DWGL 141: Eres mío

 


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Tomando la iniciativa de ir con Lord Ye

 

—No te sientas infeliz por estas cosas —Chu Yuan se dio unas palmaditas en el pecho— no vale la pena.

 

Duan Baiyue lo besó suavemente detrás de la oreja.

—Está bien.

 

—¿Por qué lo dejaste escapar? —preguntó Chu Yuan de nuevo.

 

—Como acabas de decir, la guerra está a punto de comenzar, pero Liu Jinde se disfrazó de mujer y se coló en el ejército del Gran Chu, solo para verte una vez más. No todos pueden entender esto, y mucho menos Chu Xiang, a quien presumiblemente ya le habrían rechinado los dientes por esto.

 

Al escuchar las palabras “solo para verte una vez más”, Chu Yuan frunció levemente el ceño.

 

Duan Baiyue presionó su pulgar entre sus cejas y lo frotó antes de decir:

—Cuando Liu Jinde estaba escapando hace un momento, le rocié una botella de larvas de hongxun. Esperando a que escapara de regreso al Reino Feimian contagie a cien o doscientas personas.

 

—¿Un guchong? —Chu Yuan nunca había oído hablar de eso antes.

 

Duan Baiyue negó con la cabeza.

—Liu Jinde ha estado en Feimian durante tantos años, por eso los guchong comunes no pueden acercarse a él. Este hongxun no es algo siniestro, después de ser infectado él no morirá ni resultará herido, pero tendrá hinchazón, comezón y sentirá como si cien garras rascaran su corazón, a veces sus síntomas pueden durar de siete u ocho días seguidos o en los casos más graves, hasta un mes. No existe una cura para esto, solo le queda soportarlo.

 

Chu Yuan se divirtió al principio cuando escuchó esto, y luego lo pellizcó.

—¿Qué tipo de cosas extrañas tienes en tu Mansión del Suroeste?

 

Duan Baiyue dijo de inmediato:

—Este hongxun fue criado por Yao'er.

 

—¿Por qué estás entrando en pánico? Solo quiero decir que es bastante interesante —dijo Chu Yuan— si tienes tiempo en el futuro, puedes enseñarme.

 

—¿Quieres aprender? —Duan Baiyue estaba un poco sorprendido, pero al pensar en él, estando de cuclillas junto un frasco jugando con insectos, parecía bastante lindo, así que aceptó de inmediato.

 

—Esta vez Liu Jinde regresó, no solo no obtuvo nada, sino que consiguió que cientos de personas se contagiaran con hongxun. Si su suerte es peor, incluso Chu Xiang y Hei Ya, el líder del Reino Feimian, pueden verse afectados y definitivamente se quejarán. ¿Quieres causar conflictos entre ellos?

 

Duan Baiyue asintió y sacó una carta de su manga.

—Has estado ocupado estos últimos días, así que no te lo dije. Esto es lo que acaba de enviar el anciano Guishou*.

(Guishou= Mano Fantasma)

—¿El shifu del líder del palacio Qin? —Chu Yuan sacó la carta.

 

—Incluso si el anciano Guishou vive recluido en la Montaña Inmortal y no se preocupa por los asuntos del mundo, todavía está en Nanyang —dijo Duan Baiyue— según lo que dijo en su carta, aunque Chu Xiang y Liu Jinde tienen una relación de cooperación, a menudo tienen disputas porque los dos tienen personalidades muy diferentes. Cuando llegó por primera vez a Nanyang, Liu Jinde ayudó mucho a Chu Xiang con sus habilidades brutales y sangre de hierro, pero después de tantos años, la capacidad de Xiang para liderar tropas en la guerra lo ha superado. Después de todo, proviene de una familia real, su visión y estrategia se han cultivado desde que era un niño. En comparación con la familia Liu, que siempre ha sido cuidadosa y cautelosa al conspirar rebeliones desde todas direcciones, es mejor que cualquier cosa en el mundo.

 

—Liu Jinde también debería ser consciente de la amenaza —dijo Chu Yuan— conozco a Chu Xiang, no puede tolerar la pérdida de poder, así que lo va a traicionar una vez termine su utilidad. Ahora que se acerca la guerra lo está tolerando, pero no lo va a olvidar. Esperará para saldar las cuentas en el futuro.

 

—Cuando Liu Jinde se dé cuenta de esto, se aferrará firmemente al poder militar existente —dijo Duan Baiyue: —con él cerca, parece que tenemos un enemigo adicional, pero puede contener a Chu Xiang en ciertos asuntos. Sería bueno para nosotros si pudiéramos provocarlo unas cuantas veces más para ampliar la brecha entre los dos.

 

Chu Yuan asintió.

—Tú decides.

 

—Eso es lo que me gusta escuchar de ti.

 

—¿Te gusta escucharlo?... Tú decides, tú decides, tú decides, ¿es suficiente?

 

Duan Baiyue se rio y dijo:

—Es raro verte decir tonterías, aunque lo digas cien veces, no será suficiente.

 

Chu Yuan puso sus manos sobre sus hombros:

—¿Te reirás?

 

Duan Baiyue hizo una pausa y preguntó tentativamente:

—¿No me reí antes?

 

—No seas obstinado —Chu Yuan se dio unas palmaditas en el pecho— tus ojos han estado sombríos durante varios días.

 

Duan Baiyue dijo: —Hay alguien que te codicia y, naturalmente, me siento infeliz. Esto no tiene nada que ver con obstinación.

 

—¿Cómo puedes controlar lo que piensan otras personas? —Chu Yuan tomó su mano y se la presionó cerca de su corazón— es suficiente saber que eres el único aquí.

 

Duan Baiyue lo miró a los ojos.

 

—Además… —Chu Yuan tiró de su oreja y la retorció casualmente— justo ahora, cómo te atreviste a alejarme.

 

—¿Eh? —Duan Baiyue pensó por un momento, y después de darse cuenta de lo que estaba hablando, se sintió agraviado— Liu Jinde ya se había quitado la máscara en ese momento.

 

«¿Debíamos seguir besándonos?... ¡tómatelo con calma! ¡me vas a arrancar la oreja!»

 

—Eso no importa —dijo Chu Yuan.

 

—…

 

«¿Qué no importa?»

 

Al ver sus cejas y nariz arrugadas, con una mirada pálida en su rostro, Chu Yuan le sonrió a los ojos y se inclinó hacia adelante para morderlo en los labios.

 

Duan Baiyue le mordió ligeramente la punta de la lengua y dijo vagamente:

—¿Hacemos las paces?

 

«Esta vez, incluso si el cielo se cae, primero debe terminar de besar a mi esposa.»

 

Los dos se abrazaron fuertemente y el beso se hizo cada vez más intenso. Duan Baiyue deseaba poder dejar su propia marca en todo su cuerpo. Sería mejor si los demás ni siquiera quisieran mirarlo dos veces. Se movió desde la frente hasta la clavícula y le chupó los labios con fuerza nuevamente. Chu Yuan fue completamente abrazado por él, rodeado por la ligera fragancia familiar. Cerró los ojos y no quiso volver a abrirlos, con sus fuertes brazos alrededor de su cintura, su corazón codiciaba la seguridad de estar protegido.

 

Cuando Ye Jin se enteró de lo que ocurría en este extremo, se apresuró a acercarse con Duan Yao para echar un vistazo. Sin embargo, antes de que pudiera llamar a la puerta, vieron a través de la ventana que los dos estaban abrazados en un ovillo, besándose y tan inseparables el uno del otro, por lo que ambos se quedaron boquiabiertos por un momento.

 

«Pensé que se había dicho que un rebelde se había mezclado en el barco, así que ¿por qué no estaba discutiendo asuntos oficiales?»

 

Afortunadamente, Duan Yao reaccionó rápidamente y se llevó a Ye Jin a tiempo.

 

El Médico Divino Ye tenía el corazón roto, sus pasos eran lentos, para él la gente no era lo que solía ser y el mundo se iba cuesta abajo. El Hijo del Cielo es promiscuo a plena luz del día por culpa del calvo castrado.

 

«Es realmente difícil entender por qué sigue siendo tan lascivo cuando sabe que pronto no podrá “levantarla”»

 

Duan Yao lo ayudó a calmarse para que su querido hermano mayor no sea castrado.

 

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—Eres mío —Después de mucho tiempo, Duan Baiyue lo soltó y le frotó los suaves labios con el pulgar.

 

—Bueno, estás solo.

 

Duan Baiyue lo tomó por la cintura y quiso decir algo, pero finalmente se lo tragó y solo frotó ligeramente su frente con la de él.

 

Chu Yuan sonrió, se inclinó hacia sus brazos y dijo:

—Lo sé.

 

Duan Baiyue se sorprendió.

—¿Qué sabes?

 

—Sé que quieres llevarme de regreso al Suroeste —Chu Yuan lo miró fijamente— no importa si no puedes hacerlo ahora, solo recuerda que algún día, tú y yo podremos irnos juntos. Este mundo problemático quedará atrás y lo visualizo todos los días: disfrutar del viento en la primavera y jugar go mientras bebemos el té.

 

Duan Baiyue apretó los brazos y consideró a quién debería acudir para aprender a jugar al go. No había necesidad de preocuparse por beber té; beber té no era difícil.

 

Chu Yuan lo consoló.

—El go es un poco parecido al ajedrez.

 

«No debes tener esa cara de preocupación.»

 

Duan Baiyue se quedó paralizado por un momento y luego le mordisqueó la mejilla.

 

Dado que la aparición de Liu Jinde fue muy breve, no llamó mucho la atención y la mayoría de la gente ni siquiera sabía que se había presentado esa situación. Todavía estaba en calma en las tropas militares del Gran Chu y se dirigieron hasta el sur según el plan original. Relativamente hablando, la situación en Feimian no era tan pacífica. Después de que Liu Jinde regresó, estuvo bien durante los primeros dos días, pero al tercer día, de repente le brotaron grandes erupciones rojas en todo el cuerpo. Eran ásperas, desiguales al tacto y de vez en cuando le picaban insoportablemente, cuando se rascaba, le salía pus y sangre. Chu Xiang, por supuesto, sabía que se había hecho a la mar hace un tiempo, por lo que solo supuso que estaba relacionado con Chu Yuan nuevamente y no se molestó en preguntar. No esperaba verlo enfermo cuando regresara. Preocupado de que fuera algún tipo de guchong poderoso, inmediatamente invitó a Hei Ya a esparcir personalmente la medicina por su habitación para evitar que otros se infectaran.

 

Liu Jinde no podía quedarse quieto en la habitación y tenía que escuchar a Hei Ya afuera haciendo sonar las campanas y cantando maldiciones. No sabía lo que decía así que, se sintió aún más irritado. Golpeó la pared con el puño.

 

Hei Ya escuchó el movimiento desde afuera y una luz fría brilló en sus ojos. Chu Xiang le dio una palmada en el hombro, abrió la puerta y entró, diciendo con calma:

—El hechicero ya está preparando la medicina. Después de bañarte, es posible que te sientas mejor.

 

Liu Jinde sabía que esta vez fue descuidado, por lo que no dijo mucho.

 

Chu Xiang volvió a decir:

—Me han dicho que el burro calvo se quedó en el Reino Baixiang. ¿Caíste en su trampa?

 

—Esta vez fue Duan Baiyue —dijo Liu Jinde con voz profunda.

 

—¿Duan Baiyue? —Chu Xiang se sorprendió un poco cuando escuchó esto. Sabía que Miaoxin entraba y salía a menudo del palacio imperial antes, pero no esperaba que Liu Jinde no fuera al Reino Baixiang, sino al campamento del ejército del Gran Chu que estaba en el mar.

 

Liu Jinde agitó la mano y tiró la tetera de la mesa, haciéndola pedazos.

 

«Mientras recuerdo lo que pasó ese día en cubierta, quiero cortar a Duan Baiyue en pedazos para aliviar mi odio.»

 

Al mirar su expresión, Chu Xiang entendió algo en su corazón y se burló:

—Pensaba que sólo estaba ese burro calvo, pero no creía que pudiera liarse con un segundo.

 

El rostro de Liu Jinde estaba sombrío y no dijo nada.

 

—Si quieres ajustar cuentas y hacer lo que quieras, no te apresures a llegar a este momento —Chu Xiang se levantó y lo consoló— primero cálmate y deshazte de las manchas rojas de tu cuerpo. No será demasiado tarde para secuestrar a tu hombre.

 

—Según la velocidad del ejército del Gran Chu, llegarán en aproximadamente en medio mes —dijo Liu Jinde.

 

—Estaré esperando que vengan —dijo Chu Xiang en tono relajado, se dio la vuelta y salió de la habitación.

 

Hei Ya lo esperaba no muy lejos.

 

—Vamos —dijo Chu Xiang— ve a por la medicina.

 

—¿Por qué te contienes con él? —preguntó Hei Ya.

 

Chu Xiang negó con la cabeza.

—No diría que es “contención”, es tranquilidad en el mejor de los casos.

 

—¿Acaso está poseído por un espíritu maligno? —maldijo Hei Ya en voz baja.

 

—No está poseído, sino loco… —dijo Chu Xiang mientras caminaba— antes era valiente e ingenioso, pero su debilidad era demasiado obvia. Tú y yo queremos el país, pero él quiere más a Chu Yuan sobre todas las cosas. Tenemos diferentes propósitos y podemos cooperar, pero si él sacrifica todo el trabajo duro de todos por lo que quiere, entonces esta relación se acabará.

 

Hei Ya frunció el ceño:

—¿Quieres matarlo?

 

—No puedo hacerlo ahora, pero no será así por siempre.

 

Hei Ya negó con la cabeza:

—La batalla es lo primero.

 

—Por supuesto, yo no soy como él y las prioridades aún se pueden separar —dijo Chu Xiang— además, todavía puede ser de gran utilidad cuando no está loco.

 

Mientras los dos hablaban, alguien se acercó apresuradamente y dijo que muchas personas en la isla tenían la misma enfermedad que el general Liu y que clamaban por ayuda. Cuando se apresuraron para llegar allá, el curandero estaba atendiendo a todos. Había mucha gente tirada adentro y muchos alrededor de la puerta. Todos tenían grandes pápulas rojas en el rostro, tenían la boca y los ojos torcidos, se veían un poco extraños.

 

—¿Qué pasa? —preguntó Chu Xiang al curandero.

 

—Maestro, los síntomas son los mismos que los del general Liu —dijo el curandero— no es un veneno, parece más una infección por guchong. No pone en peligro la vida, pero pasará después de unos días de resistencia.

 

Chu Xiang asintió.

—Eso es bueno.

 

El curandero dio un paso atrás y continuó tratando a los pacientes. Hei Ya negó con la cabeza y lleno de irritación, ya no quiso decir una palabra más.

 

—Ten paciencia —Chu Xiang le dio unas palmaditas— sabes muy bien que él tiene más soldados que tú y yo juntos y no puedes provocarlo fácilmente.

 

Hei Ya se giró y salió de la habitación, su capa negra ondeada por el viento, como un enorme pájaro negro.

 

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En el campamento del ejército del Gran Chu, Wen Liunian estaba sentado en la cubierta, estudiando el espejo Yueluo. Aunque el sol brillaba intensamente en el cielo, el espejo estaba nublado, lo que era una señal de que llovería al día siguiente.

 

—Lord Wen —saludó Duan Baiyue.

 

—Rey del Suroeste —Wen Liunian se puso de pie rápidamente— ¿Está buscando al Emperador?

 

—El Emperador está discutiendo asuntos con el general Xue —dijo Duan Baiyue— estoy buscando a Lord Ye.

 

Lord Wen sentía que estaba escuchando alucinaciones. Por lo general, uno perseguía y el otro huía. Sentía que en cualquier momento uno de los dos rociaría polvo venenoso por todo el cielo. ¿No debería esconderse? Después de todo, Lord Ye una persona muy hábil.

 

Duan Baiyue tosió dos veces y dijo:

—Tenemos asuntos importantes.