DWGL - 125: Vuela y se esconde bajo la tierra

 


Haz click en la imagen para volver a la lista de capítulos.


¡No te atrevas a disgustarme!

 


Por supuesto, aunque no es necesario aceptar discípulos, Duan Baiyue aún pagó la plata para que el herrero hiciera las garras de hierro como regalo para Wu Sanlei.

 

La cena se celebró en el patio trasero de la Mansión del Suroeste, que era mucho más agradable que el interior de la casa y la vista también era hermosa. Nadie volvió a mencionar los preparativos de guerra, así que era bueno considerarlo como un raro momento de relajación antes de la guerra. Chu Yuan bebió dos copas más de vino durante el banquete y cuando regresó a su habitación, se apoyó en el abrazo de Duan Baiyue y se negó a moverse.  

 

Ye Jin llevaba una bolsa llena de hierbas, clasificándolas cuidadosamente bajo la luz de la luna, y se dio por satisfecho con una bolsa de tela rellena de varias clases de insectos gu.

 

Tres días después, el ejército Chu levantó de nuevo su campamento y se dirigió hacia la frontera sur. Chu Yuan iba vestido con una brillante túnica de dragón amarillo cabalgando al frente del ejército y Duan Baiyue dirigía su caballo justo detrás de él, bajo la difusa luz del cielo, parecía heroico y digno.

 

Las doncellas que estaban en ambos lados del camino miraban de puntillas, todas indecisas sobre con cuál de los dos se casarían en el futuro.

 

Diez días después, el ejército llegó a la ciudad de Guanhai y, desde lejos, vio a los funcionarios locales arrodillados para saludarles. Al acercarse, Chu Yuan se sobresaltó, bajó de su caballo y caminó unos pasos para ayudar al primero a levantarse, preguntando: "¿Qué te ha pasado querido funcionario?"

 

El magistrado prefectoral de Guanhai, Feng Chen, tenía la nariz hinchada y un brazo vendado, un poco avergonzado dijo: "Anteanoche una banda de criminales irrumpió en el yamen y asesinaron a muchas personas, si no fuera por los guardias de la Provincia del Suroeste que se apresuró a ayudar en medio de la noche, me temo que yo tampoco habría vivido para ver este día."

 

"¡Bastardos!" Chu Yuan dijo enojado, "¿Quiénes fueron los responsables?"

 

"Ese grupo de gente era extremadamente hábil en artes marciales, y en cuanto vieron a los guardias secretos de la Mansión del Suroeste, se marcharon a toda prisa". Feng Chen dijo: "Pero basándonos en lo que gritaron esa noche, deben ser los rebeldes".

 

"¿Qué gritaron?" preguntó Chu Yuan.

 

"Este… " Fung Chen vaciló ante las palabras, sin saber si debía decirlo o no.

 

"¿Acaso este querido funcionario no escuchó la pregunta que acabo de hacer?"

 

"Dijeron… dijo… " Feng Chen realmente no podía ni se atrevía a decirlo. Simplemente se arrodilló y se inclinó tocando su cabeza contra el suelo, "Esos rebeldes solo dijeron tonterías, no vale la pena que Su Majestad las escuche."

 

"Este querido funcionario se ha preocupado demasiado". Chu Yuan sacudió la cabeza y le tendió la mano para apoyarle. "Sólo fue una pregunta, no soy tan malo como para castigarte por eso. Está bien, entremos primero en la ciudad".

 

"Sí". Feng Chen respiró aliviado y ordenó a los guardias que abrieran las puertas de la ciudad.

 

Aunque era mediodía, la ciudad estaba vacía, sin un solo ciudadano en las calles. Las casas estaban en mal estado, y hasta los caminos tenían muchos baches, que parecían recién parcheados en los últimos días.

 

Chu Yuan frunció el ceño. Él también vino a la ciudad de Guanhai hace unos años, con el fin de salir a la mar en busca de Duan Baiyue, en ese momento, no era como cualquier lugar bullicio habitual. Las tiendas en ambos lados de la calle estaban llenas de gente, incluso si era solo una pequeña casa de madera estrecha, siempre que abras una puerta hacia la carretera, puedes ganar dinero sin importar lo que hagas. Sólo han pasado unos pocos años, aunque la guerra esté a punto de comenzar, como mucho, la mayoría de la gente no cerraría sus puertas. No deberían llegar a este punto.

 

"También son los rebeldes los que están causando problemas en todas direcciones". Feng Chen pudo ver lo que tenía en mente, tan pronto como entró en la posada, dijo: "En el mes reciente, cada medianoche los rebeldes estaban destrozando en las calles, e incluso lanzando explosivos y en pocos días, la mayoría de las casas de la ciudad fueron destruidas."

 

"Ciudad Guanhai tiene decenas de miles de tropas de la armada estacionadas en ella, ¿con cuánta gente vino el otro bando? ¿decenas de miles o cientos de miles?". El tono de Chu Yuan estaba lleno de ira reprimida. De hecho, había recibido una carta secreta antes, diciendo que Chu Xiang había enviado a sus subordinados a causar problemas en la ciudad, pero nunca esperó que estuviera tan devastada.

 

"Su Majestad calme su ira." Feng Chen se arrodilló y balbuceó: "La otra parte… la otra parte es sólo una persona".

 

Las comisuras de los labios de Chu Yuan se levantaron: "¿Qué has dicho?"

 

"Aunque sólo hay un hombre, conoce el arte de volar". Feng Chen dijo: "Desplegamos las tropas especiales, pero no logramos derribarlo ni con una ballesta."

 

Chu Yuan sacudió la cabeza: "¿Cuándo fue la última vez que le viste?".

 

"Anoche. "

 

Wen Liunian, que estaba parado a su lado, frunció el ceño. ‘El ejército del Gran Chu llegó a la ciudad de Guanhai hoy, pero los rebeldes todavía estaban causando problemas anoche. Esto no es solo una cuestión de coraje, sino una provocación deliberada.’

 

"Sal y averigua qué está pasando". Chu Yuan le dijo a Wen Liunian: "Y luego vuelve e infórmame".

 

"Sí." respondió Wen Liunian y condujo a Zhao Yue afuera. Feng Chen se secó el sudor frío e informó uno por uno del resto de los asuntos militares, pero no había grandes irregularidades.

 

Al anochecer, Chu Yuan volvió a su dormitorio, pero Duan Baiyue aún no había regresado.

 

Sixi dijo: "El Rey del Suroeste ha estado fuera por la tarde, volvió por un rato, pero se fue de nuevo".

 

"¿A dónde fue?" Chu Yuan se sentó en su silla, discerniendo si ir primero a comer algo o salir a buscarle.

 

Justo en ese momento, Duan Baiyue extendió la mano y empujó la puerta de la casa, llevando en la mano varias bolsas de papel.

 

El eunuco Sixi se sintió aliviado y se apresuró a salir para cerrarles la puerta a los dos.

 

"No has vuelto a cenar, ¿verdad?" Duan Baiyue abrió una bolsa de papel, "Ve a lavarte las manos, luego ven a comer."

 

"¿Saliste sólo para comprar esto?" Chu Yuan preguntó: "¿Por qué tantos? No puedo comerlos todos".

 

Duan Baiyue se rascó la nariz: "Yo tampoco he comido nada y tengo mucha hambre… Fui a investigar".

 

Chu Yuan se lavó las manos, se sentó a la mesa y dijo: "¿Qué averiguaste? ¿sobre el hombre que vuela y se esconde en la tierra?".

 

"Si, averigüé algo al respecto, pero también hay otra cosa, es decir, quién es la persona que intentó asesinar a Feng Chen. En teoría no debería ser, el magistrado prefectoral es sólo un literato y no un hombre de mundo, así que ¿por qué tomarse la molestia de quitarle la vida?".

 

"¿Qué has averiguado?" Chu Yuan agarró una pata de pollo y la royó lentamente.

 

Duan Baiyue sacudió la cabeza.

 

"Toda la gente dice que el prefecto Feng es una persona leal, honesta y que no debe hacer enemigos, ¿no es así?". Preguntó Chu Yuan.

 

Duan Baiyue dijo: "¿Cómo lo sabes?".

 

"Fue nombrado por mí, por supuesto que lo sé. Esta Ciudad Guanhai no es como otras, hay decenas de miles de fuerzas navales estacionadas en Nanyang. El Comandante Zhuo Yunhe tiene una fuerte personalidad, si lo emparejaba con un magistrado prefectoral con el mismo temperamento, me temo que los dos entrarían en conflicto en menos de tres días."

 

"¿Así que has encontrado a Feng Chen, que no tiene defectos y tiene un carácter honesto?" Duan Baiyue dijo: "Esto es aún más irrazonable, ¿qué sentido tiene asesinarlo?"

 

"Hacerme pasar un mal rato y estresarme.”

 

Duan Baiyue: “…”

 

"Asesinar a Feng Chen, destruir las calles y casas de esta ciudad se hizo todo para hacerme pasar un mal rato, o si no, ¿qué te parece? Entiendo a Chu Xiang, esto es algo que él puede hacer."

 

Duan Baiyue sacudió la cabeza: "Parece que le sobrestimé antes".

 

"Puede que no sea así". Chu Yuan sujetó la muñeca de Baiyue y bajó la cabeza para dar un mordisco al pastel de arroz. "Ante la inminencia de la guerra entre los dos ejércitos, aún tiene tiempo libre para crear problemas aquí, por lo que se ve que está extremadamente seguro de la defensa y el control militar de Nanyang, y puede que esté cavando un agujero en alguna parte para esperarnos."

 

Duan Baiyue dijo: "Todo lo que dices tiene sentido".

 

"No es que tenga razón, pero así son las cosas. No hay nadie en este mundo que entienda Chu Xiang mejor que yo".

 

Duan Baiyue sacó otro pastel de arroz, le echó miel y se la puso delante. "Si realmente es sólo para hacerte pasar un mal rato, cuando el ejército termine de reunirse y salga a la mar a luchar dentro de tres días, ¿no podrá establecerse en esta ciudad?".

 

Chu Yuan preguntó: "¿Qué te parece? ¿qué debemos hacer a continuación?"

 

"No importa lo que piense en su corazón, ha intimidado al pueblo durante tanto tiempo por nada, si no se hace justicia, no podremos justificarlo".

 

"Una persona que puede volar". Chu Yuan preguntó: "¿Ha habido alguna vez uno en el Jianghu antes?"

 

"El Líder de la Alianza, Shen Qianfeng es un hábil maestro en qinggong, pero incluso me temo que no puede saltar decenas de metros desde el suelo".

 

Chu Yuan frunció el ceño y dejó su cuchara.

 

Duan Baiyue se quejó en su corazón: ‘Cómete lo tuyo, esto es mío.’

 

"Entonces, ¿qué está pasando?" Chu Yuan preguntó: "Realmente hay un monstruo ahí fuera."

 

Duan Baiyue dijo: "Independientemente de si es un humano o un monstruo, lo sabremos cuándo lo atrapemos.”

 

"¿Cómo lo vamos a atrapar?" Chu Yuan le dio de comer la mitad del pastel de arroz restantes. "Ni siquiera sabemos dónde está. Además, ahora que estamos tú y yo en la ciudad, así como Qianfeng y Zhao Yue, a menos que quieran buscarse la muerte, ¿crees que tomaría la iniciativa de aventurarse de nuevo?"

 

"Tengo una forma de provocarle para que salga".

 

"¿Hmm?" Chu Yuan dejó caer su cuchara, "¿Cuál es la solución? Dime."

 

Duan Baiyue abrazó a su hombre con la intención de besarlo. 

 

Chu Yuan frunció los labios aceitosos, se llevó una pata de pollo a la boca, comenzando a mordisquearla.

 

En vista de que no le permitieron besar, Duan Baiyue tosió dos veces avergonzado y le susurró su plan.

 

Chu Yuan lo miró fijamente.

 

Duan Baiyue preguntó: "¿Qué piensas?”

 

"No te atrevas a disgustarme.”

 

Duan Baiyue dijo inocentemente: "¿Cómo podría?”

 

"¡NO TE ATREVAS A DISGUSTARME!”

 

Duan Baiyue negó con la cabeza: "No, no".

 

Chu Yuan le agarró el cuello, se inclinó cerca de su cara para frotar su boca grasienta, antes de saltar y salir a buscar a Shen Qianfeng.

 

Duan Baiyue se limpió la cara grasosa, sin saber si reír o llorar.

 

Esta noche es realmente muy tranquila, sólo una cosa, el Rey Duan salió para comprar de nuevo el paquete de alimentos, ya sea carne o pastel de arroz glutinoso, comió hasta que hartarse. Así Duan Baiyue abrazó a su amando y se frotó el estómago toda la noche.

 

A la mañana siguiente, Ye Jin miró al Rey del Suroeste, que tenía círculos negros bajo los ojos, y se enfadó…

 

‘¡Pronto habrá una guerra! ¡Gilipollas! ¡Cambia tu temperamento oscilante, no deberías ser tan retraído… ¡¿no puedes?! ¡¿no puedes?!’

 

Duan Baiyue: "¡Ejem!”

 

***

 

Chu Yuan fue al cuartel e inspeccionó la armada naval con Xue Huaiyue y Zhuo Yunhe, pero no regresó hasta altas horas de la noche. La gente de la ciudad ya había descansado temprano, y no les importó cuando escucharon el sonido de los cascos saliendo de la calle. Después de todo, el Emperador está en la ciudad, y no debería haber más criminales causando problemas, así que deberían dormir bien por la noche.

 

Pero quién hubiera pensado que, en medio de la noche, había otro estruendo de explosivos en la ciudad.

 

Entre el humo rodante, una figura negra saltó al suelo y surcó el aire. Estaba a punto de escapar de nuevo, pero otra persona le salió al encuentro en el aire y le interceptó. Tras una lucha con decenas de movimientos, ambos aterrizaron en el suelo. Funcionarios y soldados se abalanzaron con espadas, ballestas y cadenas, y ataron al hombre inmediatamente.

 

"Esto es gracias al Rey del Suroeste". Los funcionarios y soldados le dieron las gracias, con voz atronadora.

 

"El Comandante Zhou es educado". Duan Baiyue sonrió y se dio la vuelta para regresar a su dormitorio.

 

Chu Yuan estaba acostado en la cama leyendo un libro. Cuando lo vio entrar empujando la puerta, se levantó de la cama todavía con su ropa habitual puesta y preguntó: "¿Cómo te fue?"

 

"Todo va según lo previsto". Duan Baiyue dijo: "Lord Wen hará el resto, hablemos de ello por la mañana".

 

Chu Yuan asintió, tratando de desatar su cinturón por él, pero no pudo desabrocharlo. Después de mirar más de cerca durante mucho tiempo, todavía no podía desatarlo.

 

Duan Baiyue suspiró profundamente.

 

Chu Yuan lo dejó y se sentó en el borde de la cama, sintiéndose lamentable.

 

"Está bien". Duan Baiyue se puso en cuclillas frente a él, ahuecó sus manos y dijo: "Aparte de no saber hacer las tareas domésticas, no tienes ningún defecto, y contando con cuidado, para mí eso es bueno."