DWGL 146: ¿Qué está pasando?

 

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El maestro te preguntó cuándo quieres casarte.

 

—¿Un matrimonio con este rey? —se sorprendió Duan Baiyue— nunca había oído hablar de este asunto.

 

—Su Majestad me detuvo, así que, por supuesto, usted no se enteró de esto —dijo Sixi— en ese momento, la familia Liu era extremadamente poderosa en la corte imperial y la obstinada enfermedad del difunto emperador recurrió y él estaba preocupado que Su Majestad sufriera en el futuro y como la prefectura del Suroeste también estaba… ¡ejem!

 

—El Suroeste era inestable en ese momento, mejor dicho, siempre ha estado así —Duan Baiyue sonrió— mi padre estuvo luchando toda su vida. Parecía que estaba luchando para recuperar las tribus fronterizas, aunque en su corazón no pensaba en el trono, sólo quería pasar un buen rato, pero en el corazón del difunto emperador, temía que no pensara así.

 

En cuanto a él, al principio siempre estuvo en contra de la corte imperial, solo para poder actuar sin ser molestado y para proteger el Gran Chu por su cuenta, por esta razón, surgió la idea que es conocida en el mundo como alguien con ambiciones lobunas.

 

—Sí —dijo Sixi con imparcialidad— con la familia Liu en la corte imperial, el Suroeste inestable y el Emperador en ese momento con sólo dieciséis o diecisiete años. Su Alteza no sabe que la enfermedad del difunto emperador fue tan grave que, no solo fue tratado por los médicos imperiales, sino también los médicos extranjeros y fue casi… bueno, fue realmente un momento aterrador.

 

—¿Entonces quiso apaciguar y conquistar la Mansión del Suroeste concediendo un matrimonio para evitar el caos en medio del caos? —Duan Baiyue sonrió— estas acciones tienen sentido, pero me parece que no había ninguna doncella con quien casarse en el palacio imperial en ese momento ¿quién era?

 

—La hija del difunto emperador, estaba rezagada con el pueblo, era más joven que Su Majestad y acababa de alcanzar la madurez ese año —susurró el eunuco Sixi.

 

Duan Baiyue chasqueó la lengua:

—¡Tsk! el difunto emperador era realmente… asombroso.

 

—La madre de la princesita era una humilde plebeya y todos en su familia lo sabían, así que después de que el difunto emperador la abandonó, se la llevaron de regreso a su ciudad natal en Shanxi y en secreto dio a luz a una hija. Luego la dama una envió una carta al palacio imperial, pero el difunto emperador la leyó, pero no la tomó en serio. Le tomó doce años recordarla.

 

Duan Baiyue se frotó el centro de las cejas y, al cabo de un rato, dijo:

—¡Estoy impresionado!

 

—Entonces el difunto emperador envió gente a Shanxi para llevar a la pequeña princesa de regreso a Wang Cheng. Planeo elegir un día propicio para que ella reconociera a los antepasados e integrarla al clan.

 

—¿Para poder casarla con este rey?

 

—Exactamente.

 

Duan Baiyue extendió las manos y se reclinó en el suave cojín, sin palabras.

 

El eunuco Sixi estaba complacido, lo cubrió con el edredón y susurró:

—Antes de la ceremonia de entronización, todo se hizo en secreto, pero no existe un muro hermético en el mundo y Su Majestad se enteró de esto a los pocos días.

 

—¿Se enojó? —Duan Baiyue sonrió.

 

—No, la ira de Su Majestad es diferente a la de los demás. No es ruidoso ni quisquilloso, solo se queda muy tranquilo y taciturno, eso todavía muy aterrador.

 

Duan Baiyue se rascó la barbilla:

—¿Y luego qué?

 

—Luego Su Majestad fue al Palacio Suhui y liberó en secreto a la princesita. Desde entonces, no ha habido noticias de ella. No sé a dónde fue.

 

—¿La dejaron ir? —preguntó Duan Baiyue.

 

—La demos escapar, este asunto fue hecho por el viejo esclavo y Su Majestad juntos. La princesita no era una persona sencilla. Parece que alguien originalmente planeó entrar para salvarla y Su Majestad simplemente abrió las puertas —Sixi bajó la voz un poco más— antes de irse, le dijo a Su Majestad que ni muerta se casaría con usted y que solo se casaría con el usted si tuviera una enfermedad en la cabeza.

 

—Yo no la provoqué —dijo Duan Baiyue con opresión en el pecho.

«Tiene una lengua bastante venenosa, seguramente ella tiene una enfermedad en la cabeza.»

 

—Nadie sabía sobre esto al principio, pero luego el difunto emperador envió gente a perseguirla y Su Majestad envió gente para detenerlo y el secreto fue revelado. El difunto emperador estaba furioso en ese momento, pero Su Majestad insistió en que no sabía que a dónde fue la princesa.

 

—¿Lo castigaron de nuevo? —preguntó Duan Baiyue.

 

—Por supuesto —Sixi suspiró.

 

—Este eunuco fue el mismo en esa batalla y se negó a tomar un respiro —Duan Baiyue volvió a palmear su gran barriga— Fui al palacio y no lo vi. Nunca imaginé lo que estaba pasando. Pude hacerlo enojar y no me atrevería hacer nada para hacerlo enojar. Si hubiera sabido que no podría levantarse de la cama después de ser castigado, habría corrido al Palacio del Este ese día.

 

Sixi se echó a reír y dijo:

—Su Alteza Duan ha trabajado muy duro hasta ahora, así que, no es demasiado tarde para compensarlo.

 

“…”

 

Duan Baiyue retrocedió y dijo:

—Mn.

 

Sixi metió sus manos en las mangas y levantó los ojos.

—¿Quién hace que el corazón del Emperador Chu duela?

 

—¡Sixi! —Duan Baiyue lo sostuvo por los hombros con ambas manos— cuando Xiao Yuan me siga de regreso a Dali, usted también vendrá conmigo. Habrá carne de cabeza de cerdo estofada y jabalí pelo negro con salsa de soja todos los días en la Mansión del Suroeste.

 

—Eso es bueno —dijo alegremente el eunuco Sixi.

 

Chu Yuan se apoyó contra la puerta con los brazos cruzados y dijo fríamente:

—¿Qué estás haciendo?

 

—Su Majestad —Sixi rápidamente se levantó e hizo una reverencia— charlaba con el Rey del Suroeste un rato.

 

—¿Charlaban? —Chu Yuan entró y agarró la cara de Duan Baiyue— estás sonriendo ¿de qué estaban hablando?

 

Duan Baiyue le guiñó un ojo y Sixi salió silenciosamente comprendiendo, cerrándoles la puerta a los dos con una sonrisa en su rostro.

 

—Eres muy valiente y te atreves a conquistar a la gente que me rodea —Chu Yuan le agarró la oreja.

 

Duan Baiyue “siseó”.

—¡Hiss! ¿por qué volviste tan temprano, el asunto se acabó?

 

—No hemos terminado de hablar, pero nadie tiene ni idea. Esos viejos pescadores no lo saben y ni siquiera han oído hablar de este tipo de técnica de lluvia —Chu Yuan soltó su oreja— así que terminamos temprano y mañana, cuando tengamos la mente más despejada, discutiremos las contramedidas.

 

—Entonces puedo ir a la reunión mañana por la mañana, ¿verdad? —Duan Baiyue movió los brazos.

 

—No —Chu Yuan se sentó junto a la cama— el harén no puede interferir en los asuntos políticos.

 

Duan Baiyue extendió la mano y lo abrazó:

—Oh.

 

—Todavía te ríes —Chu Yuan se sostuvo la cara con ambas manos y frunció el ceño— ¡qué diablos te dijo Sixi!

 

—Di que me amas desde el fondo de tu corazón —Duan Baiyue giró al hombre y lo presionó hacia abajo.

 

—¡¿Qué te está pasando?! —Chu Yuan fue tomado con la guardia baja y dijo con dolor de cabeza— estás cubierto de heridas y todavía te niegas a detenerte.

 

—Te lo dije, es una herida superficial —Duan Baiyue bajó la cabeza y besó sus labios— sé buen chico.

 

Chu Yuan ladeó la cabeza.

—¡No! levántate tú primero.

(n/t: menudo corta rollos en el colega)

—¿De qué forma puedo besarte si me levanto? —Duan Baiyue se rascó la nuca— ahora no puedo mover un brazo, no puedes intimidarme.

 

Chu Yuan levantó los ojos para mirarlo.

 

Duan Baiyue sonrió y presionó suavemente su frente contra la de él.

 

La luna estaba alta en el cielo y cuando Sixi no escuchó movimiento en el interior, bostezó y regresó a su habitación. Después de que todos se dispersaron, Ye Jin fue a revisar a algunos oficiales y soldados que habían quedado empapados por la lluvia extraña, por lo que regresó un poco tarde. Al pasar por la habitación de su hermano, se acostumbró a echar un vistazo.

 

—El Rey del Suroeste está herido —le recordó Shen Qianfeng.

 

«Incluso si quieres perseguirlo, todavía tienes que esperar hasta mañana.»

 

Ye Jin estaba indignado y luego se subió a su espalda.

—Llévame de regreso.

 

Shen Qianfeng caminaba lentamente con él a sus espaldas.

—¿Estás cansado?

 

—Tengo miedo —murmuró Ye Jin.

 

—¿De qué tienes miedo, esa lluvia inexplicable? —preguntó Shen Qianfeng.

 

—No.

 

—¿Entonces es al Rey del Suroeste?

 

Ye Jin hizo un puchero.

 

«Cubierto de sangre y vestido con ropa blanca, ¿a quién intentaba asustar?»

 

Shen Qianfeng sonrió y no dijo más.

 

Después de un tiempo, Ye Jin agregó:

—La razón principal es que aún no ha sido castrado.

 

«No es por nada más.»

 

—Sí —dijo Shen Qianfeng.

 

«¡Qué superficial!» Ye Jin le pellizcó la oreja, se inclinó y le dio un mordisco.

 

Duan Yao se sentó en el techo del barco, mirándolos a los dos regresar a su habitación y luego continuó mirando al cielo con las manos en las mejillas.

 

Los rumores son ciertos, al menos el médico divino Ye parece estar bastante tranquilo y de buen comportamiento durante este tiempo.

 

***

 

Aunque todos durmieron hasta muy tarde, se levantaron al amanecer del día siguiente y esperaron en el vestíbulo a Chu Yuan y Duan Baiyue.

 

Duan Yao bostezó continuamente, tomó bocadillo de la mano de Ye Jin y se lo comió. Sus cejas y nariz se arrugaron por lo agrio que estaba, pero se sentía bastante sobrio.

 

—Buenos días a todos —Duan Baiyue abrió la cortina y entró con Chu Yuan.

 

—Su Majestad, hermano —Duan Yao le entregó un frasco pequeño— ¿Les gustaría un bocadillo? Acabamos de terminar de compartirlo.

 

—Casi se acaba ¿es tan delicioso? —Chu Yuan tomó un trozo casualmente.

 

—¡Oh! —Duan Yao sugirió sinceramente— es mejor dejar que mi hermano coma primero.

 

—¡Tsk! ¡¿Crees que soy estúpido?! —exclamó Duan Baiyue.

 

Chu Yuan sonrió y negó con la cabeza, devolviendo el bocadillo.

—No provoques problemas.

 

Duan Yao se sintió agraviado

«No estoy provocando problemas. Realmente son para comer.»

 

Wen Liunian se humedeció los labios y le susurró a Zhao Yue:

—En realidad, es bastante dulce por dentro.

 

El gran jefe Zhao le dio unas palmaditas en la espalda, se lo comprará la próxima vez.

 

—Todos trabajaron duro ayer —Chu Yuan se sentó— sigamos hablando de la nube negra y esa lluvia extraña.

 

—El agua con miel se distribuyó a los soldados y nadie tiene síntomas de intoxicación —dijo Xue Huaiyue— los médicos militares también lo comprobaron y dijeron que no hay ningún problema grave.

 

—Eso es bueno —Chu Yuan asintió.

 

—¿Alguien ha visto esa nube claramente? —preguntó Duan Baiyue.

 

—¿Verla claramente? —dijo Wen Liunian—, no le presté atención antes, ¿quién seguiría mirando las nubes oscuras mientras llueve? Pero luego todos descubrieron que la lluvia era extraña, así que miré hacia arriba por un momento y había gran nube negra en el cielo, en todo caso, parecía ser un poco más baja que las nubes oscuras ordinarias.

 

—Entonces ¿no podría ser una nube? —Duan Baiyue especuló.

 

—También es posible que en el Reino Feimian sean muy buenos con la hechicería —dijo Wen Liunian— pero incluso si determinamos que no es una nube, no sabemos qué es exactamente y todavía no hemos encontrado una manera de romper ese hechizo.

 

—Su Majestad —informó Sixi afuera— el maestro Miaoxin y el joven maestro Sikong han regresado con sus tropas.

 

—¿Tan pronto? —Chu Yuan se sorprendió— que pasen.

 

Duan Yao rápidamente miró a su hermano mayor.

«¿Lo escuchaste? El monje ha regresado. Y justo ahora que esta con heridas en toda la cara y el cuerpo. ¡Ayoo!»

 

Duan Baiyue quería arrojar a su hermano menor al mar.

 

Miaoxin todavía vestía su túnica de monje gris, hizo una reverencia y saludó:

—Saludos, Su Majestad.

 

—Maestro, es demasiado cortés —dijo Chu Yuan— has trabajado muy duro.

 

Sikong Rui se hizo a un lado y miró a Duan Baiyue de arriba abajo, rebosando de felicidad y conteniendo la risa.

 

«¡¿Por qué está en esa condición tan miserable?! ¡Ja, ja, ja, ja!»

 

Duan Baiyue: “…”

 

Chu Yuan tosió dos veces.

—Joven maestro Sikong, gracias por su arduo trabajo.

 

—Su Majestad, fue un placer —Sikong Rui inmediatamente se enderezó— un hombre debe servir a su país. Además, en el camino, el maestro también me ha enseñado mucho y me he beneficiado.

 

Duan Baiyue lo miró con una sonrisa significativa.

«¿Es así?»

 

—El gran maestro y el joven maestro Sikong viendo la suciedad y humedad en sus ropas, deben haber estado viajando día y noche —Ye Jin dijo— ¿Por qué no volvemos y tomamos un breve descanso antes de venir juntos a deliberar?

 

—Está bien —dijo Chu Yuan— entonces regresen y cámbiense de ropa primero y luego toma una taza de té. Vuelvan después de haber descansado.

 

—Acompañaré a Sikong de regreso —dijo Duan Baiyue.

 

Sikong Rui rápidamente agitó su mano:

—Su Alteza Duan, no hay necesidad de eso ahora. No soy una doncella de dieciséis o diecisiete años, que necesita que alguien la envíe a su habitación… ¡iré!

 

Duan Baiyue arrastró a Sikong hacia afuera.

 

Chu Yuan no sabía si reír o llorar y agitó las manos con impotencia:

—Gran maestro, por favor regrese rápido.

 

Miaoxin inclinó la cabeza, se dio la vuelta y salió del vestíbulo.

 

—¡HERMANO DUAN! ¡HERMANO DUAN! ¡SU ALTEZA! ¡DUAN BAIYUE! —Gritó Sikong Rui de dolor todo el tiempo— No creas que no me atreveré a tomar medidas si cuelgas tus colores, ¡te repudiaré como mi hermano jurado! ¡romperé todos los lazos de amistad contigo! ¡AH!

 

—¡Habla! —Duan Baiyue lo arrojó en un rincón— De lo contrario, te lanzaré al mar.

 

Sikong Rui se sentó tranquilamente en el suelo con las piernas cruzadas y dijo:

—Oye, te ayudo amablemente a vigilarlo, pero no sé qué es lo que te conviene.

 

—¿A quién vigilaste? —Duan Baiyue se sentó frente a él.

 

—¿Eh? A ese monje… —dijo Sikong Rui—, originalmente, debería haber ido a verte después de recoger las hierbas medicinales y enviarlas al Reino Baixiang, pero luego pensé que no, no es fácil para ti ser la Emperatriz, no puedes permitirte meter la pata otra vez, así que lo seguí hasta allí.

 

Duan Baiyue le dio unas palmaditas en el hombro.

 

—Bueno, no me arrojes al mar —Sikong Rui se acercó a él— pero para ser honesto, este gran maestro es realmente como un monje eminente. Es casto y compasivo. Se quedó en el Reino de Baixiang solo un mes, y la gente ya lo respetaba y admiraba mucho.

 

Duan Baiyue se sostuvo la cabeza con una mano y tenía los ojos oscuros.

 

Sikong Rui tosió dos veces:

—¿No es algo bueno?

 

—Por supuesto que sé que el monje no será una persona traicionera, de lo contrario Xiao Yuan no estaría dispuesto a asociarse con él —Duan Baiyue lo miró y dijo con voz profunda— ¿pero de quién eres hermano?

 

—Soy tu hermano —dijo Sikong Rui con seriedad— está bien, prestaré atención a mi redacción en el futuro. No elogiaré lo que no debe ser alabado.

 

—Continua —asintió Duan Baiyue.

 

—Parece que no tiene deseos y de hecho ¡no tiene deseos! —dijo Sikong Rui— sin embargo… está muy interesado en ti.

 

—…

 

—¿Es esta la redacción a la que dijiste que prestaste atención? —dijo Duan Baiyue.

 

—Cuando era niño, golpeaba a los profesores que mi padre contrataba.

«Así que no puedes culparme por hablar así.»

 

Duan Baiyue lo soportó y continuó:

—¿Por qué crees que está “interesado” en mí?

 

—Siempre que este monje estaba libre, iba a charlar conmigo —dijo Sikong Rui.

 

—Entonces, yo día que está “interesado en ti”.

 

—Aún no he terminado de hablar ah… me ha preguntado que cuándo quieres casarte —agregó Si Kong Rui.

 

Duan Baiyue guardó silencio durante un rato:

—¿Es adicto a buscar pareja a los demás?

 

—Pero nunca me preguntó si estaba casado o no. Y eso que también soy muy guapo, ¿verdad?

 

Duan Baiyue dijo en voz alta:

—¡HERMANA XIUXIU!

 

—¡No grites! —Sikong Rui le cubrió la boca— Me duele la cabeza.

 

Duan Baiyue apartó su mano.

—¿Solo quiere saber cuándo quiero casarme?

 

—Sí.

 

—Entonces, ¿cómo le respondiste?

 

—Dije que depende del Emperador cuándo te casas —Al mencionar esto, Sikong Rui se sintió muy orgulloso.

 

—Bien dicho —Duan Baiyue realmente lo elogió.

 

—¿Pero por qué le importa tu matrimonio? —se preguntó Sikong Rui.

 

—No solo se preocupa por mí, sino que también se preocupa por Xiao Yuan —dijo Duan Baiyue— parece que quiere que nos casemos por separado y no nos veamos.

 

—…

 

—Es enfermizo —dijo Sikong Rui.

 

—Como sea, siempre y cuando no tenga motivos ocultos, podemos esperar hasta después de la guerra para discutir el resto —Duan Baiyue se levantó.

 

—¡Espera! ¡espera! ¡espera! no he preguntado todavía, ¿cómo te lastimaste? —Sikong Rui lo tomó del brazo y lo miró— ¿es un truco amargo?

 

—Bueno, fue en el mar delante de una formación de niebla hace unos días —dijo Duan Baiyue— cuando fui a romper la formación me rasparon rocas destrozadas. No es grave.

 

—Este lugar ya está muy cerca del Reino Feimian —dijo Sikong Rui— el número de trampas sólo aumentará.

 

—Anoche, una nube negra flotó sobre este lugar y cayó una lluvia venenosa. Debe ser Hei Ya el que está causando problemas. ¿Alguna vez has oído hablar de algo parecido en tantos años en el Mar del Este?

 

—¿Lluvia venenosa? —pensó Sikong Rui por un momento y dijo— eso no es lluvia en absoluto, de lo contrario, ¿quién podría tener la capacidad de envenenar la lluvia.

 

—Supongo que no es una nube, pero no sé qué es exactamente.

 

—No te preocupes, lo pensaré con más calma otra vez —dijo Sikong Rui con un sentido de misión— tienes que conseguir más hazañas militares para poder presumir cuando te cases en el futuro.

 

Duan Baiyue levantó la comisura de la boca:

—Muchas gracias.

 

—Nube negra… —Sikong Rui se rascó la barbilla hasta llegar a la habitación. Duan Baiyue sacudió la cabeza con una sonrisa y se volvió hacia el vestíbulo.

 

El resto de la gente estaba afuera tomando un poco de aire fresco y Chu Yuan era el único que bebía té en la mesa.

 

—¿Yao’er te lo dio? —Duan Baiyue tomó su taza de té— Pu’er de la Montaña del Té del Suroeste.

 

—¿Puedes saber esto? —preguntó Chu Yuan con curiosidad— estoy sorprendido.

 

Duan Baiyue estaba bastante orgulloso.

 

—Pero adiviné mal —Chu Yuan tomó la taza de su mano— es de Hangzhou, Maojian, que está a miles de kilómetros de la montaña de Té del Suroeste.

 

Duan Baiyue frunció los labios y se inclinó para besarlo.

 

—Hay gente afuera, no causes problemas —Chu Yuan sonrió y se alejó, mientras le servía un poco de agua, dijo— ¿Saliste a hablar de Miaoxin otra vez?

 

—Solo me ha contado lo que hizo —Duan Baiyue se mostró desdeñoso y tosió dos veces— Bueno, sólo unas pocas palabras.

 

Chu Yuan se pellizcó la mejilla y tiró de ella.

—Acaso tienes cinco años, quizás seis años es demasiado para ti.

 

—Sikong elogió a Miaoxin hacia el cielo, que es compasivo, simpático y es Bodhisattva viviente. También dijo que a toda la gente le agradaba —tarareó Duan Baiyue.

 

Chu Yuan arqueó las cejas.

—¿Entonces estás indignado por eso?

 

—…

 

—Dime, ¿qué más hay? —Chu Yuan dejó el tazón de té.

 

—También está ese gran maestro ha estado preguntando todo el tiempo cuándo quiero casarme —dijo Duan Baiyue.

 

—¿Qué? —Chu Yuan se quedó atónito.

 

—No te estoy mintiendo. A Sikong también le resulta difícil de entender. Miaoxin parece querer que tú y yo nos casemos por separado.

 

—¿Será que pudo calcular algo?... —Chu Yuan frunció el ceño— Entonces…

 

—¡¿Qué puede calcular?! los grandes monjes del Templo de la Luz Dorada han dicho que yo soy la destinada Emperatriz.

 

Chu Yuan se atragantó por un momento. «Lo recuerdas con claridad.»

 

—Pero no te preocupes, mientras él no tenga otros pensamientos, no iré en su contra. —Duan Baiyue sirvió otra taza de té— en fin, esto es Pu’er, ¿verdad?

 

Chu Yuan sonrió, se inclinó hacia adelante y chocó su nariz con la de él.

—Muy bien, dile a los demás que entren.