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Ese día, cuando Lord Ye regresó, Duan Baiyue ya
había salido de la posada.
‘¡Qué bien, ya se fue!’ Ye Jin dio la mitad de la comida que compró a
su hermano y le instó: "No lo vuelvas a ver."
Chu Yuan le dio un mordisco a la batata y
asintió vigorosamente: "Mn"
Duan Baiyue abrazó su espada y se tumbó en el
tejado de la posada, sin saber si reír o llorar.
Dos días después, el ejército del Gran Chu
partió en gran número, viajando hasta la Ciudad del Gran Kun del Mar del Este.
Duan Baiyue también dio la vuelta en secreto y regresó primero a la Ciudad
Muyang.
Chu Heng y Chu Cheng tienen malas intenciones,
sólo esperan este momento para unir sus manos con el Suroeste, primero dar
muerte a Chu Yuan, y después poder dirigir el ejército hacia el norte, hasta la
Wang Cheng y Duan Baiyue dividirá el país en dos, para que a partir de ahora
sea uno al sur y otro al norte, y cada uno de ellos se llamará emperador.
"En cuanto a lo que sucederá en el futuro,
nadie puede decirlo con certeza", dijo Chu Cheng, "Cuando usted y yo
hayamos sentado una base sólida, no es imposible recuperar el sur del río
Baihe, o incluso el sur del río Manqi."
Chu Heng asintió levemente y le dijo que enviaría
a alguien a ponerse en contacto con Duan Baiyue para discutir este asunto, y asegurarse
de que nada salga mal.
Cuando Chu Yuan llegó a la ciudad, fue unos
días más tarde por la mañana, el sol era muy cálido, brillando en la puerta hecha
de enormes piedras, simplemente magnífica. Sin embargo, después de entrar en la
ciudad, se encontraba desolada. Casas en ruinas y las calles destruidas con
personas arrodilladas en ambos lados con la cabeza inclinada, temblando.
Chu Yuan sostuvo las riendas del caballo con
fuerza, su rostro era severo y avanzó sin decir una sola palabra. Cuando estaba
leyendo las historias de varias prefecturas, también había visto registros
sobre la ciudad del Gran Kun. Tenía el puerto marítimo más grande del país y
dominaba el resto de los países del Mar del Este. Su ubicación geográfica es extremadamente
crítica, por lo que la realeza de todas las dinastías anteriores le han
concedido gran importancia. Sin mencionar las últimas dinastías, incluso
durante el reinado del difunto Emperador Chu, la ciudad de Gran Kun estaba bajo
la jurisdicción del príncipe Yun Duanhun de la dinastía Ming. Los libros y las
canciones de pesca eran melodiosos y las tropas de la familia Yun patrullaban
el Mar del Este todos los días. Manteniendo alejados a los piratas japoneses y
expulsándolos muy lejos. La gente siempre tenía suficiente comida y ropa y las
casas eran altas y espaciosas, ¿cómo podía estar tan devastado?
"Su Majestad." Después de regresar al
Palacio Real, Chu Heng dijo: "Los bandidos del Mar del Este se han vuelto
más y más rampantes en los últimos días, y la gente, por no hablar de la pesca,
ni siquiera se atreven a salir de sus casas."
"En los informes enviados, no parecía ser
así." Chu Yuan mantuvo la taza de té en su mano. "El Ejército del
Dragón Negro del Mar del Este tiene una gran reputación, pero ni siquiera puede
resistir a los piratas marinos de la zona, ¿y ni siquiera puede proteger a la
gente de esta zona?".
"Su Majestad no sabe algo", dijo Chu
Heng en un tono tranquilo, "La situación en el Mar del Este es diferente a
la del pasado. Después de la llegada de Lord Wen Liunian, redujo por la fuerza
el salario del Ejército del Dragón Negro en un treinta por ciento. Y también
difundió rumores de que nos dejaría sin armas. Incluso si no decimos nada,
inevitablemente pensaremos demasiado. La moral de los militares es inestable,
por lo que, naturalmente, no se atreven a ir a la batalla fácilmente, sin
mencionar que hay rebeldes del suroeste en la ciudad de Muyang, lo que los hace
aún más descuidados."
Chu Yuan asintió: "Es cierto."
"Los piratas del Mar del Este han existido
desde hace mucho tiempo, y han estado mirando y matando en nuestro Gran Chu
durante cientos de años, así que no hay necesidad de preocuparse." Chu
Heng dijo: "Es sólo que el problema con el lobo del Suroeste, es mejor
resolverlo antes de que sea demasiado tarde."
"Por supuesto" Chu Yuan dijo:
"He venido en persona por Duan Baiyue."
"¡Ejem!" Ye Jin, sosteniendo un gato
que había recogido, aclaró su garganta solemnemente desde un lado.
Como hombre noble no debe mencionar casualmente
el nombre de una persona que será calva en el futuro.
En el interior de la ciudad de Muyang, Duan
Baiyue estornudó tres veces seguidas antes de sentirse algo cómodo.
Duan Nian dijo: "¿Su Alteza Duan se ha resfriado?"
Duan Baiyue dijo: "Preferiría resfriarme."
Duan Nian estaba confundido por lo que dijo el
Rey del Suroeste.
Duan Baiyue hizo un gesto con la mano: "Ve
y echa un vistazo al campamento militar. La guerra probablemente sucederá en
los próximos días. No te lo tomes a la ligera."
"Sí." Duan Nian hizo una reverencia
para aceptar la orden y se dio la vuelta para salir de la habitación.
Duan Baiyue se sentó a la mesa y frotó con el
pulgar el pequeño colgante de jade que tenía en la palma: era un feo tigre
morado.
En los primeros días después de que la ciudad
fue bloqueada, los habitantes de Muyang estaban preocupados de que la ciudad
sería masacrada. Pero más tarde vieron que el ejército del Suroeste no parecía tener
ninguna acción brutal, además del anciano magistrado prefectoral metido en la
cárcel, cambiaron la bandera en la ciudad y lo máximo que hicieron fue colocar
un cartel en la entrada del mercado diciendo que todo seguía como de costumbre.
Si en casa no tenían comida, podían ir al campamento militar para recibir
granos de arroz, al parecer se quieren ganar el corazón de la gente. Por lo
tanto, gradualmente todos se sintieron aliviados e incluso hubo puestos de
desayuno en la calle. Después de sólo unos días de estabilidad, llegaron nuevas
noticias: el actual Santo Emperador, junto con el Rey Dragón Marino, lideraron
un ejército para atacar la ciudad de Muyang.
Ahora los habitantes, tenían miedo de que la
guerra empiece pase lo que pase. Se escondieron en sus casas presa del pánico, preparando
y guardando comida suficiente para medio mes e incluso clavaron las puertas de
sus casas, con el corazón colgando en la garganta.
Temprano por la mañana, se oía un sordo sonido
de viento en el cielo. El ejército del Gran Chu estaba alineado fuera de la
ciudad, con armaduras negras y espadas de plata, con banderas hasta donde
alcanzaba la vista. Chu Yuan montado en su caballo, se situó frente al ejército
con su espada, y miró fríamente a Duan Baiyue en la muralla de la ciudad.
Las comisuras de los labios de Duan Baiyue se
levantaron ligeramente.
Ye Jin respiró hondo y dijo en su corazón: ‘¿De
qué te ríes? ¡Eres tan lascivo!’
Tenía muchas ganas de cubrir la cara de su
hermano.
Cubrirlo con tres capas.
Con la orden de Chu Yuan, cientos de generales
vestidos de negro volaron inmediatamente y se abalanzaron sobre la muralla con
ímpetu y rapidez, y en poco tiempo lucharon con el ejército del Suroeste. Las
tropas embistieron las puertas de la ciudad con troncos. Mientras ambos bandos
luchaban, Chu Heng levantó ligeramente la mano y varias docenas de bombas de
señales emitieron un crujiente silbido en el cielo, y en un abrir y cerrar de
ojos, ya había una brillante hoja de acero en el cuello de Chu Yuan.
El cielo y la tierra estaban desolados.
Chu Yuan le miró fríamente.
"¡CHU HENG!, ¡¿CÓMO TE ATREVES?!" Wen
Liunian estaba conmocionado por esta acción, tirando de su voz y gritando a
todo pulmón.
Los oídos del círculo de guardias oscuros del Palacio
Perseguidor de las Sombras encargados de protegerle zumbaban.
‘Lord Wen, ¿a qué viene esa voz tan alta?’
Los ojos de Chu Heng estaban escarlata, y
sonrió ferozmente a Chu Yuan: "¡A partir de ahora, este país se dividirá
en dos, y no habrá más participación con tu Familia Chu!"
Chu Yuan cerró suavemente los ojos.
Chu Heng levantó la mano, Duan Baiyue inclinó
su arco sobre la muralla de la ciudad, unas cuantas flechas afiladas llegaron
silbando a través de las nubes, los asesinos alrededor cayeron al suelo en
respuesta, Chu Yuan estaba ileso.
Ye Jin dio un suspiro de alivio.
Chu Heng, sin embargo, parecía sorprendido.
Chu Cheng vio que la situación no era buena e inmediatamente
giró la cabeza de su caballo, con ganas de llevar a sus hombres a matar a un
camino sangriento, pero vio el ejército del Gran Chu dispersarse ordenadamente
en dos filas, tan limpio como ser cortado por un cuchillo. Al momento
siguiente, Shen Qianfan salió al galope con su caballo, ¡su rugido resonó en
todas direcciones!
"¡AQUELLOS QUE NO SE RINDAN SERÁN
ASESINADOS SIN PIEDAD!"
Las puertas de la ciudad se abrieron de repente
con un estruendo, y el ejército del Suroeste salió como una marea, luchando
desesperadamente contra el enemigo junto al ejército del Gran Chu. El ejército
del Dragón Negro fue tomado desprevenido y fue incapaz de contraatacar. La guerra
fue increíblemente corta y antes de que el sol cayera hacia el oeste, el campo
de batalla ya estaba desolado.
Los rebeldes fueron derrotados y Chu Heng fue
capturado, pero sólo hubo una cosa: durante la feroz batalla entre los dos
bandos, el líder de los rebeldes de la Isla baiwu, Qing Qiu, descendió del
cielo como un ave rapaz y secuestró a Chu Cheng.
"No importa." Ye Jin dijo:
"Después de esta batalla, el próximo objetivo será la Isla Baiwu no podrá
escapar."
Chu Yuan asintió, se dio la vuelta, bajó la
colina y regresaron juntos al campamento.
Los rebeldes del Ejército del Dragón Negro han
sido eliminados, pero queda mucho desorden en la ciudad de Gran Kun y se
necesitará mucho esfuerzo para limpiarlo desde cero. Chu Yuan trabajó durante
decenas de días antes de finalmente poder tomar un respiro. Ye Jin le recetó
una decocción medicinal calmante. Después de que el eunuco Sixi vio que estaba
lista, la llevó hasta el dormitorio, solo para encontrarse con Duan Baiyue en
el patio.
"Su Alteza Duan." El eunuco Sixi susurró:
"Su Majestad está descansando dentro de la casa."
"Dámela." Duan Baiyue agarró la
bandeja.
Sixi asintió, hizo una referencia y se apartó.
Dentro de la casa, Chu Yuan no podía dormir y
cuando escuchó que alguien hablaba en el patio, se despertó.
Duan Baiyue puso la medicina sobre la mesa y se
sentó junto a la cama para ayudarle a levantarse. "¿Cómo estás?"
"Estoy bien." Chu Yuan dijo: "Mucho
mejor que ayer."
Duan Baiyue suspiró: "Si hubiera sabido
que estabas enfermo, no habría esperado tanto tiempo afuera."
Chu Yuan enterró la cara entre sus brazos y se
quejó en voz baja: "Estoy cansado."
"Sé bueno, toma tu medicina y luego vuelve
a dormir." Duan Baiyue le dio unas palmaditas en la espalda, con voz
suave.
Chu Yuan se apoyó en la cabecera de la cama y
tomó un sorbo del cuenco de medicina.
‘Amargo, astringente y ácido.’
Al verle fruncir el ceño tras beber una
cucharada, Duan Baiyue agarró la cuchara y la lamió.
Chu Yuan hizo un puchero: "Ahora tiene saliva."
Duan Baiyue volvió a relamerse los labios.
Chu Yuan sonrió y esquivó: "No armes problemas,
la medicina se va a derramar."
"Contén la respiración y bébela de un
trago", dijo Duan Baiyue, "Hay frutas confitadas en la mesa. Cómelas
después de beberla."
Chu Yuan le entregó el cuenco vacío y se sintió…
sobrio por el sabor amargo.
Duan Baiyue preguntó: "¿No quieres dormir?"
Chu Yuan sacudió la cabeza, terminó lentamente
la fruta confitada y luego comió otra.
Duan Baiyue sujetó su muñeca y chupó las yemas
de los dedos de Chu Yuan.
Chu Yuan extendió la mano y lo apartó con
palmaditas, perezosamente aturdido por un momento, y luego preguntó: "¿Aún
recuerdas que aún queda Li Que?"
Duan Baiyue simplemente negó con la cabeza:
"No lo recuerdo.”
Chu Yuan lo miraba fijamente.
Duan Baiyue murmuró: "Lo recuerdo. Es sólo
que no quería tomar la iniciativa de mencionarlo."
Chu Yuan agarró su cuello con ambas manos,
"Ahora que esta batalla se ha decidido, Li Que ha sido custodiada y no
sabe si eres un enemigo o un amigo, y probablemente todavía te considera como
un rebelde."
Duan Baiyue dijo: "¿Y qué?"
"Es hora de dejarla salir para que te vea."
Chu Yuan dijo: "Y ver lo que realmente quiere hacer."
Duan Baiyue dijo: "Tú decides."
Chu Yuan asintió: "Será esta noche
entonces."
Duan Baiyue dijo: "Está bien."
Chu Yuan le dio una palmadita: "¿Qué es
esa expresión tuya?"
Duan Baiyue se acercó a él, "Me siento muy
agraviado."
Chu Yuan sonrió: "Oh"
"Dame un beso." Duan Baiyue dijo:
"Y entonces cooperaré con tu actuación."
Chu Yuan estiró un dedo y se lo apretó contra
la frente: "Atrevido."
Duan Baiyue dijo: "Engañar al Emperador y
cometer delitos es habitual para mí y no puedo cambiar."
Chu Yuan dijo: "Ten cuidado o llamaré a
Sixi."
En cuanto las palabras salieron de su boca, oyó
a Sixi gritar afuera del patio: "¡NOVENO PRÍNCIPE!"
Duan Baiyue: "……"
Chu Yuan sonrió.
Ye Jin se paró en el patio con una gran bandeja
de bollos al vapor recién hechos y dijo: "¡¿Sixi, por qué gritas?!"
Sixi tosió dos veces y dijo: "¿Está aquí
el Noveno Príncipe para entregar comida al Emperador?"
"Bueno, los preparé y añadí algunas
verduras encurtidas para abrir el apetito." Ye Jin empujó la puerta y vio
que Chu Yuan estaba sentado en la cama y hojeando unos pergaminos, por lo que
se puso furioso de nuevo.
‘Te he dicho ocho o nueve veces que duermas
bien, ¡pero no me haces caso! ¿Sabes lo que es el consejo de un médico? ¿Sabes
lo que significa el consejo de un médico milagroso?’
Chu Yuan dijo: "Xiao Jin."
Ye Jin se sentó a un lado de la cama y le tomó
el pulso, luego dijo: “Está mejor que ayer, pero aún necesitas descansar bien.”
Chu Yuan dijo: "Está bien."
"Come algo." Ye Jin le dio un bollo.
Chu Yuan se mantuvo calmado y dirigió una
mirada hacia las vigas de la sala.
El Rey del Suroeste se sentía muy agraviado, en
cuclillas en lo alto y apoyando las mejillas con ambas manos.
Chu Yuan no pudo evitar soltar una carcajada.
"¿Qué pasa?" Ye Jin le preguntó
confundido.
Chu Yuan dijo: "Nada, sólo recordé algo."
Ye Jin sospechó y le abrió el cuello para
echarle un vistazo.
‘No hay rastro de nada que no deba estar allí.’
Duan Baiyue: "……"
El Médico Divino Ye preguntó solemnemente:
"¿Cuándo planea volver Duan Baiyue?"
Chu Yuan negó con la cabeza: "No lo sé."
Ye Jin dijo: "Si vuelve, envíalo lejos
rápidamente."
Chu Yuan dijo: "Bien."
Duan Baiyue se sostuvo la frente.
Ye Jin miraba a su hermano comiendo el bollo,
todavía preocupado.
Chu Yuan preguntó: "¿Qué pasa?"
Ye Jin dijo sin rodeos: "Me temo que serás
intimidado."
Chu Yuan se quedó helado y luego sacudió la
cabeza: "Me temo que sólo una persona en este mundo puede intimidarme."
"Lo sabía, ¿qué te hizo?" Ye Jin se
enfureció cuando escuchó esto y se arremangó con enojo, "¡Te lo dije
antes, las personas calvas no son buenas personas!" ‘Especialmente
aquellos que son calvos en el medio. ¡Son simplemente malos y hay que
rechazarlos!’
Chu Yuan lo miró con una sonrisa.
Ye Jin se quedó perplejo: "¿De qué te
ríes?"
Al cabo de un rato, volvió a enfadarse:
"¿Estás diciendo que te estoy intimidando?”
"Yo no he dicho nada." Chu Yuan le
apretó el hombro y se sentó: "Pero es justo que el hermano menor intimide
al mayor."
Ye Jin levantó al vista con orgullo.
"Necesito tu ayuda con algo", dijo
Chu Yuan.
Ye Jin gruñó por la nariz: "¿Qué pasa? ¿quieres
castrar a Duan Baiyue?"
‘Si ese es el caso, entonces no hay ningún
problema, ¡podemos hacer ese maldito trabajo esta noche!’
Rey del Suroeste: “……”