DWGL - 98: La cueva


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La Montaña de las Tres Ancianas no está lejos de la ciudad de Muyang, y hay una pequeña aldea al pie de la montaña. Duan Baiyue compró un paquete de arroz salado y otro de patas de pollo y se los llevó para comer por el camino.

 

A la vez que se distrae, naturalmente no hay necesidad de apresurarse. Chu Yuan caminaba muy lentamente. Cuando se encontró con un pequeño estanque, había varios peces nadando en él y se detuvo para contemplarlo durante un largo rato. No era una montaña alta, pero los dos no alcanzaron la cima hasta el mediodía.

 

Mirando a lo lejos, el campamento del ejército del Gran Chu estaba ordenado y, escuchando atentamente, parecía que aún se oía el sonido de los cuernos. Duan Baiyue buscó una roca limpia y dijo: "Siéntate aquí y descansa un rato."

 

Chu Yuan miró a su alrededor: "Esto es algo parecido a la montaña Jing Tai."

 

"Este lugar no está tan vigilado como la Montaña Jing Tai." Duan Baiyue dijo: "Hay muchos guardias donde quiera que vayas, así que no puedes ni pensar en tener unas palabras a solas."

 

 

"Así que lo sabes.” Chu Yuan tomó los palillos de su mano.

 

"Si, Lo sé". Duan Baiyue abrió las hojas envueltas en arroz y suspiró. ‘Cuando viajé hasta Wang Cheng para verte, pensé que podríamos disfrutar juntos del paisaje en las montañas, pero descubrí después de llegar que te seguían guardias en todo momento, y me era imposible acercarme.’

 

Chu Yuan dijo: "Está delicioso."

 

"Cuando tienes hambre, cualquier cosa que comas sabe bien." Duan Baiyue le entregó una pata de pollo. "Es una pena que no trajera vino conmigo, la Mansión del Suroeste acaba de elaborar un nuevo lote de vino llamado qifeng, es más dulce al paladar que feixia, creo que te gustará más."

 

Chu Yuan preguntó: "¿Tú mismo lo has preparado?"

 

"Como quiero dártelo, por supuesto que lo elaboraré yo mismo, no podría dárselo a otra persona". Duan Baiyue dijo: "Pero no hay nada de malo en dejarlo reposar por un tiempo, sabrá mejor, y yo personalmente lo entregaré a Wang Cheng después de la guerra."

 

Chu Yuan asintió: "Está bien."

 

La luz del sol en las montañas era perfecto y cálido. Chu Yuan descansaba sobre el regazo de Duan Baiyue, mientras miraba ensimismado el cielo y las nubes.

 

 

"¿En qué estás pensando?", preguntó Duan baiyue.

 

Chu Yuan dijo: "no pienso en nada."

 

Duan Baiyue se quitó una pequeña hoja de la cabeza.

 

"Una vez pacificado el caos en el Mar del Este y el Mar del Sur, entonces enviaré a Jin Niang y al niño juntos a palacio." Chu Yuan le miró.

 

Duan Baiyue asintió: "Bien." Después de un rato dijo: "Me pregunto si esto volverá a enfadar a ese Lord Tao hasta que vomite sangre." Si ese es el caso, entonces eso sería bastante bueno.

 

"Otra vez." Chu Yuan tiró de su cabello. "En lugar de hablar sobre el Lord Tao aquí, ¿por qué no piensas en cómo vas a lidiar con Xiao Jin en este viaje?"

 

Al escucharlo mencionar el nombre del médico divino, a Duan Baiyue comenzó a doler la cabeza.

 

Chu Yuan advirtió: "No lo intimides."

 

"¿Cómo puedo intimidarle?" Duan Baiyue se sintió muy agraviado y se quejó: "Es una bendición que no él quien me intimide, me gustaría esconderme cada vez que lo veo. Afortunadamente siempre está cerca Shen Qianfeng, de lo contrario me habría sido difícil sacarte de la posada hoy."

 

Chu Yuan sonrió.

 

"La vida es dura". Duan Baiyue se lamentó: "Y no puedo hacer nada al respecto.”

 

Chu Yuan encontró una postura cómoda y dijo: "Quiero tomar una siesta."

 

Duan Baiyue asintió con la cabeza y le cubrió ligeramente los ojos con la mano derecha para protegerlos de la brillante luz exterior.

 

En la posada, Ye Jin miró la habitación vacía y al sonriente Sixi a un lado, apretó el puño, inhaló profundamente, ‘¡tengo que estar tranquilo para no gritar!’

 

Shen Qianfeng dijo: "Xiao Jin."

 

"¡No hables!", lord Ye puso una mano en la cadera y la otra mano la agitó amenazadoramente.

 

El eunuco Sixi le guiñó un ojo en secreto a Lord Shen.

 

Shen Qianfeng entendió: "¿Hay alguna medicina para el resfriado?"

 

"…… ¿Te has resfriado?" Ye Jin frunció el ceño

 

Shen Qianfeng dijo: "Me siento mareado."

 

Ye Jin alargó la mano para comprobar la temperatura de su frente y sintió que parecía estar un poco caliente, así que tiró del hombre hacia la habitación de al lado para que se tomara su medicación, dejando la idea de revisar la otra habitación para más tarde.

 

Hasta bien entrada la noche, Chu Yuan seguía sin regresar.

 

Ye Jin: "......"

 

Ye Jin: "......"

 

Ye Jin: "......"

 

El eunuco Sixi dijo sinceramente: "¡De verdad que no sé dónde ha ido Su Majestad!”

 

Shen Qianfeng también dijo: "Últimamente, he estado en el ejército, y es raro tener unos días de ocio, por lo que es bueno dejar que el Emperador salga para un descanso."

 

‘¿Por qué gastar un día entero en distracciones?’ Lord Ye respiró hondo y pensó tranquilamente que su hermano podría estar preocupado en este momento, pensando en asuntos militares, o mirando inocentemente la luna y recitando un poema.

 

Duan Baiyue sujetó a Chu Yuan por la cintura y se dirigió hacia la cueva a grandes zancadas.

 

Chu Yuan dijo: "Si no volvemos, Xiao Jin es capaz de enviar soldados a buscarme en la montaña."

 

"Entonces tendré que esconderte mejor." Duan Baiyue bajó la cabeza y le besó: "No vaya a ser que te arrebaten."

 

Chu Yuan le dio una palmadita en el pecho: "Bájame,"

 

Duan Baiyue se sentó junto a la hoguera con él en brazos: "¿Hace frío?"

 

Chu Yuan negó con la cabeza.

 

Duan Baiyue le apretó el brazo y le susurró al oído: "No quiero dejarte volver."

 

Chu Yuan se apoyó perezosamente en sus brazos: "hmm". ‘Entonces volveremos mañana temprano.’

 

La leña seca del fuego emitió un pequeño sonido y Duan Baiyue le sujetó la mano, apoyó el mentón en su hombro y le besó de lado.

 

Chu Yuan dijo: "No te muevas."

 

Duan Baiyue dijo firmemente: "Me moveré.”

 

Chu Yuan se rio y le dio una palmadita.

 

Duan Baiyue inclinó la cabeza, besó los labios ligeramente fríos transmitiendo el calor poco a poco. Chu Yuan cerró los ojos, sus dientes le mordieron el labio inferior y envió todo su cuerpo a los brazos de Duan Baiyue.

 

Duan Baiyue le sujetó la espalda y lo colocó sobre el suave heno.

 

Chu Yuan le miró, con el fuego reflejándose en sus ojos extremadamente hermosos.

 

Duan Baiyue le abrió el cinturón y se lo llevó a sus brazos con la mano derecha. Chu Yuan le rodeó el cuello con sus brazos y su ropa se deslizó por los hombros mientras su pelo negro como la tinta se extendió cubriendo sus brazos como un brocado.

 

Su cuerpo se calentó gradualmente y Duan Baiyue mordió el lóbulo de su oreja murmurando húmedamente: "Xiao Yuan."

 

Chu Yuan jadeaba cómodamente, como si estuviera en un cálido manantial, y sus dedos se entrelazaron con los de él, tan fuerte, sin querer separarse nunca más.

 

Dentro de la posada, Ye Jin está tumbado sobre el pecho de Shen Qianfeng, ensimismado.

 

Shen Qianfeng le pellizcó la nuca: "Se bueno y duérmete."

 

Ye Jin se incorporó, le agarró por el cuello y lo zarandeó, lleno de intenciones asesinas.

 

“¡Para! ¡JIN!”

 

¡¿QUE?!

 

¡Ven ahora aquí!… ¡Regresa!

 

¡NO!

 

¡Vuelve!… ¡VEN!

 

Shen Qianfeng envolvió al hombre en un edredón, dejando al descubierto sólo la cabeza.

 

Ye Jin: "……"

 

Shen Qianfeng bajó la cabeza y le besó: "¿Todavía quieres crear problemas?"

 

Ye Jin se abrazó al último atisbo de esperanza, pensó por un momento y dijo: "Quizá esté perdido." En este momento, su hermano está sufriendo bajo el viento y el rocío, cojeando, llamando a la puerta de una granja bajo la tormenta, pidiendo unos bollos al vapor, medio muerto de hambre, sin ánimos de hacer nada más.

 

Shen Qianfeng dijo: "Mn."

 

¡Qué Superficial! Ye Jin se separó de él y se tumbó en la cama de mal humor, sin ánimos siquiera de discutir.

 

Shen Qianfeng a su lado no sabía si reír o llorar, recordando que cuando se casó con él, el Emperador también se negó a dejarlo ir.

 

‘De hecho, son hermanos.’

 

A primera hora de la mañana del siguiente día, las hojas de hierba estaban cubiertas de gotas de rocío. Duan Baiyue le entregó el pescado asado y le dijo: "Olvidé traer sal cuando salí, así que primero té llenaré el estómago y yo desayunaré cuando vuelva a la posada."

 

Envolviéndose con su túnica exterior, Chu Yuan preguntó: "¿Cuándo piensas regresar a la Ciudad Muyang?"

 

Duan Baiyue dijo: "Mañana."

 

Chu Yuan asintió, "Yo también partiré hacia Ciudad Gran Kun en tres días, Chu Heng es ambicioso, y en este momento, me temo que ya se ha impacientado y quiere unirse a ti para luchar contra el ejército Chu."

 

"Así que esta guerra no tardará mucho." Duan Baiyue dijo: "Mientras las dos partes entren en guerra, tú y yo atacaremos por dentro y por fuera, Chu Heng será derrotado sin duda en dos días. Lo difícil es la isla Baiwu en el Mar del Este, que es realmente un dolor de cabeza por este grupo de rebeldes. El líder se Llama Qing Qiu y es el antiguo subordinado de Yun Duanhun. Creció en el mar del Este desde la infancia, iba y venía con el viento y las olas, y conoce muy bien los cambios del clima, las mareas y las corrientes oceánicas. La isla Baiwu está rodeada de muchas delegaciones, por lo que no es posible averiguar cómo estaba el otro bando en términos de fuerza, y sería difícil los buques de guerra blindados del ejército Chu irrumpir en ella.”

 

"Sólo podemos luchar arduamente si es difícil", dijo Chu Yuan, "Mi padre me ha confiado este asunto y no quiero dejárselo al próximo gobernante del Gran Chu.”

 

"No te preocupes, me tienes a mí para ayudarte." Duan Baiyue usó el pulgar para ayudarle a limpiarse la boca. "Cuando era pequeño, dije que te ayudaría a pacificar los cuatro mares y a reunificar los nueve estados."

 

Chu Yuan arrancó un trozo de carne de pescado y se lo llevó a la boca del Rey del Suroeste: "Bueno, esto es para ti."

 

Duan Baiyue preguntó: "¿Aquellos que luchan en el sur y en el norte son recompensados con esto?"

 

Chu Yuan retiró la mano: "Con esto basta."

 

"No estoy dispuesto a comer sólo este pescado" Duan Baiyue se sentó a su lado, "Sé amable con tu esposo y en el futuro… ¡Outch!"

 

Chu Yuan dio una palmada y se levantó con calma: "Vamos, debemos regresar."

 

Duan Baiyue se frotó las orejas y lo siguió.

 

Había mucho silencio dentro de la posada.

 

El Eunuco Sixi sonrió: "El Maestro de la Alianza Shen sacó al Noveno Príncipe y se fue temprano por la mañana."

 

Chu Yuan se sintió visiblemente aliviado.

 

Duan Baiyue pensó que cuando regresara esta vez a la provincia del Sudoeste, sin duda recogería unos cuantos vinos buenos y los enviaría a la Mansión de la Villa del Sol y la Luna para dárselos a Shen Qianfeng.

 

"También está el asunto de Li". Chu Yuan se sentó a la mesa y bebió té. "Estuvo extremadamente tranquila todo el camino, como si sólo esperara verte."

 

Duan Baiyue dijo: "¿Cuándo piensas liberarla?"

 

"Después de la Gran Guerra, al menos hasta después de la batalla con Chu Heng." Chu Yuan dijo: "No está claro qué es exactamente lo que quiere hacer. Es mejor tener cuidado."

 

Duan Baiyue asintió: "Tú decides."

 

Chu Yuan sostuvo su cabeza y frunció los labios: "Coqueto."

 

"¿Me estás culpado?" Duan Baiyue no sabía si reír o llorar.

 

"¿Y qué?" Chu Yuan se sentó: "Cuántas personas hay en la prefectura Suroeste y en la ciudad de Dali, pero sólo te escogió a ti.”

 

‘¿Por qué no escogió al vendedor de bocadillos de la calle?, también se dice que es extremadamente guapo.’

 

Duan Baiyue se rindió: "Vale, vale, todo es culpa mía."

 

Chu Yuan le pellizcó la mejilla.

 

Duan Baiyue se acercó: "Bésame."

 

Chu Yuan le recordó: "Xiao Jin ha vuelto."

 

Duan Baiyue volvió a sentarse al instante.

 

No hubo ruido en las escaleras.

 

Chu Yuan contuvo una carcajada.

 

Duan Baiyue discutió: "La próxima vez que quieras asustarme, ¿puedes usar a otra persona?". ‘Aunque digas que hay fantasmas estará bien’.

 

Chu Yuan negó con la cabeza: "No, Xiao Jin es el mejor para usar."

 

El Rey del Suroeste suspiró profundamente y, desde el fondo de su corazón, se sintió muy afligido.