Haz click en la imagen para volver a la lista de capítulos.
A medida que se acerca el final del año, el
tiempo siempre corre un poco más rápido. Fue un día raro cuando, después de una
sesión matutina de La Corte, nadie esperó fuera del Estudio Imperial para
discutir asuntos políticos. Sixi, riendo contento, dijo: “¿Su Majestad desea
salir del Palacio a caminar? Últimamente, las calles han estado muy animadas.”
Chu Yuan preguntó: “¿Se está celebrando algún
acontecimiento?”
"Puede que no haya grandes días festivos,
pero pequeños eventos alegres ocurren día tras día", dijo Sixi. “El Año
Nuevo se acerca pronto, y todos los comerciantes están pensando en la manera de
cómo atraer la atención de los clientes. Pueden encontrar muchos productos
raros de todo el mundo. Además, muchas familias ahora están organizando matrimonios.
Se rumorea que, si quieres contratar una compañía de teatro y música, entonces
todavía tienes que luchar por ellos, e incluso el precio de un gong que
despejará el camino ha aumentado más de cinco veces.”
"Estás bien informado Sixi", Chu Yuan
se rio. "Está bien, creo que es una buena idea dar un paseo y relajarse.”
Sixi esperó a que se pusiera ropa sencilla, y
luego salieron juntos del palacio sin tomar un sedán. Las calles realmente
resultaron estar extremadamente animadas, y las bodas se organizaron en muchas residencias.
Incluso conocieron a una familia adinerada que repartía dulces de boda,
galletas de maní con semillas de loto trituradas y azúcar de malta para la
buena fortuna.
Las personas en ambos lados de la carretera
sonreían mientras aceptaban dulces, y ellos también estaban abrumados por la
alegría. Un niño estaba saltando quisquillosamente de un lado a otro, pero
tropezó accidentalmente, agarrando el dobladillo de la túnica de Chu Yuan con
sus manos pegajosas, y dejó huellas negras de pequeñas palmas en él.
“¡Oh, mira!” Exclamó Sixi ansioso.
"Está bien, es sólo imprudencia
infantil", sonrió Chu Yuan, dejando en claro que no debía asustar al niño.
"Vamos. Más adelante está la residencia de Qian Fan, sólo lo visitaremos y
veremos si se ha recuperado. Zhen no lo ha visto en La Corte de la
mañana desde hace tres días.”
"Sí", Sixi limpió el dobladillo de su
túnica y comenzó a abrirse paso entre la multitud hasta la residencia del general.
La villa del Sol y la Luna era la principal secta de artes marciales en el Jianghu,
y naturalmente la mansión construida para su tercer joven maestro estaba lejos
de ser pequeña. En la residencia con cornisas curvas y azulejos, pintados de
rojo, colgaba una tableta, cuya caligrafía fue escrita personalmente por Chu
Yuan, que ya desde lejos le dio un aspecto muy impresionante.
"Su Majestad", dijo alguien desde
atrás en un susurro.
Chu Yuan se dio la vuelta.
Lord Liu rápidamente corrió hacia ellos con
algunos paquetes de medicamentos fortalecedores: "Su Majestad, ¿va a ir a
la residencia del general Shen?"
Chu Yuan asintió: "Qué coincidencia encontrarme
al querido funcionario Liu aquí."
"A decir verdad, este humilde funcionario también
quería visitar al general Shen. Ha estado enfermo durante dos o tres días, lo
que me pone ansioso", Lord Liu sacudió el paquete de papel rojo. “Esto es
algo maravilloso, un excelente tónico.”
Chu Yuan sonrió y bromeó: "Si Zhen
recuerda correctamente, la sobrina de nuestro querido funcionario Lord Liu, se
casó el mes pasado.”
"Esta es la cuarta sobrina, y la quinta
aún no", Lord Liu fue muy sincero: "Este general Shen es hombre muy
atractivo, así que no podemos relajarnos.”
Los dientes de Sixi de repente dolieron.
Chu Yuan no sabía si reír o llorar ante este
pasamiento de casamentero de su funcionario Lord Liu y ordenó a Sixi que
siguiera adelante y llamara a la puerta.
Sin embargo, la puerta no fue abierta por el ama
de llaves, como era de esperar, sino por un niño de unos ocho o nueve años,
vestido como un extranjero. Sus ojos eran grises, pero ligeramente brillantes.
"¿Estás buscando a alguien?" Preguntó
el niño.
"Somos amigos del general Shen", dijo
Sixi. “Escuchamos que el general estaba enfermo y hemos venido a visitarlo.”
"Ya veo", el niño se volvió hacia un
lado. "El general Shen está en el patio trasero."
"Muchas gracias", agradeció Sixi y
preguntó: "¿Dónde está el tío Zhong? El que abre la puerta normalmente.”
"El tío Zhong fue de compras para el Año
Nuevo", el niño cerró la puerta. "Tengo que vigilar la puerta, y no
puedo salir. Pueden entrar ustedes solos.”
Sixi le agradeció nuevamente, y luego los tres
se dirigieron al patio trasero. Chu Yuan habló: "Parece que este chico de
ojos grises es del Reino de Wanyue."
Sixi y Lord Liu intercambiaron miradas en
silencio.
‘¿Dónde queda ese lugar?’
‘No he escuchado sobre ese lugar.’
‘No tengo la menor idea.’
Chu Yuan dijo con una sonrisa: “Es un pequeño reino
en la región occidental, tiene muy pocas relaciones con el Gran Chu. Pero
Qianfan es nativo de Jianghu, y no es sorprendente que se puedan encontrar
tales amigos en su casa. Sólo lo mencioné casualmente.”
Y aunque la residencia era bastante grande, no
había tantos sirvientes en ella. Se acercaba el final del año, y la mayoría de
ellos se habían ido a sus lugares de origen, lo que hacía que la mansión
pareciera un poco desierta.
"Ya ven, les dije que ya era hora de que
el general Shen se casara", dijo Lord Liu. “El Año Nuevo está a punto de
llegar, y la casa está completamente abandonada. Sin esposa, sin hijos, no
importa qué tan grande sea la casa, no es lo mismo.”
"Querido funcionario, ahora no",
suplicó Chu Yuan. "Víspera de Año Nuevo, ¿podrías otorgarles un descanso a
los oídos de Zhen?"
"¡Ejem!", Lord Liu cerró la boca con
tacto y no dijo una palabra más.
Chu Yuan extendió la mano y abrió la puerta que
conducía al patio.
Una sonrisa se congeló en el rostro de Lord Liu.
Shen Qianfan estaba hablando con alguien debajo
de un árbol. Su interlocutor resultó ser una hermosa mujer con un vestido rojo.
Sus rasgos faciales parecían hermosos y expresivos, su postura encantadora, su
cabello negro caía como una cascada hasta su cintura y pulseras multicolores
adornaban sus muñecas. Cuando las puertas se abrieron, miró en su dirección.
"¿Señorita Zhu Sha [1]?" Chu
Yuan sonrió.
"Este general recibe a Su Majestad",
se inclinó Shen Qianfan, quejándose en secreto: ‘Bueno, ¿por qué nadie me
informó?’
"Su Majestad", Zhu Sha estaba igual
de sorprendida.
"Y no te ves enfermo", se rio Chu
Yuan. “No son necesarias las formalidades.”
Shen Qianfan tosió un par de veces: "Gracias,
Su Majestad.”
"La última vez que vi a la señorita,
estaba en el desierto del noroeste”, dijo Chu Yuan. “Ya que está en Wang Cheng,
¿por qué no ir al Palacio Imperial como invitada?”
"Acabo de llegar anteayer", dijo Zhu
Sha.
"Entonces, ¿es por eso que alguien se
enfermó durante tres días?", Chu Yuan le dio una palmada en el hombro a
Shen Qianfan.
Shen Qianfan se ruborizó de repente.
Lord Liu quería llorar. Todas sus obras durante
más de seis meses se fueron al polvo. Resulta que al general le gustaba este
tipo de mujeres, ¡pero, por qué no dijo nada al respecto!
Zhu Sha dijo: "Vine a Wang Cheng para encontrar
medicamentos.”
"¿Los encontraste?" Preguntó Chu
Yuan.
"Sí", respondió Zhu Sha. “Planeé
visitar a Su Majestad mañana y, al mismo tiempo, presentar un mapa.”
"¿Un mapa?" Chu Yuan no entendió.
"¿Qué es este mapa?"
Zhu Sha dijo: “Reino de Feimian.”
Chu Yuan se sorprendió un poco.
"Después de que Su Majestad me preguntó
sobre Tian Chen Sha en nuestra última reunión, comencé a prestar más atención a
lo que podría estar relacionado con él", dijo Zhu Sha. "Mis
compañeros de tribu son chamanes y curanderos, esto es lo que hacemos para
ganarnos la vida, pero no tenemos un refugio permanente, viajando a todas
partes. Hace más de una década, uno de nosotros fue a Nanyang para curar las
heridas de la princesa de Feimian.”
"¿Oh?" Chu Yuan respondió. "¿Y
dónde está el miembro de la tribu ahora?"
"Ya falleció", respondió Zhu Sha.
"No dejó nada atrás, sólo una carta náutica con la ubicación del Reino de Feimian.
Ah Jiu lo descubrió mientras clasificaba las pertenencias de su padre.”
"Ya veo", Chu Yuan hizo una señal de
que entendía. “Gracias, señorita.”
"Su Majestad no necesita agradecerme, no
me costó ningún esfuerzo", dijo Zhu Sha. "Iré a la habitación a
buscar el mapa."
Chu Yuan asintió con la cabeza, la miró y luego
cambió su mirada significativa hacia Shen Qianfan.
"Su Majestad", la piel de Shen
Qianfan en la parte posterior de su cuello estaba entumecida. “La doncella Zhu
Sha sólo ocupa temporalmente una habitación en la residencia de este general.”
“Hay una miríada de posadas en Wang Cheng, ¿y
ella tiene que alquilar una habitación en la residencia del general? Chu Yuan
levantó una ceja.
Shen Qianfan dijo: “Hay tantas habitaciones que
están vacías de todos modos.”
"Y tú...", Chu Yuan le dio unas
palmaditas, "terco como un burro."
Lord Liu se hizo a un lado con una cara amarga.
Shen Qianfan tenía dolor de cabeza.
Afortunadamente, Chu Yuan conocía muy bien su
carácter y no dijo nada más. Después de recibir el mapa, él y Sixi se
despidieron y se retiraron, llevándose a Lord Liu con ellos.
El mapa estaba un poco garabateado, y solo fue
posible entender que el reino de Feimian consistía en veintitrés islas
dispersas en una vasta área de niebla blanca. Además, sólo se observaron unas
pocas fuentes de agua dulce, y no se disponía de más información útil.
Es demasiado pronto para pensar en el Reino de
Feimian hasta que los rebeldes en el Mar del Este sean reprimidos. Chu Yuan
dejó el mapa y volvió a abrir el documento enviado desde la costa del Mar del
Este y rápidamente lo volvió a leer.
"Es de Lord Wen, ¿verdad?" Sixi
preguntó con una sonrisa mientras le servía té.
Chu Yuan asintió. El informe fue extremadamente
detallado y Wen Liunian parecía muy complacido. Anteriormente había dicho que
había contactado al Rey Duan, y que el Rey Duan había enviado tres lobos de
armadura roja al Maestro Ye. Luego dijo que Chu Heng, estaba enviando gente
a Sanchi Waters para engañar a todos, y gracias al apoyo del Rey Duan y Lord
Shen, en medio de la noche, lograron volar un buque de guerra enemigo, cuyas
llamas iluminaron todo el firmamento. Padre e hijo Chu estaban estupefactos.
Después de haberlos visto en los últimos días, se puede decir que han sido
decentemente humillados.
Chu Yuan estaba sonriendo y parecía estar
pensando en algo.
Luego vino el Año Nuevo. Se triplicó un
banquete en el palacio, donde se invitó a funcionarios civiles y militares;
Shen Qianfeng y Ye Jin regresaron a la Mansión de la villa del Sol y la Luna
para celebrar allí; en la ciudad de Gran Kun, durante una cena familiar, los
palillos de Wen Liunian literalmente revolotearon sobre la comida. En cuanto a
Duan Baiyue, él también, rindiendo homenaje a la costumbre, tomó albóndigas,
una jarra de vino y la bebió sólo bajo la luna.
Sirviéndole vino, Duan Nian suspiró
amargamente. ‘El próximo año, el Rey cumplirá treinta años, y todavía no
está casado.’
‘La seda roja se preparó cuando tenía dieciocho
años, pero hasta ahora no se ha utilizado. La tía Jin morirá de ansiedad
pronto.’
Con el inicio del Año Nuevo, el ritmo de vida
se aceleró. Parecía que había calma en Wang Cheng, pero aquellos que sabían lo
que estaba sucediendo detrás de escena tenían sus corazones hundidos en
anticipación del día en que comenzaría la guerra.
"Lord Tao", Lord Liu lo empujó con el
codo y le guiñó un ojo después de La Corte matutina. "¿Y cómo está nuestro
Emperador?"
La mirada que Tao Rende le dio fue
indescriptible.
“¡Oh, vaya!” Lord Liu suspiró profundamente.
"Me temo que en menos de unos pocos años podremos regresar a nuestras
ciudades natales a pasar nuestra vejez.” El difunto Emperador se lo pensó demasiado.
Su Majestad no necesita ayudantes tan decrépitos como usted y yo para que lo
asistan durante veinte años. Sí, incluso diez años ya es demasiado tiempo.”
"Es demasiado pronto para juzgar",
dijo Tao Rende.
"¿Por qué es demasiado pronto?" Lord Liu
respondió. "¿Qué está haciendo Su Majestad hasta este momento? Nadie lo puede
entender. ¿Pero tu viejo hurón tampoco lo sabes?”
"Una cosa es traer paz al mundo, y otra
muy distinta es aceptar una concubina y nombrar un heredero. Hasta ahora, Su
Majestad solo está involucrado en el primero, y el segundo ni siquiera está en
el proyecto todavía", se quejó Tao Rende.
"Todo depende de ti", Lord Liu lo
tomó del brazo. “Pero sospecho que no será fácil.”
Tao Rende lo miró: "¿Vamos a comer
tortillas hoy?"
Lord Liu sonrió: "¡Por supuesto que
iremos!" Usted paga.
Un grupo de soldados con armadura plateada se
movió a lo largo de la larga calle, instando a los caballos. Lord Liu Dajun
cubrió apresuradamente sus tortillas, más temeroso de que todos estuvieran
cubiertos de polvo.
Tao Rende dijo: “Son los guardias especiales
con armadura plateada.”
Lord Liu centró toda su atención en comer
tortillas, y lo último que quería era que alguien lo distrajera de esta
actividad.
Este ejército fue creado personalmente por Shen
Qianfan. Después de reprimir a los rebeldes en la llanura nevada en el noreste,
se formó en secreto en el arrecife Yuzui en el Mar del Norte. Al público se le
dijo que había sido enviado a la mansión del Sol y la Luna, y solo unos pocos
sabían la verdad.
En la actualidad, todas las tropas rebeldes en
el noroeste en el Gran Desierto han sido destruidas, más al norte en el Reino
Rakshasa[2] también está gravemente dañado por la guerra. El Reino Qijue
formó una alianza con el Gran Chu para excavar en las Venas de Dragón de Agua[3]
y conectar la nueva ruta del río con la Gran Ruta de la Seda. Por lo tanto,
llegará al punto más occidental del continente, el puerto marítimo,
proporcionará alimentos a las personas, les dará una vida cómoda y feliz. Los
restos de la dinastía pasada en la llanura nevada, cuyas atrocidades son
innumerables, finalmente fueron exterminados, y las personas que habían vivido
durante años en la frontera ventosa y nevada se mudaron sistemáticamente al
sur. Ahora sus vidas ya no estaban eclipsadas por el mal tiempo, y los graneros
y gabinetes estaban a su máxima capacidad.
Por todas estas razones, las fuerzas militares
que antes se habían extendido a lo largo de toda la frontera norte ahora podían
retirarse y transferirse sin ningún temor.
Chu Yuan puso un sello de cera en la carta y
envió un mensaje urgente al Mar del Este en la ciudad de Muyang.
Unos meses más tarde, una ola de nueva
conmoción barrió el Gran Chu.
El Rey del Suroeste se rebeló.
"¡Esta vez es diferente, esta vez sí que
va contra la ley!" En las calles de Wang Cheng, los precios de los libros
de cuentos se dispararon, pero la oferta aún no cubría la demanda. La gente
estaba lista para lastimarse, pero por todos los medios querían tomar posesión
de al menos una copia de la "Historia secreta del Rey del Suroeste"
para descubrir qué era diferente esta vez y por qué fue una verdadera revuelta.
Sea como fuere, ¡no debería llegar a la Capital Imperial!
La ventaja innegable de la ciudad de Muyang era
que era fácil de defender y difícil de atacar. En una noche, el Ejército del
Noroeste rodeó el yamen local, arrojó a los funcionarios locales a la cárcel y
cerró herméticamente las puertas de la ciudad, apuntando los cañones negros a
la carretera estatal, haciendo que los corazones de las personas se
adormecieran de miedo.
Como estaban atrapados en un lugar donde los
cielos estaban altos y el Emperador estaba lejos, naturalmente, el ejército
imperial no podía llegar de inmediato, y lo único con lo que podían contar era
con Chu Heng en Gran Kun y el ejército del Dragón Negro.
Chu Cheng estaba enojado: "Si no recuerdo
mal, ¡Su Majestad envió un funcionario para negociar la paz con Duan
Baiyue!"
Wen Liunian le respondió con triste
indignación, diciendo, “Oh, negocié, pero no condujo a nada, ¿quién tiene la
culpa? ¿Me culpas? ¿Puedes razonar con él?”
La cara de Chu Heng era más oscura que una
nube. Hizo un gesto para que su hijo no dijera más.
Chu Cheng agitó las mangas con ira y salió.
Después de tantos años de gobernar en el Mar
del Este, si dijeran ahora que no tenían fuerzas militares, nadie lo habría
creído. Sin embargo, padre e hijo Chu no querían cruzar el camino de Duan
Baiyue. Desde que ese hombre llegó al trono, dejó en claro que tenía la
intención de recuperar el control total del ejército paso a paso, y ahora lo
más importante era ahorrar fuerzas para luchar contra él y no asaltar por él.
De lo contrario, si van a un enfrentamiento directo con el ejército del Suroeste,
estas batallas durarán un año y medio, y para cuando ambas partes se queden exhaustos,
el ejército del Gran Chu llegará a todo listo, y luego todo el trabajo a largo
plazo no colapsará en un día.
"Padre", dijo Chu Cheng. "¿Puedo
ir a conocer al Rey del Suroeste en persona?"
Chu Heng permaneció en silencio.
"Necesita los territorios al sur de
Baijiang, y los necesitamos al norte, no tenemos ningún conflicto con él",
dijo Chu Cheng. “Es mejor gobernar el mundo dividiéndolo que ser privado del
poder por la Corte Imperial. Si su corazón es tan malvado y sus manos son
crueles con sus hermanos, pero tú y yo somos como mucho, parientes, así que
¿cómo podemos esperar que sea misericordioso?”
Chu Heng asintió débilmente.
Chu Cheng asintió: “Tu hijo entiende.”
A unos cientos de li de distancia, el
ejército del Gran Chu se movía rápidamente a lo largo del camino estatal, y las
pancartas con nueve dragones, hasta donde alcanzaba la vista, oscurecían el
cielo y el sol.
Joven y atrevido, lleno de fuerza, Chu Yuan con
armadura de luz amarilla brillante cabalgó con una espada en sus manos frente a
un ejército de miles.
"¡¿Por qué demonios debería el Emperador
liderar las tropas personalmente?!" En la ciudad de Gran Kun, Ye Jin
estaba molesto porque las cosas no resultaban como lo esperaba y golpeó la pared
con ira. ‘¿No podrías enviar a alguien más? ¡¿Qué tiene de bueno este Duan?!’
A Lord Shen Qianfeng le dolía la cabeza.
“¡Su Majestad!” Unos días después, Shen
Qianfan, que caminaba al frente, giró su caballo para informar: "Un poco
más lejos está la Secta Jianghu, llamada Pabellón Tianying. El líder de la
secta es un amigo de la infancia. ¿Por qué no nos detenemos allí esta noche?”
Chu Yuan asintió: “Está bien.”
"Entonces iré y organizaré todo",
Después de recibir la orden, Shen Qianfan fue a ejecutarla. El líder del
Pabellón Tianying se llama Li Ying, pasó tres o cuatro años en la Villa del Sol
y la Luna cuando era niño, y estaba en buenos términos con todos los hermanos
Shen. Hace diez días, se enteró de que el ejército pasaría, por lo que no había
necesidad de instruirlo: había hecho los preparativos con anticipación y ordenó
recolectar cabezas de cerdo limpias, cecina y jamones de cordero de toda el
área para alimentar a los soldados del Gran Chu.
"Después de tantos días cabalgando,
finalmente podemos dormir en una casa decente", a Sixi le dolía la espalda
baja.
Chu Yuan lo miró con una sonrisa: "Te dije
que te quedaras en el palacio desde el principio, pero quisiste venir tú mismo."
Sixi dijo: "Quedarme no sería lo correcto,
este viejo sirviente debe servir a Su Majestad.”
"Si no pierdes peso, entonces pronto tendré
que buscar a alguien que te sirva", Chu Yuan le palmeó el estómago. “Está
bien, descansa. Iré en busca de Qianfan.”
"Sí", respondió Sixi, preguntándose
si podría, pedirle al Noveno Príncipe que le hiciera una tintura adelgazante.
En el vestíbulo, Li Ying sólo estaba hablando
con Shen Qianfan, y cuando uno de los discípulos informó que el Emperador había
llegado, entonces se apresuró a saludarlo.
"Por favor, no hay necesidad de
ceremonia", dijo Chu Yuan. "Zhen sólo quería echar un vistazo,
no los he molestado ¿verdad?"
"Su Majestad es demasiado cortés, acabamos
de recordar historias de la infancia", dijo Shen Qianfan. "Y el
hermano Li estaba contento de no haber casado a su hermana menor con el Rey del
Suroeste."
Chu Yuan: “…?”
"Su Majestad no sabe que mi hermana es
inimaginablemente terca", dijo Li Ying. "Hace seis o siete años, ella
fue al suroeste. No sé cómo sucedió, pero se enamoró del Rey del Suroeste.
Cuando regresó aquí, insistió en que los emparejara.”
"Oh, ya veo", Chu Yuan parecía muy
amigable.
"Mi padre todavía estaba vivo en ese
momento, y no estaba de acuerdo de ninguna manera. Dijo que el Rey del Suroeste
no parece una persona capaz de llevar una vida decente, que tiene ambiciones de
lobo y que ella no podía casarse con él,” Li Ying continuó su historia.
Chu Yuan asintió: "Tu padre habló muy
correctamente.”
"Más tarde, a instancias de nuestro padre,
se casó con el Joven Maestro de la Hermandad Weihe", suspiró Li Ying.
"Sin embargo, incluso aquí le sucedió una desgracia. Menos de unos años
después de la boda, su esposo fue castrado.”
Chu Yuan: “……”
Shen Qianfan estaba asombrado: “¿Por qué el
hermano Li no lo mencionó antes? ¿Quién lo hizo?”
Li Ying vaciló: “Es difícil de decir.”
Shen Qianfan preguntó de nuevo: "¿Y qué
hay de la señorita Li? ¿Todavía está con la Hermandad Weihe?”
Li Ying negó con la cabeza: “Después de lo que
pasó, ¿por qué debería quedarse en la casa de su marido? Tan pronto como envié
a buscarla, ella misma regresó con la carta de divorcio, llorando porque quería
casarse de nuevo.”
“……”
Shen Qianfan sólo pudo decir: "Está bien…”
"Pero no hablemos de los problemas de mi
familia", dijo Li Ying. "¿Su Majestad y el hermano Shen realmente se
van pasado mañana? Podrías quedarte unos días más.”
"La guerra es urgente, no podemos
quedarnos un día más", dijo Shen Qianfan. "Aprecio tu amabilidad,
pero espere a que regresemos."
"Bueno, que así sea", estuvo de
acuerdo Li Ying. "Entonces tu humilde sirviente esperará respetuosamente
el regreso de nuestros Grandes Jinetes de Hierro del Gran Chu aquí con una gran
victoria."
Y cerca de la ciudad de Muyang, el ejército del
Dragón Negro habló continuamente con fuertes abusos y maldiciones. Dado que Chu
Yuan dirigió personalmente a las tropas hacia el sur, Chu Heng no pudo hacer
nada y, por lo tanto, envió dos mil soldados a una campaña punitiva. Es decir, sólo
se llamó campaña punitiva, pero en realidad fue una disputa. Día tras día,
maldijeron a sus oponentes hasta la decimoctava generación, y luego, después de
colgar, enviaron un informe a Chu Yuan, como para demostrar que habían cumplido
con su deber.
Duan Nian observó este avivamiento desde la
muralla de la ciudad por un tiempo, y luego bostezó y entró en la casa, con la
esperanza de dormir un poco.
Duan Baiyue había estado ausente durante varios
días, y no estaba de humor ni siquiera para abrir las puertas y asustar a esta
gente. Si les gusta maldecir tanto, que lo disfruten.
Y en el sendero de la montaña, los cuatro
cascos de Huo Yunshi se elevaron en el aire como un rayo negro. Ciudades
y pueblos quedaron atrás, las nubes barrieron el cielo, cambiando rápidamente
sus majestuosas formas.
“¡Conduce!” Duan Baiyue agitó su látigo, los
pisos de su túnica volaban.
“¡Ven, compra, tartas azucaradas hechas al vapor!
¡Tartas según la receta secreta del Pabellón Tianying!” Un vendedor ambulante
hizo señas a los clientes en un concurrido mercado al pie de la montaña. También
había quienes vendían pescado al horno, fideos de arroz, zapatos bordados con
patrones, y todo esto era el producto nominal del Pabellón Tianying. No es
sorprendente que se convirtiera en la secta Jianghu más grande de la zona, y
todos los pequeños comerciantes querían tener parientes allí para gritar con
confianza, sin temor a los rufianes locales y llevar a cabo sus negocios con
facilidad.
Dejando su caballo en la posada, Duan Baiyue
subió a la cima del acantilado detrás de la montaña. Si miras hacia abajo,
puedes ver que una casa grande se extiende a través de la depresión de la
montaña. Con paredes blancas y azulejos negros, se veía muy imponente. Era el Pabellón
Tianying.
La hora del almuerzo ya había pasado, pero Chu
Yuan no tenía apetito. Sólo había bebido una tetera de té de frutas, y ahora
estaba dormitando en el patio. Y aunque sus ojos estaban cerrados, sintió que
alguien lo estaba observando en secreto.
“……”
"Su Majestad", al verlo ponerse de
pie, Sixi preguntó apresuradamente: "¿Le gustaría comer?"
Chu Yuan negó con la cabeza: "Quiero salir
a caminar sólo. Que nadie me siga.”
Sixi obedeció la orden, pero se preguntó para
sí mismo: ‘¿A dónde va el Emperador en este momento? Después de todo, se
acordó previamente que el general Shen vendría.’
Chu Yuan caminó lentamente por el sendero en el
matorral del bosque solo. El follaje crujía bajo sus pies, solo enfatizando el
silencio circundante.
Duan Baiyue lo siguió, acercándose cada vez
más, pero no dijo nada.
Chu Yuan se detuvo, una sonrisa brilló en sus
labios.
Mirando en silencio la espalda de su amado,
Duan Baiyue sintió una multitud de sentimientos inundar su corazón, e incluso
el calor apareció en sus ojos.
Chu Yuan preguntó: "¿Por qué
viniste?"
Duan Baiyue dio un gran paso adelante y lo
abrazó, su voz se volvió ronca: "Te extraño."
Chu Yuan cerró los ojos ligeramente, dejando
que Duan Baiyue besara y chupara su cuello dejando una ráfaga de entumecimiento
y hormigueo. Sólo después de un largo rato dijo: “¿Te has curado del veneno?”
"Mn", Duan Baiyue lo rodeó con los
brazos, sin querer soltarlo.
Chu Yuan continuó: "¿Recuerdas lo que te
dije ese día?"
"Lo olvidé", dijo Duan Baiyue.
"Y tu también lo olvidaste."
Chu Yuan se recostó en sus brazos, con una
sonrisa en su voz. Dijo perezosamente: “Zhen no tiene ninguna intención
de perdonarte.”
Duan Baiyue lo giró para mirarlo a los ojos: "Dame
una oportunidad."
Chu Yuan se tocó la mejilla, lo miró detenidamente
y luego dijo: “Sigue siendo lo mismo.”
Duan Baiyue: "¿Eh?"
Chu Yuan dijo: “Feo”
Duan Baiyue apretó su mano: “No lo hice porque
fuera feo, sino por el veneno.”
"¿Entonces puedes irte por el
veneno?" Chu Yuan lo miró y luego retiró la mano. "Es demasiado tarde
para volver ahora, Zhen ya no te quiere."
"Si no quieres, no quieres", dijo
Duan Baiyue.
Chu Yuan arqueó las cejas, manteniendo los ojos
en él.
"De alguna manera logré complacerte. Este
Rey lo hará de nuevo", Duan Baiyue lo agarró de la muñeca con fuerza,
acercó al hombre, inclinó la cabeza para darle un beso. De repente, de la
espesura del bosque, llegó el sonido de pasos y voces.
"Dijiste que te sentías bien en casa,
entonces, ¿por qué quieres ir al Mar del Este con Su Majestad y el General
Shen?" A Li Ying le dolía la cabeza.
Li Que respondió, apoyándose contra un árbol: "¡Por
supuesto, por el bien del Rey Duan!"
Chu Yuan se sentó en un árbol, observando cómo
se desarrollaba la escena.
Duan Baiyue estaba perdido. ‘¿Qué tiene esto
que ver conmigo?’
“El Rey del Suroeste es ahora un rebelde. ¿Qué
quieres?” Li Ying la miró fijamente.
"Yo también admito ser una rebelde",
Li Que apretó los dientes. "La vez que fui al Suroeste, él y yo ya
estábamos juntos como marido y mujer, ¡así que de una forma u otra tienes que
dejarme ir al Mar del Este!"
La parte posterior de la cabeza de Li Ying
estaba entumecida. Su hermana debe haberse vuelto loca: "¿Lo dices otra
vez?"
"Y te responderé lo mismo al menos diez
veces", dijo Li Que. "En cualquier caso, debo ir a buscar al Rey Duan.
¡¿Finalmente me dejarás ir o no?!
La expresión en los ojos de Chu Yuan parecía
incomprensible. Apoyando su mano en su mejilla, giró la cabeza para mirar al
hombre a su lado.
El Rey del Suroeste estaba completamente
confundido. Por primera vez, se dio cuenta de lo que significaba tener una
"calamidad que ha caído del cielo". Bueno, es francamente un
desastre.
Glosario:
1. Zhu Sha:
Chu Yuan y Qianfan ya la habían conocido en el Capítulo 18.
2. Reino Rakshasa: Así es como se llamaba Rusia en la antigüedad.
3. Venas de Dragón de Agua: Las venas del dragón son cadenas montañosas en
expansión, pero en este caso, hablando de venas de dragón de agua, significan
ríos.