios con una sonrisa en los ojos.

 

***

 

—¡CORRE! —gritó Nan Moxie a todo pulmón en la isla desierta.

 

El anciano de barba blanca corrió tras él sintiéndose indignado.

 

¿Cómo puede un gran inmortal digno degradarse a tal estado? ¿podría ser más vergonzoso?

 

No fue hasta que dejaron atrás al enloquecido dragón que Nan Moxie se desplomó en la cubierta del bote y jadeó:

—Remad e id al campamento de la flota del Gran Chu.

 

—¡LEVÁNTATE! —el anciano de barba blanca estaba enojado.

 

—No me voy a levantar —Nan Moxie levantó la mano frente a sus ojos y admiró cuidadosamente la exquisita perla— ese es tu nieto, no el mío. Así que, remarás te guste o no.

 

—…

 

***

 

Xiao Jinzi se recostó sobre la espalda de Ye Jin, mirándolo machacar las hierbas y luego dijo afectuosamente:

—Mamá.

(n/t: no puede ser jajajajaja)

—¡¿Cómo te acaba de llamar?! —Duan Yao se sobresaltó.

 

Ye Jin extendió la mano y señaló al líder de la Alianza de Artes Marciales, Shen Qianfeng que acababa de entrar.

—Recuerda, esa es tu madre.

 

—¡Mn! —dijo Xiao Jinzi obedientemente.

 

Shen Qianfeng no sabía si reír o llorar. Levantó al pequeño bebé de su espalda y le preguntó:

—¿Cómo vas con la preparación de medicamento?

 

—Gracias a Yao’er —Ye Jin señaló una hilera de botellas pequeñas sobre la mesa—, después de que este medicamento entre en contacto con el mar, sin mencionar el olor a sangre, se convertirá en un hedor que se elevará hacia el cielo. Los soldados del Gran Chu deberán tener paciencia y encontrar algo de para taparnos las fosas nasales, pero los peces definitivamente no se acercarán.

 

—Sin esos extraños peces, los rebeldes nunca serían rivales para el Gran Chu —dijo Shen Qianfeng— no te preocupes, esta batalla no durará mucho.

 

—Eso sería perfecto —Ye Jin se levantó y estiró la cintura— me aburría demasiado cuando estaba en Mansión del Sol y la Luna. Ahora que estoy fuera, me doy cuenta de que es mejor estar en casa.

 

Shen Qianfeng extendió la mano para masajearle las sienes y susurró:

—¿Estás agotado?

 

Duan Yao inmediatamente cerró los ojos y se tapó los oídos, muy sabio.

 

Ye Jin: “…”

 

Shen Qianfeng le dio un rápido beso en la comisura de los labios:

—Voy a hacer otras cosas, así que no trabajes demasiado, ¿de acuerdo?

 

Ye Jin tomó a Xiao Jinzi de sus brazos, con las orejas rojas.

 

Aunque llevaban muchos años casados, él seguía sonrojándose.

 

Duan Yao parecía solemne y continuó recogiendo el pequeño frasco de medicina para mostrar que no vio nada. Por otro lado, Xiao Jinzi abrazó a Ye Jin con una sonrisa, imitando el ejemplo de Shen Qianfeng y se inclinó para darle un beso:

—¡Dulce!

 

Ye Jin: “…”

 

Los ojos de Duan Yao se llenaron de admiración. Incluso la esposa del líder Shen podía ser besada y cortejada por otro. No sabía quiénes eran los padres del niño, pero era tan joven y prometedor, que no podía creerlo. Los guardias secretos de la villa del Sol y la Luna estaban muy felices cuando los vieron, luego dirigieron su mirada hacia el lejano e infinito cielo azul decorado con un brillante sol y sus estados de ánimo también mejoraron.

 

***

 

Comparado con el ordenado campamento del ejército del Gran Chu, el reino Feimian era mucho más sombrío. Aunque el banco de peces grandes anteriormente dañó de forma grave a la flota del Gran Chu, no lograron herir a ninguno de sus líderes. En cambio, a Hei Ya le cortaron el brazo y casi pierde la vida. Había rumores en el campamento militar de que las habilidades en artes marciales de Duan Baiyue eran inigualables y que puede luchar contra un ejército completo por sí mismo, sin mencionar que también tienen a Shen Qianfeng, el líder de la Alianza de Artes Marciales, sentado a su lado. Con solo escucharlo, sabían que no eran fácil de tratar.

 

—No esperaba que Hei Ya fuera tan inútil —Chu Xiang negó con la cabeza— es una lástima que tú y yo hayamos planeado esto con tanto esmero.

 

—¿Está despierto? —preguntó Liu Jinde.

 

—Ha despertado, pero está confundido y medio muerto —dijo Chu Xiang— esa espada es Xuanming Hantie. La energía de la espada congeló la herida, por lo que Hei Ya pudo salvarse la vida. Pero al mismo tiempo, el qi frío también dañó su corazón y tal vez su cerebro. No estoy seguro si la hoja de la espada es venenosa, pero en este momento, se le considera un desperdicio.

 

Liu Jinde negó con la cabeza:

—¡Basura!

 

—No importa que él sea un desperdicio, siempre y cuando tú y yo no seamos igual —dijo Chu Xiang— aunque los peces grandes son feroces, no es fácil tratar con Chu Yuan si está mi noveno hermano* alrededor, es posible que esté preparando grandes cantidades de veneno. No importa si perdemos la primera batalla, definitivamente ganaremos la segunda.

(Noveno hermano= Ye Jin)

—¿Está todo arreglado? —preguntó Liu Jinde.

 

—Vamos —Chu Xiang se puso de pie— echemos un vistazo juntos.

 

***

 

—¡Listo! —Duan Yao aplaudió— ¿es suficiente?

 

—Es suficiente —Ye Jin se estiró y dijo con una mueca— Después de abrazar a este gordito por un tiempo, me tiemblan las piernas.

 

—No sé de dónde sacó mi shifu a este niño —Duan Yao le pellizcó el bracito— sería genial si nadie lo quisiera.

 

«También me lo puedo llevar de regreso a la Mansión del Suroeste.»

 

Xiao Jinzi se estaba divirtiendo mucho sosteniendo un gran insecto en su mano.

 

Los guardias secretos de la Mansión del Sol y la Luna que los rodeaban sintieron dolor en los dientes. Dejar que el Médico Divino Ye y el joven príncipe Duan cuiden juntos a un pequeño niño, ¿qué le enseñarían aparte de jugar con bichos y hierbas?