DWGL- 80: Xingzhou


El aura del Emperador actual es realmente diferente.

 

Duan Bai Yue dijo: "Es sólo un trato. Si el joven maestro mayor está demasiado ocupado, entonces no hay nada de malo en confiárselo al segundo joven maestro. ¿Por qué todos en la casa murmuraban tanto?”

 

"El segundo joven maestro nunca ha aprendido nada, sólo se le pueden confiar pequeñas órdenes", respondió Huang Li. "Cuando el joven maestro mayor se enteró de esto, estaba muy insatisfecho, incluso visitó personalmente la posada donde se alojaba el invitado y quiso intervenir, pero no logró nada. Más tarde comenzaron a decir que el propio invitado deseaba hacer negocios con el segundo joven maestro.”

 

Bao Dadu prefería a su hijo mayor, pero el segundo joven maestro también era su descendencia. Si el propio invitado estaba buscando hacer negocios con su hijo menor, el líder Bao no podía interferir en esto. Lo aceptaron con éxito, el trato se concluyó y el depósito también se envió a la puerta según lo previsto. Parecía que todo estaba en orden, pero para sorpresa general los asesinos a sueldo nunca regresaron. Bao Dadu estaba furioso, todos en la secta estaban asustados, ni siquiera se atrevieron a hablar en voz alta. El segundo joven maestro, Bao Yan, fue castigado con la detención, y el joven maestro mayor, Bao Yu, llevó a sus hombres a la mar por la noche, además del jefe Bao Dadu, nadie sabe en realidad a dónde fueron.

 

Sikong Rui negó con la cabeza al oír esto: "Qué difícil es para un padre, criar este tipo de hijo no filial.”

 

"Mientras servías la comida, ¿escuchaste de qué estaba hablando el invitado del Gran Chu?" Preguntó Duan Bai Yue.

 

"No me quedé en la habitación todo el tiempo y sólo escuché fragmentos de la conversación." Huang Li dijo: "Además, había muchos sirvientes allí, por lo que es poco probable que hablaran de asuntos importantes, en su mayoría intercambiaron cumplidos excepto, por una frase. Parece que este invitado del Gran Chu visitaría Xingzhou.”

 

"¿Xingzhou?" Duan Bai Yue nunca ha escuchado hablar de este lugar antes.

 

"Es una isla desierta en Nan Yang", Sikong Rui sí lo sabía: "Aunque está deshabitada, tiene paisajes preciosos. Fue descubierta accidentalmente por pescadores que buscaban un lugar para refugiarse de las tormentas. Se dice que por la noche se puede tocar literalmente la Vía Láctea desde ella. La ubicación de esta isla no es tan mala, pero es poco probable conectarla con las rutas fluviales actuales para hacer negocios.”

 

"Si la isla es tan buena, ¿por qué nadie quiere ocuparla?" Preguntó Duan Bai Yue.

 

"Es una isla desierta, no una ciudad." Sikong Rui dijo: “Incluso si no tiene un propietario y alguien decide ocuparla, tendrá que construir casas, carreteras, reubicar personas y abrir un puerto. Un proyecto de esta magnitud no tarda un año ni dos en completarse. Además, hay innumerables islas en Nanyang, y me temo que, si alguien toma la iniciativa, es probable que fracase.”

 

"Por lo que entendí, iba a vivir en Xingzhou e invitó al segundo joven maestro a quedarse allí como invitado en algún momento", dijo Huang Li. "Supongo que eso es todo lo que sé.”

 

Duan Bai Yue asintió: “Muchas gracias.”

 

"Debería ser yo quien te diera las gracias,” Huang Li dijo: “En el reino de Bai Xiang, nadie se atrevería a ir contra el líder Bao, excepto los invitados de tierras extranjeras.” ‘No había tenido muchas esperanzas antes, pero quién hubiera pensado que realmente tendría suerte de escapar.’

 

Duan Bai Yue le pidió a Duan Yao que acompañara a Huang Li a su habitación, y preguntó a Sikong Rui: "¿Xingzhou está lejos de aquí?"

 

"En realidad no", Sikong Rui dijo: “Es mejor ir allí en un gran barco mercante. El clima ha sido excelente últimamente, así que supongo que puedes llegar allí en veinte días más o menos. ¿Te gustaría echar un vistazo?”

 

Duan Bai Yue asintió.

 

Sikun Rui continuó: “Bueno, eso es genial. En cualquier caso, la secta Jian no acepta clientes ahora, las otras sectas también están en guardia e incluso rechazan órdenes. Sentarse y vigilar aquí simplemente no tiene ningún sentido.”

 

Duan Bai Yue dijo: "Por lo que dijo Huang Li, el problema no es tanto con la secta Jian en sí, sino con el segundo joven maestro, Bao Yan. Se ha encontrado en un estado de frustración, por lo que se esforzó en hacer un gran revuelo, y es por eso por lo que ha jugado a este juego. Ahora ha sido encarcelado, y también ha arrastrado a su familia y a todas las sectas del reino de Bai Xiang. Probablemente se esté arrepintiendo y odie a Chu Xiang hasta la muerte.”

 

Sikong Rui dijo: "¿Por qué no los volvemos a echar un vistazo esta noche?"

 

Duan Bai Yue dijo: "Bien."

 

***

 

A medianoche, el silencio envolvió la calle. Dos personas se cuelan fácilmente en el territorio de la secta Jian, notando inmediatamente que había una oscuridad total en el interior. Sólo en la puerta de entrada a los patios había linternas rojas, que no traían alegría, sino que parecían un poco sombrías. La zona estaba patrullada por al menos tres grupos de guardias y, aparte de ellos, no había un alma en los patios.

 

Según Huang Li, Bao Yan se mantuvo en el patio más al sur de la casa y de hecho había bastantes guardias en este lugar. Duan Bai Yue eludió la línea de visión de todos y aterrizó silenciosamente en el tejado de la casa, inclinándose para escuchar por un momento, luego se levantó y salió del patio, sumergiéndose de nuevo en los espesos arbustos donde previamente se habían escondido.”

 

Después de un corto tiempo, Sikong Rui también regresó. Resultó que en otra parte de la casa principal había el mismo silencio, parecía que los habitantes ya estaban profundamente dormidos. Sea como fuere, no se pudo encontrar nada.

 

"Todo es como pensábamos", dijo Duan Bai Yue. “Es poco probable que logremos algo si continuamos protegiéndolos. El tiempo es oro, así que es mejor dirigirse directamente a Xingzhou.”

 

Sikong Rui asintió y los dos hombres salieron juntos de los terrenos de la secta.

 

Si querían ir al mar, necesitaban una razón. Afortunadamente, el arrecife Wangxi tenía una buena reputación, y dado que las sectas de Bai Xiang que proporcionaban guerreros de alquiler les negaron un trato, esta visita fue en vano, entonces no había nada inusual en el deseo de los dos extranjeros de ir al sur para probar suerte en otro lugar.

 

El día antes de su partida, Duan Yao llevó consigo a Huang Li, al amparo de la noche, escondiéndose de las patrullas en la costa, y entraron en un gran barco que se dirigía hacia el norte sin que nadie se diera cuenta, dejando que ella se escondiera primero bajo el camarote. Él mismo abordó abiertamente este barco al día siguiente, y abandonaron el muelle. Duan Yao tenía la intención de enviar a la chica a la isla donde se encontraba la guarnición del Suroeste, y luego regresar para reunirse con Duan Bai Yue y Sikong Rui.

 

Duan Bai Yue y Sikong Rui, continuaron su viaje hacia el sur hasta la isla Xingzhou. El barco en el que abordaron se dirigía a Xin Mao, el país más meridional, pero la mayoría de los pasajeros desembarcaron a mitad del viaje: había docenas de islas y puertos por el camino y, siempre que quisieras, se podía ganar dinero en todas partes. Así que, ¿para qué molestarse en viajar hacia el extremo sur?

 

Duan Bai Yue y Sikong Rui, naturalmente, también aterrizaron en el puerto, cerca de Xingzhou, e inmediatamente notaron a Duan Yao sentado en un pequeño puesto comiendo fideos.

 

Duan Bai Yue se rió: “Eso es bastante rápido.”

 

Duan Yao finalmente también los vio, terminó sus fideos en unos sorbos y corrió hacia ellos.

 

"Pensé que tendríamos que esperarte", dijo Sikong Rui. "Pero fuiste tú quien nos esperó."

 

"Navegué aquí en un barco de alta velocidad con lanzas de hierro en la proa y la popa, que es mucho más rápido que un junco normal", dijo Duan Yao. "Llegué antes de ayer.”

 

"¿La chica está bien asentada?" Preguntó Duan Bai Yue.

 

"La dejé con Duan Nian, justo a tiempo para que ayudara en la cocina." respondió Duan Yao. "No hay otras chicas en la isla, así que todos en ella la aman.”

 

Duan Bai Yue sonrió y dijo: “Gracias por tu arduo trabajo.”

 

"Hay una cosa más", dijo Duan Yao. "Cuando llegué aquí, vi un buque de carga saliendo del puerto que se dirigía a Xingzhou. Le pregunté a los lugareños y todos dicen que transporta madera y cuerdas. Parece que alguien va a construir casas. Y hay otro barco allí, que también va a Xingzhou y transporta grano y ganado.”

 

"¿Ganado?" Preguntó Duan Bai Yue. “Aparentemente, el que lo inició tiene planes grandiosos, de lo contrario no habría transportado animales.”

 

"Aparentemente, realmente vivirán en la isla", dijo Sikong Rui. “Si es así, vayamos a Xingzhou en el mismo barco y veamos qué tipo de trucos se están haciendo allí.”

 

***

 

En la ciudad Yunde del Gran Chu, una anciana con cabello gris se inclinó ante una tumba solitaria y quemó dinero ritual. No había nombre en la lápida, sólo en la esquina inferior izquierda se podía ver un letrero rojo grabado, lo que significa que el propietario de esta tumba estaba asociado con la residencia imperial.

 

Los habitantes del pueblo chismorreaban mucho sobre esto, ya que hace unos días llegó nada menos que el propio Emperador para despedirse.

 

Este evento realmente parecía significativo.

 

"Vámonos", cuando la última hoja de papel se quemó, la abuela Feng Gu se levantó y agarró la canasta con una mano temblorosa.

 

El compañero parado a su lado la ayudó: “Despacio.”

 

La abuela Feng Gu dijo: "Todos estos años, sabía perfectamente que vivía en el palacio, y tú también lo sabías.”

 

"Bueno, lo sabía, ¿y qué?" Su esposo refunfuñó. "Si le gustaba tanto cuidarte, entonces dejé que te cuidara. No podía alejarlo, de lo contrario todavía pensarían que estaba enojado por él.”

 

La abuela Feng Gu negó con la cabeza y se echó a reír, le alisó la ropa y juntos caminaron tranquilamente a casa. En el camino, se encontraron con un vendedor de pescados. Los ancianos tomaron un par de peces para que mañana, a la llegada de su hija y su yerno, pudieran pasar un buen rato en familia.

 

Cuando el sol se puso, el vasto desierto se hundió en la serenidad.

 

***

 

En la frontera del Bai Hai, los buques de guerra del Gran Chu estaban pulcramente anclados en el puerto. Era imposible no notar sus velas levantadas incluso desde lejos.

 

En medio de la noche, se desató un vendaval y el barco que iba al mar se sacudió violentamente. En el fondo de la bodega, Sikong Rui atrapó una col que cayó sobre él: "Si tengo que pasar por todo este sufrimiento contigo, me temo que no podrás pagarlo incluso en la próxima vida.”

 

Duan Bai Yue dijo: "Estás pensando demasiado, no planeaba pagarte en absoluto."

 

Sikong Rui de repente agarró abruptamente una pequeña bolsa, inclinó la cabeza, después comenzó a vomitar violentamente.

 

Duan Bai Yue y Duan Yao se alejaron al mismo tiempo. A nadie le importaba si podía resistir en absoluto.

 

Para el apenas vivo Sikong Rui, tal vida era peor que la muerte.

 

Afortunadamente, antes de escupir su estómago, el barco ya había atracado en el muelle de Xingzhou.

 

Desde todas partes se escuchaba el zumbido de las voces humanas. Se sentaron en la bodega oscura hasta el amanecer, y cuando el silencio cayó sobre el lugar, los tres abandonaron secretamente el barco.

 

Los alrededores todavía estaban desiertos, con sólo un puerto construido apresuradamente y algunas personas en la calle insinuaban que había vida en la isla. Sin embargo, cuanto más lejos iban, más claro se sentía el aliento del hogar. Poco a poco, un pueblo e incluso un mercado comenzaron a aparecer por delante.

 

"Ninguno de los países de Nan Yang se atrevieron a actuar precipitadamente, sino que dejaron que los forasteros tomaran la ventaja.” Dijo Sikong Rui con pesar.

 

"Mirando su ropa, se puede ver que hay gente del Gran Chu aquí, y otros que no se puede descifrar de dónde vienen", dijo Duan Bai Yue.

 

Sikong Rui negó con la cabeza: "Tampoco lo reconozco, pero hay muchos estados insulares en Nan Yang, y cada uno tiene sus propios atuendos y costumbres, por lo que no es sorprendente.”

 

"Espera", Duan Bai Yue indicó a los dos que miraran hacia delante. "¿Qué creen que hay allí?"

 

En esa dirección había filas de pisos, como cubos de tofu, edificios bajos, aparentemente, había al menos unas pocas docenas de ellos.

 

Duan Yao habló: "¿Cuarteles para el ejército?"

 

Duan Bai Yue asintió: “¿Quién construiría tales casas en un pueblo ordinario?”

 

"¿Chu Xiang está reuniendo a sus tropas aquí?" Sykun Rui chasqueó la lengua con disgusto. "Bueno, entonces juguemos."

 

"¡Alguien viene!" Duan Yao siseó.

 

El trío desapareció instantáneamente detrás de una roca.

 

Un momento después, un grupo de personas apareció en la distancia. El hombre a la cabeza estaba vestido con ropa de brocado y un cinturón de jade, la apariencia de este lujo no correspondía en absoluto al paisaje frío y sombrío alrededor. No era otro que el príncipe exiliado Chu Xiang.

 

Sikong Rui dijo: "Puedes ver que realmente es del palacio. Incluso su aura es diferente al resto.”

 

Duan Bai Yue dijo: “¿El aura de una persona que está buscando la muerte para sí misma?”

 

Sikong Rui: “……”

 

A Duan Yao le pareció que este punto necesitaba ser aclarado: "El aura del Emperador actual es diferente.”

 

"Por supuesto, ¿quién puede compararse con el emperador? Pero no lo he visto.” Sikong Rui cruzó los brazos sobre su pecho con disgusto. "Lo conocimos una vez cuando era niño, pero luego le rompiste el brazo y perdió el conocimiento por el dolor. ¿Dónde puedes ver grandeza?”

 

Duan Yao se quedó boquiabierto y miró a su hermano con asombro.

 

¡Sí, eres peor que un animal! ¡¿Cómo pudiste hacer algo tan monstruoso?!