DWGL 144: Espejismo


 

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Todo su cuerpo está cubierto de plumas.

 
Las enormes olas del mar se elevaban hacia el arriba y estaban conectadas con las nubes negras del cielo, como si quisieran tragarlo todo. El corazón de Chu Yuan estaba en su garganta y otro trueno estalló, explotando en el cielo sobre la formación de niebla. Wen Liunian apretó los puños en secreto, se dio la vuelta y quiso subir a buscar a Chu Yuan, pero vio a Ye Jin corriendo a toda prisa.
 
—Lord Ye —dijo rápidamente Wen Liunian— ¿el Emperador Chu me ha convocado?
 
—Su Majestad no ha dicho nada —dijo Ye Jin— es solo que yo quiero preguntarle, si la tormenta es tan aterradora ¿se necesita enviar tropas para el rescate?
 
—La formación aún no se ha roto, por eso surgen olas tan turbulentas —Wen Liunian se dio la vuelta y echó otro vistazo— la niebla aún no se ha despejado y puede ser peligroso para el ejército entrar.
 
—Pero… —Ye Jin dejó de hablar y se tragó las palabras. Esta tormenta tan devastadora hizo que incluso los soldados en el barco se sintieran muy asustados, sin mencionar a las dos personas en la isla, que probablemente han sido rodeadas por los truenos y relámpagos.
 
Wen Liunian quería decir algunas palabras de consuelo, pero una luz roja brilló detrás de él en un instante, iluminando el cielo. Hubo un fuerte ruido en lo profundo del suelo y una corriente de aire salió rugiendo, arrastrando agua de mar y arena durante mucho tiempo y luego se estrelló contra el fondo del mar como una fuerte lluvia.
 
Todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos. Cuando todos reaccionaron, los alrededores se habían calmado. Sólo un humo espeso se elevaba de la niebla, trayendo consigo un olor al acre de la pólvora.
 
Las rodillas de Wen Liunian se suavizaron y casi se sentó en el suelo.
 
—¡Hombres! —Chu Yuan bajó de la torre de vigilancia— ¡Asignen a tres mil soldados para ir conmigo a la batalla!
 
—Deja que Qianfeng vaya por ti —Ye Jin lo detuvo.
 
—Iré en persona —dijo Chu Yuan— Qianfeng y el general Xue se quedarán aquí y vigilarán a Yao’er. Lord Wen no se le permite bajar del barco. Todo debe ajustarse en consecuencia.
 
Wen Liunian inclinó la cabeza y dijo:
—Obedezco la orden de Su Majestad.
 
Ye Jin sabía que no podía detenerlo, así que suspiró en su corazón, dio algunas instrucciones y lo siguió con la caja de medicinas en la mano.
 
En este momento, la tormenta en el mar se detuvo, las nubes que parecían haber sido sacadas de la tinta se dispersaron y el cielo gradualmente volvió a un azul claro. Solo el olor a azufre en el aire que no pudo disiparse durante mucho tiempo y la ropa de todos mojadas por las olas, les recordó la impactante escena que sacudió la tierra.
 
Las enormes olas se detuvieron, la entrada de la formación se rompió y los monstruos en las rocas desaparecieron sin dejar rastro. La tropa del Gran Chu se abrió paso sin problemas. Había un barco boca abajo sobre un banco de arena. Era el barco conducido por Duan Baiyue y Zhao Yue, que estaba roto y con fondo hecho añicos.
 
—Hay arrecifes y bajíos por delante. Abandonar el barco sería más propicio para la acción en su lugar. Además, esto es lo que esperaba el Lord Wen —dijo Ye Jin— no hay necesidad de preocuparse.
 
Chu Yuan asintió, ordenó a los soldados que estuvieran más atentos y siguió en alineación para guiar los barcos a través de las grietas de las rocas. Cuanto más se adentraban, más turbia se volvía el agua. Muchas de las superficies de agua estaban bloqueadas por piedras y barro, lo que hacía casi imposible moverse un centímetro.
 
Chu Yuan simplemente saltó del bote y caminó por el suelo expuesto para buscarlo.
 
En un espacio abierto, Zhao Yue estaba vendando la herida de Duan Baiyue. Aunque parecía chorrear sangre, pudo determinar que no era grave después de tomarle el pulso.
 
—Gracias —Duan Baiyue tenía un poco de sudor frío en la frente.
 
Zhao Yue suspiró.
—Su Alteza se arriesgó para romper la formación solo. Debería ser yo quien le dé las gracias.
 
Duan Baiyue forzó una sonrisa.
—No es necesario que dos personas hagan algo que puede hacer una sola. Afortunadamente, aparte de estas lesiones en la piel, estoy bien. La formación se ha roto, así que no fue en vano. Solo esperemos que alguien nos lleve de regreso.
 
—Me temo que el Emperador Chu vendrá en persona.
 
—…
 
Duan Baiyue miró la sangre por todo su cuerpo y guardó silencio.
 
—¿Qué tal si voy a por un poco de agua y le limpio el rostro a Su Alteza? — Zhao Yue sugirió.
 
—Bien —dijo Duan Baiyue.
 
Aunque todo alrededor era agua de mar turbia, no quedaba otra opción, era mejor que tener la cara llena de sangre. Zhao Yue se arrancó un trozo de su túnica, la escurrió en el mar y la sacudió durante mucho tiempo para quitarle restos de arena y barro.
 
—¡Hiss!… —jadeó Duan Baiyue.
 
Había muchos cortes pequeños en su rostro. Zhao Yue los evitó con cuidado y le restregó con rudeza. Luego miró la cara pintada de barro con sangre y lo consoló:
—… Mucho mejor.
 
Duan Baiyue lo miró fijamente
—Con el debido respeto, su expresión en este momento no parece creíble.
 
Zhao Yue se congeló y tuvo que volver a decir:
—Si el Emperador Chu lo ve, solo le dolerá el corazón.
«No deberías ser enviado al palacio frío por esto, por lo que no hay que preocuparse demasiado.»
 
Duan Baiyue suspiró para sus adentros y rogó que Ye Jin no permita que Chu Yuan baje del barco, para darle tiempo de cambiarse de ropa y lavarse la cara.
 
Hubo gritos en la distancia, eran los refuerzos del Gran Chu. Zhao Yue se puso de pie y saludó, diciendo en voz alta:
—¡POR AQUÍ!
 
—¿Quién dirige las tropas? —Duan Baiyue preguntó.
 
—El Emperador Chu —Zhao Yue respondió.
 
Duan Baiyue se llevó la mano a la frente.
 
Chu Yuan corrió por el agua fangosa y Ye Jin lo siguió de cerca, llevando la caja de medicamentos. Al ver a Duan Baiyue apoyado debajo de una roca cubierta de sangre desde la distancia, se asustó y corrió lo más rápido que pudo.
 
—¿Cómo estás? —Chu Yuan se abalanzó a su lado asustado, sosteniendo su fría mano derecha y su voz temblando imperceptiblemente.
 
Duan Baiyue sonrió y dijo:
—Es solo una herida superficial, solo parece un poco aterradora. ¿Por qué corriste hasta aquí tú solo?
 
—¡XIAO JIN! —Chu Yuan se levantó y se apartó antes de que pudiera decir algo más.
 
Ye Jin abrió la caja de medicamentos y revisó la herida de Duan Baiyue. Suspiró aliviado y su rostro se suavizó para decir:
—No es nada grave, es solo que tal vez se quede calvo en el futuro. No tiene más remedio que aceptar este hecho.
 
—¡¿Eh?! —Zhao Yue se sorprendió.
 
—¡Pfff! —Duan Baiyue soltó una carcajada.
 
Chu Yuan extendió la mano y le pellizcó el brazo.
 
Duan Baiyue arrugó las cejas y la nariz de dolor y murmuró con agravio:
—¿Cómo puedes pellizcar a un herido?
 
—Ajustaré cuentas contigo después de que te hayas recuperado —Chu Yuan retiró la mano y el corazón que había estado colgando de su garganta finalmente cayó hacia atrás. Conocía el temperamento de Ye Jin. Si Duan Baiyue realmente tuviera algo malo, definitivamente no diría tonterías durante la consulta. Y como todavía estaba de humor para hablar sobre la calvicie, significa que en realidad era solo una lesión superficial.
 
Ye Jin comenzó a vendar la herida.
 
Duan Baiyue elogió.
—El Médico Divino Ye es realmente la reencarnación de Hua Tuo [1].
 
—¿Por qué estás temblando? —le preguntó Ye Jin.
 
La expresión de Duan Baiyue era muy difícil de describir.
—Si hubieras vendado la herida con suavidad, habrías sido Hua Tuo.
 
—¡Hmph!
 
Chu Yuan no sabía si reír o llorar cuando escuchó esto, así que los dejó estar. Se volvió hacia Zhao Yue y le dijo:
—Tengo que dar las gracias al gran jefe Zhao por su ayuda.
 
Zhao Yue negó con la cabeza:
—Su Majestad está exagerando, es solo una parte de mi trabajo. Además, al momento de romper la formación, Su Alteza Duan se fue solo y yo no hice nada más.
 
—Gran jefe Zhao, regrese primero —dijo Chu Yuan— Lord Wen quiere venir, pero no se lo tengo permitido. Me temo que lo está esperando ansiosamente.
 
Después de que Zhao Yue le agradeciera, se dio la vuelta y regresó al buque de guerra.
 
Ye Jin también consiguió una camilla y ordenó a los solados que llevaran a Duan Baiyue de regreso.
 
—¡Hermano! —Duan Yao no podía esperar más, así que remó para encontrarlo. Cuando vio a su querido hermano, que estaba ensangrentado y envuelto como una bola de masa de arroz, medio muerto en una camilla, de repente estalló en lágrimas.
 
A Duan Baiyue le dolía la cabeza:
—Aún no estoy muerto.
 
Chu Yuan frunció el ceño de repente cuando escuchó esto.
 
Duan Baiyue:
—…
 
Duan Yao saltó al bote y palpó los músculos y huesos de su hermano de arriba a abajo para asegurarse de que no pasaba nada, luego se sacó un pañuelo de las mangas y se sopló la nariz.
 
Chu Yuan le dio una palmada en el hombro y dijo:
—No es nada. Justo ahora me preocupaba que hubiera algún mecanismo oculto, así que le pedí a Qianfeng que te vigilara. ¿No estás enojado?
 
Duan Yao sacudió la cabeza e hipó.
 
Chu Yuan pidió un pañuelo limpio y le secó la cara con cuidado. Duan Baiyue apretó los dientes al ver esta escena.
«¡Pequeño demonio!»
 
—¡AH! —Gritó de repente Duan Yao, sorprendiendo al resto de la gente en el barco.
 
—¿Qué pasa? —preguntó Chu Yuan.
 
También hubo una conmoción afuera y todos miraban en la misma dirección. Vieron un ejército de hombres flotando en el aire no muy lejos, vestidos de manera extraña, con túnicas y máscaras negras, de pie indescriptiblemente taciturnos. El hombre a la cabeza llevaba una capa negra que parecía tejida con las plumas de algún tipo de pájaro. Sostenía un cetro y al parecer le decía algo a la multitud.
 
—Debe ser un espejismo —dijo Ye Jin.
 
Chu Yuan asintió.
—Si no me equivoco, el líder es Hei Ya, el señor del Reino Feimian.
 
Ye Jin lo miró por un momento, hasta que la sombra se desvaneció, y luego dijo
—Está lleno de plumas.
 
—…
 
—Hei Ya*, es digno de su nombre. —resopló Ye Jin.
(nt: Hei Ya = cuervo negro)
Duan Baiyue se incorporó e intentó sentarse, pero fue reprimido por un par de manos al mismo tiempo, que lo empujaron hacia debajo de nuevo.
 
—…
 
Chu Yuan y Duan Yao miraron a Ye Jin con cierta sorpresa.
 
Ye Jin dijo con frialdad:
—¿Qué quieres mirar?
 
Duan Yao tosió dos veces y cambió de tema.
—El espejismo duró mucho tiempo. Creo que todas las tropas del Gran Chu deberían haberlo visto.
 
—Es normal que lo vean —Ye Jin chasqueó la lengua— luce extraño. Puedo observar a simple vista que tiene alguna enfermedad en el riñón y con ese montón plumas, parece que está listo para cantar en un teatro y no para una guerra, ¡hmph!
 
—¡Así es! —repitió Duan Yao.
 
—Se dice que Hei Ya es bueno en hechicería —Chu Yuan frunció el ceño y dijo— no lo tomes a la ligera.
 
—Lo que esos hechiceros no saben es que, en la Mansión del Suroeste somos hábiles con los gu —Duan Baiyue tosió y dijo— no tengas miedo.
 
—Entonces deberías mejorar pronto —Chu Yuan se puso en cuclillas a su lado y le acarició la mejilla con el pulgar— aunque son solo tienes lesiones superficiales, has perdido mucha sangre y debes cuidarte bien por un tiempo después de que regreses a la batalla.
 
—Está bien — Duan Baiyue asintió.
 
Mirando a los ojos de los dos, uno preocupado y el otro afectuoso, incluso si no se estaban besando en este momento, era hora de tomarse de la mano y decir algunas palabras de amor, por lo que Duan Yao sacó a la fuerza a Ye Jin y se lo llevó lejos con mucho esfuerzo.
 
Lord Ye:
—…
 
En el campamento del ejército del Gran Chu, Wen Liunian escuchó el relato de Zhao Yue sobre lo que sucedió en la isla y también descubrió que el Rey del Suroeste estaba herido, por lo que siguió llorando y agachándose en un rincón mirando aturdido al Lobo de Armadura Roja.
 
—¿Qué te pasa? —Zhao Yue le acarició el cuello.
 
—El Rey Duan está herido —dijo Wen Liunian— si hubiera estudiado la formación más a fondo, podría haber sido capaz de traer a todos de vuelta sanos y salvos.
 
—El Rey Duan solo tuvo una herida superficial, eso no es nada para un artista marcial.
 
—Pero como sea, también es una herida —Wen Liunian frunció el ceño y dijo— creo que voy a sentirme culpable por un tiempo.
 
Zhao Yue no sabía si reír o llorar.
—Yo también acabo de regresar, ¿no te preocupas por mí?
 
Wen Liunian se acercó a él, apoyó la cabeza en su hombro y adoptando una posición más cómoda.
 
Cuando otros soldados pasaron y los vieron, todos se sintieron desconcertados sobre lo que estaban haciendo el Lord Wen y el gran jefe Zhao.


Glosario:
1.      Hua Tuo (c. 140-208), también conocido como Yuanhua, fue un destacado médico chino durante los últimos años de la dinastía Han oriental. Su fama radica en ser el primer médico chino que utilizó anestesia durante intervenciones quirúrgicas. Según los registros históricos, Hua Tuo realizó tres cirugías y dos procedimientos ginecológicos sin causar dolor a sus pacientes.