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Era
difícil para Chu Yuan incluso mover las manos, por lo que, naturalmente, no era
cuestión de desayunar juntos. Después de comer un par de caramelos zongzi,
preguntó: "¿El anciano Nan y Yao'er ya están despiertos?"
"Han
salido a caminar hace mucho tiempo", le dijo Duan Baiyue. "Ninguno de
ellos ha estado aquí antes, y si están interesados en algo, no estoy seguro de
que regresen ni siquiera por la noche".
Chu
Yuan sonrió: "La ciudad en la que se decidió construir un palacio de
verano no es, por supuesto, pequeña. Aunque Yunde no se puede comparar con la
riqueza y el lujo de Wang Cheng, hay hermosas montañas y ríos que
definitivamente merecen atención. En julio y agosto, cuando llueve, las
montañas se vuelven inusualmente hermosas.”
"Entonces
mejórate rápido", Duan Baiyue tomó sus manos entre las suyas. "Y
podremos escuchar la lluvia y disfrutar de las flores.”
"Está
bien", asintió Chu Yuan.
Duan
Baiyue extendió la mano, a punto de ajustarse la ropa, cuando la voz del eunuco
Sixi vino desde afuera, con la noticia de que el Tao Rende pidió audiencia.
"Sí",
dijo Duan Baiyue. "Has dado en el clavo. Ha venido temprano por la mañana.”
"Escóndete",
le dijo Chu Yuan. "El venerable Lord Tao es un anciano, no quiero que lo
asustes hasta la muerte.”
Duan Baiyue
saltó a la viga del techo con un solo tirón.
Al
entrar en la habitación y ver a Chu Yuan en la cama con una tez visiblemente
poco saludable, Tao Rende se alarmó: "Tu humilde sirviente se encontró con
el médico imperial Zhang en su camino hacia aquí, y dijo que el Emperador
estaba sobrecargado de trabajo, lo que provocó que el cuerpo del dragón no se
sintiera bien. Además, se fue a la cama hasta el amanecer, ¡por favor no lo
haga otra vez!”
Duan
Baiyue se acarició la barbilla, esas últimas palabras solo acariciaban sus
oídos.
Chu
Yuan asintió: "Estoy muy agradecido con usted, Lord Taifu”.
"Hay
un erudito ciego en la ciudad de Yunde, y aunque es ciego, domina el arte de la
acupuntura y el masaje. Si el cuerpo de Su Majestad todavía está entumecido,
¿puede este humilde sirviente enviárselo para que lo examine y lo trate?”
Preguntó Tao Rende.
"No
hay necesidad de eso", Chu Yuan negó con la cabeza. "El médico Zhang
también dijo que no hay nada de qué preocuparse, solo necesito descansar lo
suficiente y todo volverá a la normalidad. Zhen rara vez tiene unos días
de paz, así que a Zhen le gustaría no ser molestado.”
"¡Sí,
Su Majestad!” Tao Rende se inclinó, obedeciendo la orden.
"¿Hay
algún otro asunto que este venerable Lord Tao quisiera discutir con Zhen?"
Preguntó Chu Yuan.
Tao
Rende tartamudeó: "Su Majestad puede estar tranquilo y recuperarse, hay
algunos asuntos sin importancia en esta región que se pueden delegar con
seguridad a los ministros. Si surge algún asunto importante, entonces su
humilde sirviente acudirá inmediatamente a usted.”
Chu
Yuan asintió: "En ese caso, gracias por la cortesía del Venerable Lord Tao."
Tao
Rende presentó sus respetos y salió del dormitorio. En el camino, se encontró
con Liu Dajiong, que acababa de regresar del mercado matutino y llevaba consigo
un paquete de pasteles. Explicando que estos eran los pasteles por los que la
zona es famosa, iba a enviárselos al Emperador para que los probara.
"El
Emperador acaba de tomar su medicina y está descansando", Tao Rende tomó
el paquete de sus manos. "No lo molestes.”
"¿Está
enfermo de nuevo el Emperador?" Liu Dajiong estaba desconcertado.
Cuando
ascendió al trono por primera vez, estaba constantemente pensando en su
trabajo, a menudo se quedaba en el estudio imperial hasta las primeras horas de
la mañana y estaba perfectamente en orden. ‘¿Qué ha estado pasando
últimamente que lo mantiene postrado en cama?’
"Debe
haber trabajado demasiado duro antes, y esa fue la causa de su
enfermedad", dijo Tao Rende. "¿No ha dicho antes el médico imperial que
el Emperador tiene problemas para conciliar el sueño, y que solo lo ayuda la
medicina del Noveno Príncipe? Es muy joven y se pudo haber agotado por los primeros
años.”
"Entonces
el Emperador necesita estos pasteles aún más", Liu Dajiong recuperó el
paquete de papel. “¡Y tú también! Con gran dificultad, el Emperador llegó a esta
residencia de verano con la esperanza de descansar unos días, así que, déjalo que
disfrute adecuadamente de la paz y la tranquilidad. Y asegúrate de que tu gente
no corra hacia él con sus pilas de informes.”
Aunque
el Clan Liu había sido aniquilado, todavía la corte estaba divida en facciones.
Tao Rende era una persona sencilla, y sus subordinados también tenían una moral
bastante obstinada. Cuando comenzaron a discutir entre ellos en la reunión de
la corte, no solo Chu Yuan, sino incluso Liu Dajiong querían echarlos a todos: ‘Caras
enrojecidas y ruidosos, olvidándose por completo de su dignidad. Eran muy
lamentables.’
En
este momento, en el dormitorio, Duan Baiyue le estaba dando un masaje a Chu
Yuan. No importa cuán buenos sean los eruditos ciegos en esta ciudad, todavía
no pueden ser mejores que el Rey del Suroeste. Conoce tanto técnicas superficiales
como otras más profundas, y de vez en cuando empieza a dar discursos de amor
para animarle. Atractivo y alto, en general… el hombre perfecto.
"¿Quieres
dar un paseo a la montaña Yulang?" Preguntó Chu Yuan.
“¿Dónde
está?” preguntó Duan Baiyue.
"No
está muy lejos, es un pico de montaña solitaria. Una vez, cuando era niño, me
escabullí, subí, me perdí accidentalmente y me quedé allí toda la noche. No
recuerdo el lugar exacto ahora, pero no puedo olvidar la sensación cuando me
paré apoyado en un árbol a medianoche y escuché el sonido del viento bajo la
llovizna.”
“¿Cuántos
años tenías?” Duan Baiyue lo ayudó a atarse el cinturón de su túnica. "Los
niños de familias ordinarias, perdidos en las montañas en la oscuridad de la
noche, estarían tan asustados como para memorizar los sonidos de la lluvia y el
viento.”
“¿Irás
o no?” Preguntó Chu Yuan.
"Por
supuesto que iré. La montaña Yulang suena muy bien”, dijo Duan Baiyue.
"Esperemos a que el veneno en tu cuerpo disminuya un poco, y luego iré a la
montaña contigo".
Durante
los días siguientes, los funcionarios de la corte no se presentaron ante Chu
Yuan. Pocas veces se había sentido tan tranquilo como para que ahora casi nunca
saliera de las habitaciones de su residencia. Sin embargo, después de mucho
tiempo en la cama, se volvió cada vez más somnoliento. De vez en cuando se
quedaba dormido, desapareciendo de la realidad durante todo el día. Esta noche,
Duan Baiyue lo abrazó, revisando y suspirando periódicamente.
"¿Por
qué no tienes al menos un poco de talento como emperador sin cabeza [1]?
Solo has dormido unos días y ya has perdido todo tu espíritu.”
Chu
Yuan bostezó perezosamente, no quería hablar.
"Mañana
por la mañana, tú y yo iremos a la montaña Yulang, daremos un paseo,
admiraremos las vistas", dijo Duan Baiyue. "De lo contrario, si
sigues durmiendo, realmente te enfermarás".
Con la
manta, Chu Yuan se cubrió la cabeza y continuó durmiendo.
Sin
saber si reír o llorar, Duan Baiyue se acostó a su lado y lo acarició
suavemente.
En el
patio de al lado, Duan Yao, ardiendo de emoción, se preguntaba si era hora de
hervir huevos rojos. Al final, el hermano mayor había permanecido en los
aposentos del emperador durante los últimos días. Ahí es donde la seda de satén
rojo hecha por la tía Jin resulta útil. ‘¡Todo es realmente muy emocionante!’
Sin
abrir los ojos, Chu Yuan murmuró somnoliento: “Te cortaré el brazo”.
Duan
Baiyue retiró la mano como si nada hubiera pasado. ‘¿Por qué come y no engorda?’
Chu
Yuan bostezó y continuó durmiendo profundamente hasta la mañana siguiente. Si
Duan Baiyue no lo hubiera sacado a la fuerza de la cama al día siguiente, no se
habría movido en absoluto.
"Vayamos
a la montaña Yulang y escuchemos el sonido de la lluvia y el viento", Duan
Baiyue lo ayudó a vestirse.
"Muy
bien.”
"Vamos,
ábreme los ojos", dijo Duan Baiyue. "¿Qué pasaría si te vuelves
estúpido mientras duermes?"
"Qué
tontería", Chu Yuan lo despidió, luego encontró sus zapatos y se tambaleó
para lavarse la cara.
El
eunuco Sixi estaba asustado, preguntándose qué había hecho el Rey del Suroeste
que no solo dejó débil al Emperador, sino que también su andar se había vuelto
tan inestable.
Mirando
su espalda, Duan Baiyue se sintió molesto en su corazón: si en el futuro, Chu
Yuan quisiera volver a sentarse toda la noche con sus informes, ¿debería evitarlo
o no? Aunque dijo que hay que ir a descansar temprano, parece que dormir
demasiado también es perjudicial.
‘Así
que, realmente puede volverse tonto.’
Después
de lavarse la cara, se sentaron a desayunar, Chu Yuan se había recuperado un
poco para entonces. Huo Yunshi era demasiado llamativo, por lo que Duan Baiyue
decidió no llevarlo a este paseo. Sin embargo, el caballo que alquilaban en la
ciudad también tenía una excelente fuerza en las patas. Aunque no trote mil
millas al día, tendrá fuerza más que suficiente para escalar los caminos de
montaña. Soplaba una suave brisa de montaña. Chu Yuan se estiró diligentemente
y sintió que… por fin volvía en sí.
Al ver
esto, Duan Baiyue respiró aliviado. ‘Afortunadamente No se volvió tonto.’
Chu
Yuan miró a su alrededor y dijo: "No he estado aquí en al menos diez años.”
"Es
solo una montaña", Duan Baiyue lo sostuvo por detrás, permitiendo que el
caballo caminara tranquilamente. "Si te gusta mirarlas, el Suroeste está
lleno de ellas.”
"Bajemos
y demos un paseo", dijo Chu Yuan. "No es interesante seguir a caballo.”
Duan
Baiyue detuvo el caballo para que pudieran bajar.
Ya era
mediodía, pero las montañas aún estaban frescas y agradables. Caminaron un rato
de la mano. Duan Baiyue arrancó algunas frutas silvestres de un árbol, las
frotó y se las entregó a Chu Yuan: “¿Quieres probarlo? Es agridulce”.
Chu Yuan
le dio un mordisco a la fruta que le entregaron antes de fruncir el ceño: “Realmente
no mides lo que hablas.”
‘Está
muy agria. Creo que se me caerán todos los dientes.’
Duan
Baiyue lo agarró de la muñeca, se inclinó, mordió donde se veían las marcas de
los dientes de Chu Yuan y de repente se rio: "Esta aún no está madura,
debería ser agridulce.”
Chu
Yuan levantó la cabeza, con la esperanza de encontrar una fruta roja en el
árbol, cuando de repente una bandada de pájaros revoloteó cerca, claramente
asustada por algo: “¿Hay bestias feroces en estas montañas? Chu Yuan dio un
paso adelante, mirando hacia abajo desde lo alto del acantilado.”
"Es
difícil decir si hay bestias aquí, pero definitivamente hay pequeños animales para
cazar", dijo Duan Baiyue. “Si quieres, puedo conseguirte un par de liebres
salvajes.”
Chu
Yuan negó con la cabeza: "Simplemente calentaremos los bollos y los
bocadillos que has traído contigo, y eso será suficiente para llenar el estómago".
“De
verdad es muy económico mantenerte.”
Chu
Yuan se rio: “¿Piensas mantenerme?”
Duan
Baiyue habló muy claramente: "Tú mantienes el patrimonio de la Mansión del
Suroeste, y el este Rey del Suroeste te mantendrá.”
Chu
Yuan era demasiado perezoso para perder el tiempo. Se sentó a descansar en el
borde del acantilado, recogiendo frutas dulces de las manos de Duan Baiyue.
Para los enamorados, el tiempo siempre pasa más rápido. De alguna manera,
imperceptiblemente, el cielo se oscureció y comenzó a llover. Duan Baiyue
encontró una cueva escondida, encendió una fogata, colocó hierba limpia y seca
en la entrada y se sentó junto a Chu Yuan para escuchar el viento y admirar la
lluvia. Ninguno de ellos tenía prisa por romper el silencio. De vez en cuando
se miraban el uno al otro, sintiendo una afinidad de almas, y captando sonrisas
en sus ojos que penetraban hasta lo más profundo de sus corazones.
En
medio de la noche, Chu Yuan se posó en el hombro de Duan Baiyue y se durmió
profundamente mientras él abrazaba suavemente.
También
estaba lloviendo en la ciudad de Yunde, y ni siquiera el vigilante nocturno
apareció de la casa. Sólo unos pocos borrachos deambulaban por la calle,
tambaleándose y emitiendo charlas de borrachos. Cuando llegaron a sus casas,
todo su talento oratorio se había agotado por sí solo. Uno de estos hombres se
llamaba Zhou Da. Mocasín y glotón, se le vio en actos sucios, por lo que fue
capturado y entregado a las autoridades locales. Lo azotaron y lo metieron en
prisión durante seis meses, pero fue liberado recientemente.
Al ver
que la lluvia era cada vez más intensa, maldijo groseramente, tirando el
recipiente vacío. Había dado unos pasos, con la intención de regresar a casa,
cuando de repente una figura vaga apareció frente a él. Mirándola más de cerca,
Zhou Da se dio cuenta de que era una mujer.
El
alcohol lo hizo valiente y desvergonzado, además del hecho de que inicialmente
estaba lejos de ser virtuoso. Felizmente dando un paso adelante, Zhou Da
borracho tuvo hipo y dijo: "Joven doncella, ¿a dónde vas tan tarde en la
noche?"
La
mujer se quedó con la cabeza gacha, sin mirarlo siquiera, sin responder nada.
"Joven
doncella, no seas tímida", Zhou Da sonrió con picardía y la agarró de la
mano, con la intención de divertirse un poco con ella, pero de repente sintió
que algo andaba mal… La mano no se parece en nada a la mano de una persona
viva. Dura y rígida, sin sombra de calor.
Lentamente,
la mujer levantó la cabeza, revelando un rostro pálido y ojos rojos como la
sangre debajo de su cabello negro mojado.
Zhou
Da estaba aterrorizado, pero antes de que pudiera emitir un sonido, un dolor
aplastante se apoderó de su cabeza y luego cayó en la oscuridad.
Temprano
a la mañana siguiente, Tao Li, el jefe de la ciudad de Yunde, todavía dormía
dulcemente en su cama. En ese momento, su asesor corrió a su puerta a toda
prisa e informó que los problemas habían vuelto a ocurrir.
“¡¿Qué?!”
El rostro de Tao Li se puso blanco de miedo. Antes de que pudiera ponerse la
túnica, se apresuró a abrir la puerta con nada más que su túnica interior.
"¡Su
Excelencia, esto es malo!", dijo rápidamente el asesor. “Se ha encontrado
otro cadáver en el callejón de la ciudad, es ese sinvergüenza, Zhou Da. Todo es
exactamente igual que con la guardia nocturna de hace unos días: estaba
acostado en el suelo desnudo, sus ojos abiertos, el cuerpo rígido.”
“¿Qué
debo hacer?” Tao Li caminaba de un lado a otro estando muy ansioso.
La
ciudad de Yunde no estaba lejos de Wang Cheng, por lo que, naturalmente, no era
pobre. Aunque no se puede decir que los lugareños nunca se apropiarían de algo
que otras personas han perdido, en general, no son malas personas, son bien
educadas y respetuosas de la ley. Hasta ese momento, lo más que habían
encontrado eran casos de robo de gallinas y búsqueda de perros, o de una
sirvienta que se escapaba con su amante. Nadie podría haber imaginado que hace
unos días, justo cuando llegó el Emperador, un guardia nocturno sería
brutalmente asesinado en el centro de la ciudad. Afortunadamente, un asistente
de patrulla lo descubrió temprano y la gente común no tuvo tiempo de
averiguarlo. Temiendo ser acusado y procesado, Tao Li originalmente había
planeado encubrir el asunto, esperar a que el Emperador regresara a su palacio
y luego investigar. Sin embargo, no esperaba que en menos de unos días se
cometiera otro asesinato, uno a uno, como el primero.
"Mi
Lord, no podemos posponerlo más", le instó el asesor con cautela.
Tao Li
pensó durante mucho tiempo antes de que finalmente pateara con furia y dijera: "Date
prisa y sígueme. Vayamos a la residencia del Emperador y visitemos a mi mentor,
el Venerable Tao Rende.”
Había
una suave niebla en las montañas. Chu Yuan respiró hondo: "Mirar toda la
noche para disfrutar del paisaje por un breve momento definitivamente valió la
pena.”
"Veamos
el amanecer, y luego bajaremos de la montaña, y te llevaré al puesto de Fude
para comer fideos fritos con salsa de soja", dijo Duan Baiyue. "De lo
contrario, te morirás de hambre".
"Por
eso dije antes que, no mides cuando hablas", Chu Yuan se tocó el pecho con
un dedo. "Si fuera un erudito o un científico, estarías borracho con el
viento fresco, y te deleitarías con ese paisaje, y no pensarías en fideos con
salsa de frijoles.
"Déjame
ser así, es solo que, no puedo dejar que te alimentes del viento por la
mañana", Duan Baiyue puso su brazo alrededor de su hombro. "Diez
minutos más como máximo".
"Muy
bien. Ayer recibí una carta de Jin Tai. El reino de Gaoli ha recibido la dote y
Jin Shu fue enviada a Nanyang.”
"¿Se
van a casar tan rápido?" Duan Baiyue se sorprendió. "Si el novio es
realmente un hombre de negocios honesto, es una buena noticia.”
"El
enfoque de Jin Tai puede parecer grosero, pero en realidad, sopesa todo bien.
Dado que aceptó este matrimonio, debe haber revisado todo hace mucho
tiempo", dijo Chu Yuan. “En realidad no es algo malo, el Reino de Gaoli y el
Gran Chu siempre han estado en buenos términos. Si la frontera se vuelve
inestable en el futuro, entonces, esta relación será muy útil para nosotros.”
"Si
la frontera con Nanyang se vuelve inestable, tienes al Suroeste para
protegerte. ¿De qué hay que tener miedo? Déjamelo a mí”.
"Me
gustaría dejarlo en tus manos, pero los funcionarios de la corte no lo
permitirán". Chu Yuan dijo: “Puedo imaginar lo que diría el Venerable Tao
Rende.”
"¡Bla!,
¡bla!, Su Majestad, no puedes hacer eso." Duan Baiyue se agarró la cara,
fingiendo sufrimiento: "Todo el mundo sabe que el Rey del Suroeste tiene
ambiciones lobunas, cederle dieciséis provincias de Yunnan ya era un movimiento
desesperado, ¡bla! ¡bla! ¡bla!, puede unirse con los países de Nanyang y llevar
tropas al norte, el destino del Gran Chu es muy preocupante para mí, el destino
del estado es preocupante, Su Majestad debería pensar tres veces antes de tomar
tal decisión, bla, bla, bla.”
Chu
Yuan se rio hasta que su estómago se revolvió de risa: "Nunca has lidiado con
Lord Tao, ¿cómo logras imitarlo con tanta precisión?"
"Este
grupo de ancianos pedantes siempre repite lo mismo una y otra vez. Ni siquiera
tienes que pensar en nada para saber todo lo que tienen que decir", Duan
Baiyue besó la punta de su nariz. "No me importa. Cuando llegue el
momento, ya veremos. Y ahora tenemos que bajar a la ciudad y comer fideos.”
Aunque
el puesto Fude tenía un gran nombre, en realidad era solo una pequeña tienda de
fideos. Abriéndose paso entre la multitud, Duan Baiyue compró un par de tazones
de fideos y los llevó a la sala aislada del salón de té al otro lado de la
calle.
"Puedes
comer aquí en paz".
"Parece
que al restaurante le está yendo bien", dijo Chu Yuan. "Saliste a
comprar fideos y te tardaste por tanto tiempo.”
"No
exactamente. Es solo que el dueño habla mucho y hace todo muy lentamente",
Duan Baiyue mezcló sus fideos con la salsa y continuó. "Dicen que hay
espíritus malignos en la ciudad.”
“¿Espíritus
malignos?”
"¿Qué
ciudad no ha tenido una mujer fantasma? Hay historias similares en cada
intersección y en cada callejón, y de vez en cuando aparecen otras nuevas. Cada
una de estas mujeres tiene la apariencia de una diosa, y al parecer son
invenciones de los eruditos. Sueñan desesperadamente con el matrimonio, pero a
falta de una esposa, quieren al menos tener una mujer hermosa a su lado, para
acompañarlos en su soledad, incluso si esa mujer es el diablo.”
“¿Por
qué tiene tantos prejuicios contra los eruditos?” Chu Yuan no sabía reír ni
llorar.
Duan
Baiyue lavó los huesos de todos los ministros de su corte, pero no fue
suficiente, y continuó incluso mientras comían fideos.
"Está
bien, está bien, no lo volveré a hacer", dijo Duan Baiyue. "La
próxima vez voy a cantar sus alabanzas, ¿de acuerdo?"
Chu
Yuan le dio un pisotón, luego bajó la cabeza y comenzó a comer sus fideos. Los
fideos dulces y salados, acompañados de una olla de caldo de ciruelas, le abrieron
mucho el apetito.
"¡Mi
Venerable shifu! ¡Mi Venerable shifu! ¡este discípulo necesita tu ayuda!"
En la residencia de campo, Tao Li estaba de rodillas por miedo. "Este… Este
discípulo tampoco sabe por qué sucedió esto, ¡es completamente inocente!”
"Levántate
primero", dijo Tao Rende y lo reprendió. "Hubo un incidente de este
tipo, debería haber investigado de inmediato. ¿Cómo puedes ocultar algo así?”
"¡Sí,
sí, este estudiante está confundido!" Dijo Tao Li. "Pero ¿qué haces
en esta situación? ¡Le pido a mi estimado shifu que me muestre el camino
correcto!”
“¿El
camino correcto? La forma correcta es, por supuesto, resolver el crimen lo
antes posible. Ya sea un humano o un fantasma, el asesino debe ser castigado al
final", continuó Tao Rende: "Solo entonces serás digno de tu sombrero
negro [2]".
"¡Sí,
sí, sí!” Tao Li asintió vigorosamente.
"En
primer lugar, regresa e investiga este asunto adecuadamente. En cuanto al
Emperador, este funcionario le explicará todo", dijo Tao Rende. "Pero
antes de que el Emperador regrese al palacio, este asunto debe resolverse, en
cuyo caso no afectará tu carrera futura".
"Este
discípulo entiende, este discípulo llevará a más personas para
investigar", dijo Tao Li: “¡Muchas gracias a shifu!”
"Y
para resolver el caso, no se puede torturar a la gente extorsionándolas para
que confiesen. Si encuentras a un plebeyo y dices que es un criminal, no
funcionará. ¿Lo entiendes?”
Tao Li
seguía repitiendo "sí".
Tao
Rende lo dejó retirarse, luego se puso ropa formal y fue a las cámaras
imperiales a buscar a Chu Yuan. Sin embargo, pronto se enteró de que el
Emperador había estado en su estudio desde la mañana.
"¿Moler
tinta para ti?" Preguntó Duan Baiyue.
"¿Puedes
hacerlo?"
Duan
Baiyue no sabía si reír o llorar: “¿Crees que soy analfabeto?”
‘Solo
dije unas cuantas palabras poco halagadoras sobre los eruditos. ¿Cómo no voy a
saber moler la tinta?’
"Por
lo general, se llaman mangas rojas a quienes se encargan del incienso y moler
la tinta. Pero a ti se te debería llamar caos. Retírate”.
“¿A
dónde voy?”
Chu
Yuan señaló detrás de la pantalla: "Vete a la cama".
Duan
Baiyue se sentó frente a él con las manos en las mejillas, descansando y
balanceándose aquí y allá.
Chu
Yuan dejó de escribir, preguntando desconcertado: "No lo había notado
antes, pero ¿por qué tu cabeza es tan grande?"
Al Rey
del Suroeste le dolía el pecho de angustia y se vio obligado a retirarse.
Chu
Yuan negó con la cabeza. Justo cuando estaba a punto de ofrecerle que lo ayudara
a revisar los informes, Sixi anunció que el Venerable Lord Tao estaba
solicitando una audiencia.”
Duan
Baiyue suspiró profundamente: "Ese Lord Tao Rende no cambia.”
Chu
Yuan agitó la mano, instándolo detrás de la pantalla, y le ordenó a Sixi que
dejara entrar al invitado.
"Su
Majestad" Tao Rende se arrodilló al entrar.
"Venerable
Lord Tao, por favor levántate rápido", Al ver su condición, Chu Yuan se
apresuró a ayudarlo personalmente a levantarse. “¿Por qué no me dices en
detalle qué es lo que te ha traído hasta aquí? ¿Cuál es el propósito de esta
ceremonia ahora?”
Duan
Baiyue se frotó el puente de la nariz mientras miraba la escena. Parece que no
será posible ir a una próxima caminata en las montañas.
Glosario:
1.
Emperador sin cabeza: se
llamaba así a los emperadores que eran incapaces, corruptos o que trajeron
ruinas al país.
2.
Sombero negro: Esto
se refiere al wushamao 乌纱帽, un sombrero de flor negra. Se hizo popular
durante la dinastía Jin del Este, cuando el emperador expresó su deseo de verlo
como sus funcionarios. Luego se pusieron de moda estos sombreros y los usaban
todos los que no eran perezosos, desde la nobleza hasta los plebeyos, solo que
en diferentes colores. Desde la dinastía Ming, el wushamao ya se ha convertido
en el tocado oficial de los funcionarios.