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Bajo las ráfagas de la brisa marina, Duan Bai Yue
se paró en la cubierta y observó las nubes flotantes.
"¿Quieres beber?" Preguntó Sikong
Rui, sosteniendo una jarra de vino.
Duan Bai Yue de repente recobró el sentido: "¿Lo
preparaste?"
Sikong Rui dijo: "Sí.”
Duan Bai Yue negó con la cabeza: “No lo beberé.”
Sikong Rui recuperó la jarra: “Bueno, bien.
Este es el vino Hongjin que personalmente elaboré cuando me casé. Sería una
pena compartirlo con otros. Acabo de verte parado aquí toda la mañana y pensé
que, si te arrojabas al mar, tendría que atraparte. Es mejor emborracharse.”
Duan Bai Yue preguntó: "¿Por qué debería arrojarme
al mar?"
Sikong Rui dijo: "No eras así antes. Y
ahora, de vez en cuando, te pierdes en tus propios pensamientos durante varias
horas. A pesar de que usas una máscara, no puedes ocultar tus ojos, y tienen un
afecto tan sincero que parece que tienes en mente a la persona con la que
quieres beber.”
Duan Bai Yue se rió: “¿Y qué?”
Sikong Rui dijo: "Si yo fuera tú, sin
mencionar el hecho de desfigurarme la cara y llevar veneno en el cuerpo, aunque
siguiera el camino demoníaco, todavía le preguntaría a mi amada si aún estaría
dispuesta a seguirme.”
Duan Bai Yue negó con la cabeza: "Desafortunadamente,
no soy tú.”
Sikong Rui continúo: "Siempre pensé que,
si te gustaba alguien, ya sea que esa persona estuviera de acuerdo o no,
desplegarías tropas para atraparla y capturarla.”
Sin embargo, Sikong Rui ni siquiera podía
pensar que cuando su amigo realmente se enamorara, ocultaría sus sentimientos
tan humildemente.
Duan Bai Yue sonrió ampliamente: “Me temo que
si lo capturo, las tropas de las nueve provincias se levantarán y el mundo se
hundirá en el caos.”
Mientras lo escuchaba, Sikong Rui se sorprendió
cada vez más, y con las manos detrás de la espalda, dio vueltas alrededor de
Duan Bai Yue. ‘¡¿Qué estás diciendo?! ¿Qué tipo de jactancia? ¡Sumergir el
mundo en el caos!’
Duan Bai Yue lo atrajo y lo puso frente a él: “Hablemos
de negocios. ¿Qué opinas del Reino Fei Mian?”
"¿Reino de Feimian?" Sikong Rui dijo.
"¿Qué, todavía quieres encontrar Tian Chen Sha?"
"Por supuesto, buscaré Tian Chen Sha, pero
no voy a centrar todos mis pensamientos en eso. Después de todo, es solo una leyenda,
no deberías gastar demasiado esfuerzo en eso", dijo Duan Bai Yue.
"Xiao Wu ya iba con sus hombres en busca de ella, rompiendo por la fuerza
el velo de niebla interminable, pero detrás de él sólo encontró una isla rocosa
estéril que ni siquiera parecía habitada.”
"Cuando shifu Nan Mo Xie escribió la
carta, también fui a buscarla varias veces.” Sikong Rui dijo: “Incluso en el
mapa completo de Nan Yang, sólo se puede observar la ubicación aproximada del
reino de Fei Mian. La zona de niebla blanca es muy extensa, pero nadie le dirá
exactamente qué parte de ella está habitada por personas. La única forma de
averiguarlo es esperar a sus barcos mercantes, que aparecen de vez en cuando
para vender pociones para hechicería y recursos minerales, o intercambiarlos
por necesidades básicas.”
Duan Bai Yue dijo: "¿Es todo tan
misterioso?"
“No misterioso, sino secreto.” Sikong Rui dijo:
“Nan yang es enorme, y sus islas están habitadas por una gran variedad de
personas. El reino de Fei Mian siempre ha sido modesto, su gente tampoco parece
ser rica o pobre, por lo que no causan ninguna envidia u odio por vivir en paz
con sus vecinos.”
Duan Bai Yue asintió: "Lo entiendo.”
"Pero he escuchado que, en los últimos dos
años, su Han* ha estado mejorando. No creo que vayan a permanecer
aislados del mundo en absoluto”, continuó Sikong Rui. “Al final, puede ganar
plata sólo abriendo rutas marítimas a otros países, brindándoles asistencia y
recibiendo beneficios mutuos.”
El corazón de Duan Bai Yue tembló: "¿Ha
mejorado su Han?"
Sikong Rui dijo: "No sólo entre la gente
del reino de Fei Mian. ¿Qué isla de Nan Yang ahora no quiere escalar el Gran
Chu? Sólo una persona de mente cerrada no querría aprender Han, cuando
una transacción aleatoria puede ser igual a un año entero de pesca en el mar.
Por lo tanto, tampoco tienes que preocuparte por eso, porque quién sabe, tal
vez en unos años, el propio reino de Fei Mian abrirá las fronteras y comenzará
a intercambiar Tian Chen Sha por oro y plata.”
Duan Bai Yue negó con la cabeza con una
sonrisa: “Quiero creer que así será.”
Sikong Rui lo empujó con el codo: "Bueno,
¿de quién estás enamorado?"
Duan Bai Yue: “Nos conocemos desde la infancia,
y durante mucho tiempo lo he considerado mi destino.”
Sikong Rui se sorprendió gratamente: "¿Soy
yo?"
Duan Yao, que estaba pasando, de repente se
puso pálido cuando escuchó esto, se dio la vuelta y regresó por el mismo camino
que había venido.
¡¿Qué le pasa?!
Pasaron los días, la ruta marítima pasó sin
obstáculos. Pronto se suponía que llegarían al reino de Bai Xiang, por lo que
el ejército del Suroeste se quedó temporalmente en una isla oculta. Disfrazados
de simples comerciantes, Duan Bai Yue y sus compañeros desembarcaron y se
registraron como invitados del arrecife Wangxi. El muelle estaba lleno de
gente, estaba realmente muy animado, y también había muchos barcos del Gran
Chu, todos esperando su turno para registrarse e ingresar a la ciudad.
Sikong Rui deslizó en secreto una barra de
plata a un funcionario fronterizo. No tardó en llegar: cortésmente agitó la
mano y los dejó pasar, ni siquiera interesado en la máscara de Duan Bai Yue.
Las puertas de la ciudad estaban hechas de
enormes rocas blancas, coronadas con una cúpula dorada, que se destacaba
favorablemente en el contexto del mar y el cielo azul. Dos elefantes blancos
tallados en piedra estaban arrodillados con sus trompas levantadas sobre sus
cabezas, y todos los que pasaban tenían que tocarlos. Se rumoreaba que estos
elefantes atraen la riqueza y la buena fortuna, y son capaces de enviar la
bendición del cielo. En el interior, la ciudad era aún más deslumbrante. Varias
de las tiendas más prósperas estaban completamente rodeadas de comerciantes
visitantes, era casi imposible caminar por la calle.
"No sé si es suerte o no, pero acabamos de
llegar a una feria comercial", dijo Sikong Rui.
"No es una mala oportunidad para observar
las costumbres locales", dijo Duan Bai Yue.
Duan Yao miró a la derecha, miró a la
izquierda, y después de un rato compró una montaña de baratijas, afirmando que
las llevaría a la Mansión del Suroeste como regalos. Pronto, después de
descansar en la posada, volvió a salir a la calle para observar lo que estaba
sucediendo. Duan Bai Yue y Sikong Rui no lo molestaron en absoluto. Los dos
salieron, encontraron un salón de té, se sentaron en el segundo piso, bebieron
té, hablaron, elaborando un plan de acción para el camino.
Duan Yao compró arroz glutinoso envuelto en una
hoja de plátano en una tienda de campaña y se lo comió a medida que avanzaba.
Un joven caballero de una familia rica, incomparablemente guapo, alto, delgado
y heroico, atraía a muchas chicas que le echaban un vistazo por el camino.
Al ver tal vista, Sikong Rui se rió y bromeó: "Y
Yao’er es mucho más prometedor que tú."
Duan Bai Yue se dio la vuelta y miró hacia
abajo. Sus labios se crisparon en una sonrisa.
"Joven maestro", alguien detrás de
Duan Yao llamó con voz resonante.
Se detuvo y se dio la vuelta cuando vio a una
chica de unos dieciséis o diecisiete años frente a él. Su piel era oscura,
probablemente debido a la pesca durante todo el año, pero la astucia brillaba
en sus ojos.
“¿Me llamabas?” Preguntó Duan Yao.
La chica asintió: “Mi nombre es Huang Li.”
Duan Yao preguntó: “¿Eres del Gran Chu?”
Huang Li dijo: “Soy del reino Bai Xiang.”
Duan Yao se sorprendió: “Entonces hablas muy
bien Han.”
"Lo aprendió", dijo Sikong Rui.
Duan Bai Yue observó la escena desarrollarse
con gran interés.
Huang Li empujó algo en la mano de Duan Yao y
luego se alejó corriendo, dejándolo rodeado de chicas riendo.
Bajó los ojos y encontró en la palma de su mano
una pequeña flor con pétalos blancos y rosados alternados.
"Joven maestro, le gustas a esta
chica", explicó alguien cercano con una sonrisa. "Se llama la flor
del amor.”
El Joven Príncipe Duan sonrió serenamente
mientras insertaba la flor en el hueco de la pared: “Ah, desafortunadamente, ya
estoy casado.”
‘Ya está casado...’ Esta noticia sumió a la multitud abarrotada en
un abismo de desaliento. Pero pensándolo bien, sería extraño si un joven
caballero tan guapo y rico no estuviera casado.
Duan Yao se dio la vuelta resueltamente y
regresó a la posada. Es mejor irse a dormir.
Sikong Rui frunció el ceño: “¿Alguien está
vigilando a Yao’er?”
"¿Por qué alguien vigilaría a Yao’er? Vino
aquí con esa chica", Duan Bai Yue miró al hombre que apareció y
desapareció entre la multitud. “Parece un rufián o algún tipo de ladrón.”
Mientras hablaban, el hombre ya se había
apresurado a entrar en el callejón, fácilmente desapareció entre la multitud.
Por la noche, Duan Yao había dormido bien y se
levantó justo a tiempo para la cena. Cuando bajó, descubrió que Duan Bai Yue y
Sikong Rui ya habían regresado, y había otra persona con ellos, la misma chica
que había conocido en la calle por la tarde.
Duan Yao: “……”
"Estás a tiempo", dijo Duan Bai Yue.
"Hay alguien buscándote".
Duan Yao instintivamente dio un paso atrás.
"Joven maestro", Huang Li sostenía una
bolsa en sus manos. "Llévame contigo."
¡¿Por qué debería llevarte?! Duan Yao miró sus ojos con asombro. O aún no
se ha despertado, o esta chica está completamente loca.
Duan Bai Yue le dijo al sirviente que preparara
un comedor privado.
Duan Yao lo siguió, pero cuando se dio la
vuelta, vio que Huang Li todavía estaba quieta. Ya había gente alrededor señalando,
por lo que no pudo soportarlo más. La llamó, agitando la mano.
"Muchas gracias, joven maestro",
Huang Li se sonrojó mientras lo seguía a la habitación.
Duan Yao declaró apresuradamente: "Realmente
ya estoy casado.”
Una sonrisa apareció en los labios de Duan Bai
Yue.
"Tonto, ¿realmente pensaste que se enamoró
de ti?" Sikong Rui le dio una palmada en la cabeza.
Duan Yao inmediatamente dio un suspiro de
alivio. ‘Ah, entonces no es así…’
"¡Caballeros, por favor sáquenme de
aquí!" Huang Li cayó de rodillas.
"Joven doncella, levántate y cuéntame lo
que pasó", dijo Duan Bai Yue.
“¡Sí!” Duan Yao la ayudó a levantarse.
"¿Quieres ir al Gran Chu?"
"Ya sea el Gran Chu o Lang Zhou, cualquier
cosa, simplemente no me quede en Bai Xiang.” Huang Li dijo. “Incluso una
pequeña isla habitada servirá.”
Duan Yao negó con la cabeza: “Pero no nos
iremos pronto. ¿No tienes dinero para comprar un asiento en el barco?”
"Sí", Huang Li sacó un boleto
plateado de la bolsa. "Tengo plata, y si eso no es suficiente, también tengo
una caja de joyas.”
"Si tienes tanto dinero, ¿por qué no
navegas tú misma?" Duan Yao estaba aún más perplejo.
Duan Bai Yue sonrió: "Supongo que
simplemente no puede.”
"Me están observando", susurró Huang
Li.
Sikong Rui golpeó su tazón con los palillos y
suspiró: "Aquí, justo afuera de la puerta, hay al menos cuatro personas
esperando. No es muy cortés de su parte correr deliberadamente a la posada,
sabiendo que puede traernos problemas. Incluso si llevamos espadas con
nosotros, no significa que seamos competentes en artes marciales.”
Huang Li guardó silencio, bajó la cabeza y sus
dedos fuertemente entrelazados.
"Cuéntame más sobre qué pasa", dijo
Sikong Rui. "Te ves muy lamentable. Si realmente es tan malo, podríamos
considerar llevarte con nosotros.”
"Estas personas afuera de la puerta son
asesinos", dijo Huang Li.
“¿Algún tipo de escuela o secta?” Preguntó Sikong
Rui.
Huan Li dijo: "Jian."
Duan Yao negó con la cabeza: "¡¿Qué palabra
dijo?!"
Huang Li dijo: "Jian como espada.
Esta es la organización más grande de asesinos a sueldo del reino de Bai Xiang.
Su jefe proviene del estado de Gran Chu.”
La comisura de la boca de Duan Yao se crispó. ¿Qué
idiota decidió llamar a la escuela ‘Jian’? Si tienen un conflicto con otra secta,
entonces en respuesta a ‘¡son unas putas [1], ni siquiera podrán
objetar nada.
"¿Del estado de Gran Chu?" Dijo Duan
Bai Yue. "¿Cómo se llama?"
Huang Li: "Bao Dadu [2]”
“¡Pfff ja ja ja ja!” Sikong Rui casi se ahoga
de risa. Una organización para contratar asesinos llamada Jian es la
mitad del problema. Pero también tienen el nombre del líder que suena como si dijera
‘gran barriga’, casi como un ‘mujeres embarazadas’. Si Sikong Rui
estuviera en el lugar del líder, no habría tenido el coraje de decir este
nombre en voz alta.
Con un sonido de ¡Bang!, una
patada abrió la puerta del comedor privado. Huang Li instantáneamente se puso
pálida y miró a la persona frente a ella con horror.
Duan Bai Yue levantó la cabeza y miró a los
extraños, notando que el rufián que habían visto durante el día también estaba
entre los que habían entrado.
"¿Qué estás haciendo aquí?" Duan Yao
dijo con frialdad, caminando hacia él.
"¿Qué estoy haciendo? ¡Me gustaría
preguntarte qué quieres hacer!” El líder se abalanzó, escupiendo saliva
furiosamente. “¡Ustedes son extraños aquí, ocúpense de sus propios asuntos!
¡Salgan del camino y no retrases la ceremonia de matrimonio de mi maestro!”
Duan Yao miró a Huang Li: "¿Te vas a casar
hoy?"
"Si ese es el caso, entonces la doncella
está haciendo mal", dijo Duan Bai Yue sacudiendo la cabeza antes de que
pudiera abrir la boca. “En un día tan significativo, debes estar en casa y
esperar tu boda. Tú y yo no somos amigos ni parientes, ¿por qué viniste
corriendo aquí?”
Sikong Rui hizo un gesto para que Duan Yao se
pusiera detrás de él.
"Creo que todos en la posada pueden
testificar que esta chica vino a nosotros sin una invitación, no la
conocemos", continuó Duan Bai Yue amablemente. "No queremos causar
problemas, y ya que la han encontrado, caballeros, llévensela lo antes posible
para no distraernos de nuestros negocios.”
Glosario:
1. Las palabras "gente de la espada"
(剑人)
y "puta / bastardo / barato" (贱人) suenan casi igual: "jianren", sólo
que la tonalidad difiere.
2. Bao Dadu 包大渡 (包 "bao" - envolver, envolver,
envolver; 大渡
"dadu" - un gran cruce) suena muy similar a 包大肚 (大肚
"dadu" - barriga grande, embarazada)