DWGL - 75: Un viejo amigo


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El hermano menor de Jing Liu Tian, llamado Jing Liu Hui, no se había hecho mucho nombre en el Jianghu, y la mayoría de los forasteros lo consideraban sólo un hijo rico de una familia noble. Al recordarlo, las personas en el mejor de los casos suspiraban y decían que tuvo mucha suerte en la vida: haber nacido como el hijo menor de la Torre Fei Luan y no conocer la necesidad de comida ni bebida en toda su vida. Le bastaba con holgazanear y desperdiciar el dinero, por lo que era razonable que no quisiera hacer nada.

 

Era imposible mirar el mar ilimitado. Duan Bai Yue estaba de pie en la cubierta, observando la niebla blanca en la distancia.

 

"Hermano", Duan Yao estaba a su lado. "El viento se está volviendo más fuerte, regresa."

 

"Hemos estado navegando durante tres días. ¿Estás acostumbrado?” Preguntó Duan Bai Yue.

 

"Mn", asintió Duan Yao. "Está bastante bien, el viaje amplía tus horizontes y pasan muchos barcos mercantes.”

 

"Antes de irnos, la tía Jin estaba preocupada por si te mareabas, pero es bueno que estés bien", dijo Duan Bai Yue. "Ahora el mar parece animado, pero más tarde, cuando crucemos la frontera oceánica, habrá silencio por todas partes y también pueden encontrarse piratas.”

 

"Al menos no será aburrido con los piratas", Duan Yao estiró la muñeca y agregó majestuosamente: "¡Considera que estamos luchando contra el mal en nombre del pueblo!"

 

En ese momento, realmente parecía heroico.

 

Duan Bai Yue le dio unas palmaditas en el hombro y dijo con una sonrisa: “Xiao Wu se ha ido al Palacio Perseguidor de Sombras y viendo esto, aparentemente tú tampoco querrás quedarte en la Mansión del Suroeste."

 

"¿Quién ha dicho eso? No iré a Jianghu.” Duan Yao hizo una mueca despectiva y le tomó del brazo: “¡Dondequiera que estén el hermano mayor y shifu, estaré allí!”

 

La comisura de la boca de Duan Bai Yue se levantó: “Como quieras.”

 

“¿Cuánto tiempo se tarda en llegar al Reino de Bai Xiang?” Preguntó Duan Yao.

 

Duan Bai Yue dijo: “Dos meses, pero no hay necesidad de apresurarse. En el camino, nos encontraremos con muchas islas pequeñas para aprovisionarnos y cada una con sus propias atracciones. Por ejemplo, en diez días debemos llegar a la isla Hongluo, que es famosa por la pesca de mariscos con carne tierna y grasosa. También puedes probar el pescado amarillo de la isla Shazi y las conchas marinas del arrecife Neiye, que no puedes comprar en tierra firme ni siquiera por plata.”

 

Duan Yao se atragantó con su saliva. Este viaje le dio una esperanza ilimitada.

 

Al menos la comida era deliciosa.

 

La flotilla no llevaba la insignia de la Mansión del Suroeste, pero colgaba las banderas azules de los barcos mercantes del Gran Chu. Como muchas flotas mercantes del Gran Chu han disfrutado viajando a Nanyang para buscar oro en los últimos años, por lo que, los comerciantes con los que se encontraron se mostraron muy amigables. Incluso se quedaron en cubierta, gritando alguna que otra palabra desde lo lejos e intercambiando noticias sobre la situación actual del mercado.

 

Un paquete de mandarinas fue arrojado desde lejos, Duan Yao lo sostuvo firmemente en sus brazos, agitando vigorosamente la mano en señal de agradecimiento.

 

El hombre mayor de enfrente exclamó: "¿Este joven caballero está casado?"

 

Duan Yao gritó aún más fuerte con una expresión de alegría violenta: “¡Está hecho!”

 

Una sonrisa se congeló en el rostro del hombre mayor, con el arrepentimiento escrito en sus ojos por la pérdida.

 

Duan Bai Yue se rio: "¿Por qué no dijiste que estabas casado antes de aceptarle las mandarinas?"

 

Duan Yao le entregó una mandarina amarilla y brillante: "No soy estúpido.”

 

Duan Bai Yue dijo: " Vuelve a tu camarote si ya has tenido suficiente, es hora de que el viento y las olas se levanten [1]."

 

Duan Yao guardó las mandarinas en una bolsa de tela y fue a los camarotes para regalarlas. Estaba extremadamente satisfecho consigo mismo.

 

El joven príncipe de la Mansión del Suroeste era alto y de rasgos apuestos. Tenía una figura heroica cuando se paró en la cubierta con su cuchillo colgando en el cinturón y la gente de los barcos que pasaban no podía apartar los ojos de él. ¡Y cómo sonreía! Entrecerrando los ojos ligeramente, con una sonrisa melosa dibujado en los labios, enamorando absolutamente a todos. Es por eso por lo que, constantemente le arrojaban comida, piedras preciosas, chales bordados por sus hijas, y una vez un jefe mercante, que tenía tal influencia que podía mover montañas, le arrojó una canasta repleta de pescado amarillo de la isla Shazi. Todos en el barco tardaron dos días en terminarlo.

 

Duan Bai Yue parecía muy complacido: "Fue la decisión correcta traerte conmigo.”

 

Duan Yao se sentó en la cubierta y, satisfecho con la vida, admiró las estrellas.

 

Ha pasado más de un mes desde que se hicieron a la mar, y en lugar de aburrirse, cada vez resultó más interesante. Por la noche, cuando todos se iban a la cama, incluso se podía escuchar el vago canto de las sirenas, que llenaban el alma de felicidad. Parecía aún más tranquilo aquí que en tierra firme.

 

Duan Yao pensó para sí mismo: ‘Es posible quedarse más tiempo en un viaje así, al menos dos o tres meses.’

 

Pero, como dice el refrán, cualquier cosa que llegue al límite inevitablemente retrocede [2].

 

Después de varias decenas de días de vida satisfactoria y despreocupada, una noche Duan Yao ya estaba en su décimo sueño, cuando de repente sintió que su cama temblaba violentamente. Si su reacción no hubiera sido lo suficientemente rápida, ciertamente habría caído al suelo.

 

Hubo un ruido en el exterior. Duan Yao se vistió y salió corriendo apresuradamente. Duan Bai Yue ya estaba parado en la cubierta, y el mar en frente estaba brillantemente iluminado. Un gran barco bloqueó el estrecho, aparentemente con la intención de interceptarlos.

 

‘No es posible. ¿Realmente existen los piratas?’ Duan Yao estaba extrañamente emocionado. Después de todo, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que peleó. Fue una rara oportunidad, ¡Estos idiotas llamaron a su puerta!

 

Duan Bai Yue contuvo una sonrisa: "Ya que estás aquí, ¿por qué sigues escondido?"

 

Duan Yao se sorprendió al escuchar tal reprimenda. ‘¿Es alguien que conoce?’

 

"¡¿Quién se esconde de ti?!" Un joven vestido con una túnica blanca se asomó fuera de los camarotes, parecía un poco avergonzado y molesto.

 

Duan Bai Yue lo miró.

 

El joven quedó atónito, luego dio unos pasos más hacia delante y estiró el cuello, mirando diligentemente: "¿Por qué llevas una máscara?"

 

Duan Bai Yue dijo con calma: "Temo que te enamorarás de mí a primera vista. Dando vueltas en la cama toda la noche, sin querer comer y llorando hasta el amanecer.”

 

La comisura de la boca de Duan Yao se torció nerviosamente. ‘Usted, al parecer, se separó, pero si El Emperador descubre que le dijo algo así a alguien, supongo que se caerá el cielo.’

 

"¡Tú, de apellido Duan!" El joven vestido de blanco se enfureció cada vez más. Pisó el casco del barco y voló hacia Duan Bai Yue, extendiendo la mano en un intento de bloquearle la boca.

 

Duan Yao estaba asombrado. ¡Qué habilidad! ¡es muy rápido!

 

Duan Bai Yue saltó a un lado y comentó con disgusto: "Escuché que te has convertido en padre, entonces, ¿por qué sigues siendo tan indolente?"

 

"¡¿Y qué tiene si me he convertido en padre?! Incluso si me convirtiera en abuelo, ¡todavía te daría una paliza!”, el joven exudaba energía desenfrenada. "¿Dónde está la carta? ¡¿Dónde la escondiste?!”

 

"¿Carta? ¿qué carta?” La voz de Duan Bai Yue expresó un grado extremo de desconcierto. Luego se aclaró la garganta y dijo en voz alta, dirigiéndose al gran barco frente a él: "¿Es la carta de amor que el hermano Sikong escribió a la señorita Nie Yu Qing en aquel entonces?”

 

El joven instantáneamente se agazapó en la cubierta, cubriéndose la cabeza con las manos.

 

Duan Yao: “……”

 

‘Hay algo que no está bien.

 

Hubo silencio en el barco. Sólo entonces el joven recordó que su esposa no había venido con él, sino que seguía en casa, cuidando a su hijo. Inmediatamente volvió a su antigua arrogancia.

 

Duan Bai Yue dijo con una sonrisa: "Parece que mi hermana menor no está aquí hoy.”

 

"Bueno, ¿qué estás haciendo en Nan Yang?" Preguntó el joven de blanco.

 

Duan Bai Yue dijo: "Voy al Reino de Bai Xiang.”

 

"¿A Bai Xiang?" El joven dio un suspiro de alivio. "¿Entonces no viniste aquí a buscarme?"

 

"No planeé eso", dijo Duan Bai Yue. "Pero ya que estás aquí...”

 

"¡Adiós, hermano Duan!, ¡adiós!” El joven se dio la vuelta y se alejó corriendo.

 

Detrás de él, Duan Bai Yue habló lenta y deliberadamente, estirando las palabras: "Me enamoré de ti a primera vista, dando vueltas en la cama toda la noche, sin querer comer y llorando hasta el amanecer…”

 

El joven se detuvo en seco, todo su rostro expresaba dolor e indignación.

 

"Hazme un favor", dijo Duan Bai Yue.

 

El joven estaba agarrado a la barandilla, se sentía abrumado. Si no fuera por el hecho de que ahora tenía una esposa y un hijo, en realidad habría saltado.

 

‘Han pasado más de diez años desde que nos conocimos, entonces, ¿por qué siempre he sido yo el que sale perdiendo?’

 

Duan Yao observó esta actuación desde el banquillo durante mucho tiempo, y finalmente no pudo permanecer en silencio: "Hermano."

 

"¿Lo has olvidado?" Dijo Duan Bai Yue. "Este hombre es el famoso Sikong Rui, conocido en Jianghu como el Erudito de Blanco.”

 

"Oh", Duan Yao finalmente encontró algunos recuerdos de la infancia en su memoria. "Así que este es el hermano Sykong.”

 

Sikong Rui se volvió lentamente hacia él, con los ojos en blanco.

 

Aunque Duan Yao no sabía lo que había sucedido, de alguna manera inconscientemente sintió simpatía por él.

 

"Envié gente a robar la carta de la Torre del Tesoro, y dijiste que no te avergonzabas de ello en absoluto", dijo Duan Bai Yue.

 

Sikong Rui dijo enojado: "¡¿Todavía tienes cara para mencionarlo?!" Después de tanto esfuerzo y gastos inimaginables, descubrió que había robado una pila de Sutras Vajra escritos a mano y casi se desangró hasta morir de ira en el acto.

 

El padre de Sikong Rui, el erudito de blanco, era Sikong Xiong, que había pasado por Jianghu en sus años más jóvenes y estaba en buenos términos con Duan Jing. A menudo llevaba a sus esposas e hijos con él y se quedaba por un corto tiempo en la Mansión del Suroeste, por lo que, naturalmente, Sikong Rui y Duan Bai Yue habían sido amigos desde la infancia. Los dos comenzaron a luchar desde la edad de cinco años, y Duan Bai Yue casi siempre ganaba todos los combates. No tanto porque fuera bueno en artes marciales, sino porque el heredero de la Mansión del Suroeste sabía cómo usar venenos. Siempre tenía un puñado de insectos gordos variados escondidos en sus bolsillos. Una mordedura podía provocar parálisis de los brazos y las piernas y, en casos graves, pérdida de conciencia. Enseñado por una amarga experiencia, Sikong Rui pensó en usar un arma oculta para atacar después de sufrir varias derrotas, pero Sikong Xiong lo golpeó hasta la muerte, y luego le obligó a recitar en voz alta varios cientos de veces "los seguidores del verdadero camino deben actuar abierta y honestamente". Se sentía completamente miserable.

 

*** Aquí comienza un recuerdo***

El comienzo de su amistad fue aterrador de recordar, y la continuación, por supuesto, no mejoró. Al crecer, Sikong Rui se enamoró de Nie Yu Qing, a quien conoció en una convención de artes marciales. Esta vez, Duan Bai Yue no interfirió con él, e incluso lo ayudó a escribir una carta a la luz de la lámpara, mirando muchas colecciones de poesía y usándolas como guía. Resultó muy apasionado y suave. Como resultado, Sikong Rui envió una docena de cartas, pero todas parecían haber desaparecido en las profundidades del mar. En respuesta, no sólo no recibió un pañuelo como señal de favor, sino que ni siquiera recibió una mirada. En el fondo, Duan Bai Yue todavía simpatizaba con él, pero Sikong Rui ya se frotaba las manos con entusiasmo y decía que se había enamorado de otra chica.

 

"Sí, tienes el corazón de un lobo y los pulmones de un perro [3]", Duan Bai Yue chasqueó la lengua y sacudió la cabeza. "Afortunadamente, la señorita Nie no te tomó en serio, pero esta nueva hermana se estima que es lo suficientemente rigurosa. ¿No quieres unirte a un monasterio? ¿Tal vez cortar cuidadosamente?"

 

"¡Deja de decir tonterías! ¡¿Me ayudarás o no?!", Dijo Sikong Rui.

 

Duan Bai Yue asintió, "Ayudaré".

 

Esta vez, la chica soñada de Sikong Rui se llamaba Xiuxiu, y era la joven mayor de la Secta Tianwu. Muy dominante, no se parecía en absoluto al gentil y bondadosa Nie Yu Qing. La diferencia entre ellos se cernía claramente, como entre el cielo y la tierra. Duan Bai Yue pensó que era sólo un romance de tres días, pero no esperaba que realmente él lo tomara en serio y al año siguiente se casara. Más tarde, Sikong Xiong regresó a su isla pesquera para pasar su vejez allí, y Sikong Rui le siguió hasta el mar con su esposa. Al parecer, su destino iba bien, ya que no regresó a las llanuras centrales durante tanto tiempo.

*** Fin de recuerdo***

 

Debido a las vastas extensiones del mar que los separan, los contactos entre Duan Bai Yue y Sikong Rui disminuyeron gradualmente, hasta el punto de que no llegó ninguna carta durante todo un año. Pero a pesar de esto, una astilla se asentó en el corazón de Sikong Rui durante mucho tiempo: en el mismo año, después de la convención de artes marciales, Nie Yu Qing había enviado todas sus cartas de amor intactas, pero cayeron en manos de Duan Bai Yue, y nunca fueron devueltas a Sikong Rui.

 

Habiendo conocido a este hombre durante muchos años, Sikong Rui no pudo evitar entender que un día comenzaría a chantajearlo con estas cartas, y ni siquiera podría quejarse. Al final, su esposa era demasiado dominante, y si descubría que una vez escribió cartas de amor a otra chica, tendría que escucharla miles de veces por el resto de su vida.

 

El mero pensamiento de ello hizo la vida peor que la muerte.

 

"Me pregunto dónde está la casa del hermano Sikong". Preguntó Duan Bai Yue.

 

"¿Vas a ir a mi casa?" Sikong Rui casi lloró.

 

Duan Bai Yue: “Sí”

 

El corazón de Sikong Rui estaba lleno de dolor e indignación, las emociones en el interior estaban hirviendo. No había visto al hombre en años, pero su desvergüenza no había disminuido. También se puso una máscara, que era completamente superflua, aunque si su rostro estuviera expuesto, es casi seguro que los dardos ni siquiera podrían perforar esa piel.

 

Duan Bai Yue preguntó: "¿Has terminado de maldecirme mentalmente?"

 

"Todavía no", respondió Sikong Rui.

 

Duan Bai Yue fue muy amable: "Entonces volvamos a la isla, y allí puedes continuar."

 

Agarrándose la frente, Sikong Rui decidió comprometerse: "Está bien, pero antes de irnos, acordemos que no dirás una palabra sobre esas cartas."

 

Duan Bai Yue dijo: "Mientras el hermano Sikong esté de acuerdo con mis términos, por supuesto, no las mencionaré.”

 

Sikong Rui era cauteloso: “¿Cuáles son las condiciones?”

 

Duan Bai Yue dijo modestamente: "Ah, una bagatela, una bagatela.”

 

Sikong Riu: “……”

 

‘Una bagatela será el infierno.’

 

 

Glosario:

1.    Es hora de que el viento y las olas se levanten: "Gai qi feng lang le" 变风浪了. Es un modismo que significa "cambiar el viento y las olas" o "cambiar el curso de los acontecimientos." En el contexto de la frase dicha por DBY, le pide a Duan Yao que deje de jugar o divertirse.

2.    Cualquier cosa que llegue al límite inevitablemente retrocede: "Wu ji bi fan" (物极必反): Es un modismo chino que significa "cuando las cosas llegan a un extremo, sólo pueden moverse en la dirección opuesta". Se suele utilizar para describir la situación en la que algo ha llegado a su límite y está a punto de cambiar de dirección o dar marcha atrás.

3.    Corazón de un lobo y los pulmones de un perro: 狼心狗肺  láng xīn gǒu fèi, se refiere a una persona cruel e inescrupulosa.