•❥ ❥• Capítulo 87: Secuestrar a alguien de la corte imperial•❥ ❥•
El empollón es muy dominante.
◦ ❖ ◦ ❁ ◦ ❖ ◦ ❁ ◦ ❖ ◦ ❁ ◦ ❖ ◦ ◦ ❖ ◦ ❁ ◦ ❖ ◦ ❁ ◦ ❖ ◦ ❁ ◦ ❖ ◦
Al principio, Wen
Liunian pensó que iría a la secta después de escuchar el caso, pero no esperaba
que hubiera tal relación entre los dos ancianos, hermanos de una secta. Por lo
tanto, durante el resto del día, Zhao Yue habló con Zhou Dingtian sobre Lu
Fangming y, antes de que pudiera mirar hacia atrás, ya estaba oscuro.
Por la noche,
cuando se fueron a descansar, Wen Liunian se sentó con las piernas cruzadas en
la cama, perdido en sus pensamientos.
—¿Qué estás pensando? —preguntó Zhao Yue.
—No esperaba que tuvieras una
conversación tan buena con mi padre jurado —Wen
Liunian lo miró.
—¿Adónde corriste? —Zhao Yue lo sostuvo en sus brazos— te tomó
casi media hora regresar.
—Fui a buscar Lord Shang —dijo Wen Liunian— conversé con él sobre el ataque
nocturno de la pandilla Tiger's Head.
Zhao Yue: “…”
—Recibí un informe del comandante
Xiang por la tarde. Planea comenzar la batalla final dentro de cinco días. Las
fuerzas principales de la pandilla serán reprimidas y podremos lanzar un ataque
sorpresa —dijo Wen Liunian— mañana, enviaré un mensaje a Xiao
Wu y al segundo jefe Lu, para que se preparen y actúen juntos, no debería haber
errores.
—Esto no es un asunto trivial… —dijo Zhao Yue.
—Pero no es demasiado complicado.
Además, esta es la mejor oportunidad. Solo atacando primero, se puede mantener el
secreto.
Zhao Yue lo
abrazó con fuerza, suspiró suavemente y susurró:
—No tienes que hacer tanto por mí.
—No solo es por ti. La destrucción de
los bandidos beneficiará a la gente —Wen
Liunian se acurrucó contra su pecho, envolvió un mechón de cabello alrededor de
su dedo y tiró de él.
Zhao Yue quería
decir algo más, pero al ver que estaba somnoliento, tuvo que tragarse las
palabras.
—Vamos a dormir temprano.
—Recuerda despertarme mañana por la
mañana —advirtió Wen Liunian.
Zhao Yue bajó la
cabeza y tocó los labios con los suyos.
—Mn.
Wen Liunian se
envolvió en una sábana y cerró los ojos, preguntándose de pasada por qué el
beso fue tan breve hoy.
***
A la mañana
siguiente, Wen Liunian, junto con Zhao Yue, fueron nuevamente a la escuela en
el norte de la ciudad y pasaron el día seleccionando una veintena de libros que
de alguna manera mencionaban al Gran Rey Ming y las batallas navales de esos
tiempos. Dándoles las gracias, regresaron, chocando con Zhou Dingtian.
—Papá —Wen Liunian lo saludó con una sonrisa.
—¿Has vuelto a salir a comprar
libros? —Zhou Dingtian extendió la mano y
hojeó algunos— ¿Por qué están hecho jirones?
—Son libros antiguos —Wen Liunian dejó sus libros en el estudio
y al mismo tiempo preguntó—
¿Dónde está Mubai? ¿Por qué no vino con usted?
—Se fue a las montañas Cangmang —dijo Zhou Dingtian—. Estaba merodeando por aquí sin
nada qué hacer, así también podría ayudar en la batalla.
—El comandante Xiang ciertamente
estará complacido —Wen
Liunian le entregó a Zhou Dingtian una taza de té— Papá, llegas justo a tiempo, quería preguntarle algo.
—¿Qué es?
—Sobre el Gran Rey Ming, Yun Duanhun —Wen Liunian cerró la puerta del estudio
y se sentó a su lado en una silla— ¿Alguna
vez has oído hablar de él?
—Por supuesto que escuché sobre él —Zhou Dingtian se sorprendió— pero eso fue hace varios años, ¿por
qué lo preguntas?
—No hablemos del
motivo —Wen Liunian se aferró a su manga con
ambas manos— Quiero escucharte.
—¿Qué quieres escuchar? —Zhou Dingtian no respondió.
—Quiero saber todo sobre el Gran Rey
Ming —dijo Wen Liunian.
Zhou Dingtian
frunció el ceño.
—¿Cómo puedo recordar todo? Además,
estaba entrenando en Cloud Mountain en ese momento y no sabía nada sobre las
batallas en el Mar del Este.
—Cualquier cosa que sería útil saber —Wen Liunian no se quedó atrás— ¡Dime! dime, dime, dime...
Su charla mareó a
Zhou Dingtian.
—¡Está bien! ¡está
bien! te lo diré.
«A este mocoso le
gusta hacer berrinches…»
Cuando el objetivo
se logró, Wen Liunian le ayudó a masajear diligentemente su pierna.
En el momento en
que Yun Duanhun no conocía obstáculos en el Mar del Este, Zhou Dingtian tenía
doce o trece años y pasaba todos sus días practicando artes marciales, manejo
de la espada y rara vez bajaba de la montaña. Por lo tanto, sabía poco sobre
todo esto y solo podía recordar vagos rumores.
Una hora más
tarde, Wen Liunian se sujetó las mejillas con indignación.
—Ya he escuchado todo eso antes.
«No me ha dicho nada
nuevo. Si usted el narrador de historias de una casa de té, no podría ganar
mucho dinero».
El pecho de Zhou
Dingtian se contrajo ligeramente. Era rara la ocasión en que contaba una
historia y no era apreciada.
Wen Liunian
bostezó irrespetuosamente.
—Hay otro rumor que no se menciona en
los libros —dijo Zhou Dingtian.
—¿Cuál? —Wen Liunian aguzó el oído.
Zhou Dingtian
negó con la cabeza.
—Esto no es para los oídos de un niño.
—No soy un niño… —dijo Wen Liunian y enfatizó— ya soy un adulto.
Y luego agregó
mentalmente: «¡Un adulto que se va a casar!»
Zhou Dingtian
tuvo que decir:
—Se dice que el difunto Emperador Chu
tuvo una aventura amorosa con Yun Duanhun.
La boca de Wen Liunian
se abrió de par en par, «¿Al final resultó ser una aventura amorosa?»
Zhou Dingtian ya
estaba lamentando lo que había dicho. Sintió que este tipo de cosas no debería
decírselo a su ahijado. Aunque fuera un traicionero, la clave es que todavía es
muy obsceno.
Wen Liunian fue
alcanzado por un rayo, «pensé que Yun Duanhun era el verdadero padre de Zhao
Yue, pero una “historia de amor” con el anterior Emperador Chu…»
—¿Por qué estás tan asustado? —Zhou Dingtian no sabía si reír o
llorar— estos son solo rumores, no son
necesariamente ciertos. Además, todavía hay rumores de que Yun Duanhun fue
ejecutado en secreto en la corte imperial porque cometió adulterio con una concubina
del difunto Emperador Chu. La gente habla mucho, pero lo que dicen no siempre
es cierto. Han pasado muchos años desde que sucedió todo esto. Me temo que
nadie puede llegar al fondo de la verdad.
Wen Liunian se
quedó sin palabras.
«¿Por qué sonaba
tan confuso?»
—¿Por qué de repente estás interesado
en Yun Duanhun? —preguntó
Zhou Dingtian.
Wen Liunian tragó
saliva, preguntándose si debería decirle la verdad la verdad. En los
pensamientos de su padre jurado, la imagen de Rey Ming no parecía muy buena.
—¿Por qué que te has quedado aturdido?
—Zhou Dingtian agitó su mano frente a
su cara.
—¿El Rey Ming está vivo? —Wen Liunian volvió a preguntar.
—No sé. Hace muchos años que no sé
nada de él. Lo más probable es que haya fallecido —dijo Zhou Dingtian— pero independientemente de si estos
rumores son ciertos o no, todavía se cree que sirvió a la gente.
Después de todo,
si no fuera por el ejército de Yun Duanhun que obligó al enemigo a retirarse,
el Mar del Este no habría podido disfrutar de décadas de tranquilidad.
Wen Liunian lo
pensó y finalmente dijo:
—La razón por la que el comandante
Xiang dirigió al ejército para atacar la montaña fue porque vio un tótem allí
que parecía el símbolo del Rey Gran Ming y sospechó que el líder de la pandilla
estaba conectado con él.
—¿Es verdad? —Zhou Dingtian se sorprendió cuando
escuchó sus palabras.
—Mn —asintió Wen Liunian— la corte imperial planea atacar la
montaña en cinco días.
—Si la persona en las montañas es
realmente Yun Duanhun… —dijo
Zhou Dingtian.
—No es él —Wen Liunian lo interrumpió con un
movimiento de cabeza y luego tomó su determinación y dijo— Quiero robárselo a la corte
imperial.
—¿Qué quieres decir? —Zhou Dingtian estaba estupefacto.
—Quiero atacar a la pandilla Tiger’s
Head antes de que lo haga el comandante Xiang —explicó seriamente Wen Liunian.
—¿Por qué? —Zhou Dingtian estaba cada vez más
perplejo.
—Papá, te pido que me ayudes —dijo Wen Liunian y después de pensar agregó— aunque no me ayude, no me detendrá.
—¿Es todo tan serio? Zhou Dingtian
frunció el ceño.
Wen Liunian se
mordió el labio inferior y le susurró algo al oído.
Zhou Dingtian se
sorprendió.
—¿Dices que es el hijo de Yun Duanhun?
—Es sólo una suposición —Wen Liunian resumió todo y dijo
nuevamente— aunque lo sea o no, lo que más
importa en este momento es la pandilla Tiger’s Head. No puedo permitir que la
corte imperial se nos adelante.
Zhou Dingtian
pensó por un momento.
—Papá… —Wen Liunian llamó tímidamente.
—Te ayudaré —asintió Zhou Dingtian después de un
rato.
—¡¿De verdad?! —Wen Liunian estaba encantado de que
todo saliera tan bien.
—Esto no es por ese mocoso llamado
Zhao, sino por ti —Zhou
Dingtian le dio unas palmaditas en el hombro—
pero si de hecho está relacionado con Yun Duanhun, me temo que tendrá que
reconsiderar este asunto.
—¿Por qué? —Wen Liunian frunció el ceño.
—Si él no quiere enterrar este asunto
para siempre en el fondo de su corazón, no podré dejarlos estar juntos —dijo Zhou Dingtian— eres un funcionario de la corte imperial
y no debes meterte con el hijo de un traidor, de lo contrario las consecuencias
serán inimaginables.
Wen Liunian
permaneció en silencio.
—Ahora la tarea más importante es
arreglar las cosas en la montaña Cangmang —al
darse cuenta de su estado depresivo, Zhou Dingtian no continuó— no te preocupes por el resto, vete
y descansa.
—Gracias, papá —asintió Wen Liunian.
Zhou Dingtian lo
vio salir del estudio y respiró profundo.
«¿Por qué tuviste
que elegir a una persona así?»
En el dormitorio,
Zhao Yue estaba puliendo su espada. Al verlo llegar, preguntó:
—¿Terminaste de hablar con el anciano
Zhou?
—Sí. Le pregunté sobre el Gran Rey
Ming, pero tampoco sabe mucho sobre él.
—No tengas prisa —Zhao Yue se puso de pie y le masajeó
las sienes— no frunzas el
ceño.
Wen Liunian
extendió la mano y lo abrazó con fuerza por la cintura.
—¿Qué harás si realmente eres el hijo
del Rey Ming?
—¿Qué podría hacer? —Zhao Yue sonrió— incluso si realmente es mi padre,
nunca lo he visto en mi vida. Ahora no se sabe nada de él. Incluso si lo viera,
no lo reconocería.
Wen Liunian
estaba abatido en silencio.
—¿Le dijiste al anciano Zhou? —Zhao Yue preguntó en su oído.
—Mn… —Wen Liunian lo
miró— estoy un poco confundido.
—Entonces no pienses demasiado. Estoy
contigo.
Wen Liunian cerró
los ojos e involuntariamente apretó los brazos, abrazándolo aún más fuerte.
Una débil brisa
nocturna agitó la diminuta llama de la vela sobre la mesa. El cielo estaba
salpicado de estrellas centelleantes como el agua.