DWGL - 62: Ciudad Guanhuai


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Sombra blanca en la ciudad 


La mayoría de los platos en la mesa tenían sabores picantes y agrios muy típicos del suroeste. Los condimentos fueron traídos especialmente del palacio, pero no habían tenido la oportunidad de prepararlos antes. Ahora que estaban hechos, Duan Yao era el único que quedó para degustarlos.

 

Chu Yuan tomó un trozo de carne de pescado con los palillos para él y dijo: “¿te gusta?”

 

“Sí”. Duan Yao asintió, “es más delicioso que la comida de la Mansión del Suroeste”.

 

Chu Yuan sonrió: “el cocinero es originario del Suroeste, siguió a su hijo hasta Wang Cheng para abrir un restaurante. Comimos ahí dos veces y encontré que el sabor no estaba mal así que, esa vez lo trajimos especialmente a la Residencia del Norte. Es bueno saber que te gustó.”

 

Duan Yao asintió, continuó comiendo con la cabeza baja y pensó para sí mismo que su hermano tuvo mala suerte, ya que al final ni siquiera pudo probar los platillos que preparó el cocinero que él mismo trajo.

 

Al ver que estaba en silencio, Chu Yuan no volvió a hablar más hasta verlo beber lo que quedaba de sopa y entonces dijo: “¿quieres algunos bocadillos?”

 

“No es necesario”. Duan Yao agitó las manos repetidamente y su vientre estaba redondo. 

 

Chu Yuan sonrió y dijo: “realmente estás en la edad adecuada para crecer en estatura”.

 

Duan Yao se limpió la boca y pensó que no importaba cuán eufemístico sea, aún quería comer los bocadillos.

 

Chu Yuan le ordenó a Si Xi que preparara el té, parecía que no tenía la intención de dejarlo ir.

 

Duan Yao no estaba sorprendido por esto. Después de todo, la escena anterior fue demasiado corta y la actuación fue realmente dura. Podría estar bien engañar a otros, pero su cuñada era el Emperador, por lo que sería sorprendente si no pudiera detectar nada inusual.

 

Efectivamente, antes de que la taza de té se enfriara, Chu Yuan dijo: “ese Inmortal de Cejas Blancas, ¿alguna vez ha estado en la Mansión del Suroeste?”.

 

Duan Yao sacudió la cabeza: “Ni yo, ni mi hermano habíamos visto nunca a ese hombre, sólo oímos a shifu mencionarlo, diciendo que se lo había encontrado por error cuando salió al mar para vengar a alguien en sus días de juventud”.

 

“¿Tiene una buena relación con el anciano Nan?”, preguntó Chu Yuan nuevamente.

 

“En realidad no. Si fuera realmente bueno, shifu lo habría mencionado a menudo”. Dijo Duan Yao, “pero no lo ha visto tantas veces, así que su relación tampoco debería ser tan mala. Son sólo conocidos”.

 

“¿Por qué tiene el Tian Chen Sha?”, Continuó Chu Yuan, “Si la tenía, ¿por qué se negó a sacarla antes y tuvo que esperar hasta ahora?”.

 

“Eso no está claro y shifu no dijo nada en detalle”. Duan Yao dijo: “a lo largo de los años, la Mansión del Suroeste ha enviado a muchas personas al Mar Oriental y ha escrito varias cartas al Inmortal de Cejas Blancas, pero no han recibido una sola respuesta. Shifu pensó que había fallecido, pero no esperaba verlo en la ciudad de Yun De”.

 

“¿Para entregar a Tian Chen Sha?”, preguntó Chu Yuan.

 

Duan Yao dijo: “también para hacer un trato con shifu, pero shifu se ha negado a hablar sobre el contenido del trato. Sólo dijo que después de que mi hermano se recupere de su lesión, haría personalmente otro viaje al Mar Oriental”.

 

“Así que eso es todo” Chu Yuan asintió ligeramente, aún tenía algunas dudas en su corazón, pero no podía decir qué era irrazonable sobre este asunto: era lo más común que las personas en Jianghu hicieran tratos entre ellos. Como era un Inmortal en el extranjero, no era sorprendente que tuviera la Tian Chen Sha. Parecía tener sentido en todos los aspectos.

 

Duan Yao continuó: “es sólo un regreso al Suroeste para curarse. Al hermano no le gustaría ver al Emperador preocupándose tanto por él, así que es mejor que tranquilice su corazón”.

 

Chu Yuan volvió en sí y dijo con una sonrisa: “más bien vas a consolarme en su lugar”.

 

Duan Yao apretó los puños: “mi hermano me había encomendado que cuidara del Emperador por él antes de marcharse. También dijo que, si esos viejos ministros vuelven a ser insensibles y quieren reñir con algunos asuntos triviales, simplemente pusiera un saco sobre sus cabezas y los golpeara, así se volverían más obedientes”.

 

Chu Yuan asintió con aprobación: “lo que dijiste es muy cierto”.

 

Tras saltarse el asunto de Tian Chen Sha, la conversación se hizo mucho más ligera. Ambos charlaron durante casi una hora sobre la Corte y el mundo marcial antes de que Duan Yao se levantara para marcharse. Después de beber la última taza de té, Chu Yuan se sintió mucho mejor en su corazón, aunque no estaba completamente aliviado, tenía la sensación de que las cosas podrían no ser tan malas como había pensado, ya que se dice que la preocupación puede ser caótica y es inevitable que a veces uno piense demasiado si se trata de la persona a la que se ama.

 

“Su Majestad”, le recordó el eunuco Si Xi desde la puerta: “es tarde, es hora de volver a la habitación y descansar”.

 

Chu Yuan se levantó y dijo mientras caminaba: “ordena a la cocina que preparen más comidas vigorizantes de qi mañana, Yao-er está practicando kung fu recientemente, no lo dejen pasar hambre”.

 

“Sí” Si Xi asintió con una sonrisa pensando que, aunque el Rey del Suroeste se había ido, todavía quedaba un pequeño Príncipe Duan que estaba allí. Después de sólo comer juntos, la cara del Emperador mejoró mucho. Creo que, si un funcionario solicita audiencia mañana, no estará temblando cuando entre al Estudio Imperial.

 

 

 

La ciudad de Yun De estaba muy tranquila, pasaba un vigilante tocando su bangzi, tarareando una cancioncilla.

 

El fantasma femenino ha sido eliminado y la ciudad ha vuelto a su antigua paz y tranquilidad. Con el Emperador también aquí y los Guardias Imperiales patrullando las calles, la cuidad era todo lo segura que podía ser. Al pasar por un callejón, el vigilante dejó sus pertenencias y trató de encontrar un lugar tranquilo para hacer sus necesidades, pero antes de que pudiera desabrocharse el cinturón del pantalón frente a la pared, una sombra blanca se proyectó sobre el muro y desapareció en un instante.

 

“¡Ayuda!”, el vigilante estaba tan asustado, sintiendo una oleada de calor corriendo por sus piernas.

 

Sucedió que unos Guardias Imperiales pasaban allí y al oír el ruido, acudieron con antorchas y vieron al vigilante sentado en un rincón, agarrándose la cabeza, gritando a pleno pulmón y el hedor a su alrededor era abrumador.

 

“Loe’er, Lao’er.” El guardia local responsable de dirigir el equipo se adelantó y lo empujó, “¿Estás poseído o te han robado?”.

 

El vigilante levantó la cabeza temblando.

 

Los oficiales y soldados a su alrededor lo miraban con asombro e incomprensión.

 

“No, no hay ningún fantasma”. El vigilante era incoherente: “estaba aquí y vi una sombra blanca”.

 

“¿No hay fantasma?, creo que estás muerto de miedo”. El guardia lo levantó, “debes haber visto mal”.

 

El vigilante negó con la cabeza y le tomó mucho tiempo calmarse. Sólo entonces sintió que sus piernas estaban frías. Cuando miró hacia abajo, se sintió tan avergonzado que estuvo a punto de enterrarse en el suelo.

 

“¡Está bien!, ¡está bien!, regresa a casa ahora”, el guardia recogió el bangzi del suelo y se lo dio, “no la líes la próxima vez”. Aquel grito de socorro no sólo asustó al vigilante que se orinó en los pantalones, sino que también el guardia estaba bastante asustado.

 

La cara del vigilante se puso roja y después de agradecer a todos, se arrastró de regreso a casa, pensando que no tendría cara para salir hasta dentro de medio mes y que le harían daño los que decían tonterías. Los Guardias Imperiales también pensaron que sólo se trataba de su vista y no se tomó este asunto en serio.  No fue hasta que todos se fueron que una figura encorvada saltó de un gran árbol no muy lejos y cojeó sola hacia las puertas de la ciudad. Aprovechando el momento en que los guardias entregaban sus puestos, se pegó fuerte a la muralla de la ciudad como un tigre escalador y salió dando tumbos de la ciudad en poco tiempo.

 

Un carruaje se detuvo en el desierto, y figura oscura se inclinó y entró, diciendo con voz ronca: “ve a la ciudad de Guan Hai”

 

El cochero respondió y espoleó su caballo hacia el sur.

 

La ciudad de Guan Hai es una localidad en la frontera sur del estado de Chu, está considerada como uno de los puertos más importantes por estar situada junto al mar para escuchar el viento y observar las olas blancas. Los muelles están repletos de barcos mercantes de varios países todos los días y las banderas están densamente pobladas. Tanto si se trata de una caravana que se dirige a Nan Yang o un país extranjero que ingrese al Gran Chu, Guan Hai es la vía más conveniente.

 

La noche se esconde y el sol sale por el este, amanece un nuevo día.

 

Chu Yuan estaba en el Estudio Imperial y después de leer algunos pergaminos, el eunuco Si Xi vino a informarle que había llegado una carta del Palacio Perseguidor de Sombras.

 

El corazón de Chu Yuan se regocijó.

 

El eunuco Si Xi la presentó con ambas manos y dijo: “también hay un carruaje de productos especiales de Shu Zhong, que serán entregadas al Palacio más tarde y fueron elegidas por Lord Shen personalmente”.

 

Chu Yuan asintió y abrió el sello para sacar la carta. Era la letra de Qin Shao Yu. Decía que había recibido una carta de vuelta del Mar del Sur y que efectivamente, no sabía dónde estaba Tian Chen Sha, pero que podía intentar encontrarlo.

 

“…… ¿Su Majestad?” Al ver que no hablaba en mucho tiempo, Si Xi le llamó para recordárselo.

 

Chu Yuan dijo: “prepara algunos regalos únicos y envíalos al Palacio Perseguidor de las Sombras”.

 

“Sí”. El eunuco Si Xi asintió y se retiró. Chu Yuan leyó la carta una vez más, frunciendo el ceño ligeramente. El Médico Divino de la Mano Fantasma era el maestro Qin Shao Yu, quien había estado viviendo recluido en una isla del Mar del Sur en los últimos años. Es uno de los mejores médicos divinos del Jianghu. Incluso si Ye Jin se considera inferior. Si ni siquiera él sabe lo qué es Tian Chen Sha, entonces debe ser difícil de encontrar en el mundo.

 

Apoyándose en la silla del dragón y pensando por un momento, Chu Yuan volvió a escribir una nueva carta, pidió a sus hombres que procedan lo más rápido posible. Envió una copia a la Villa del Sol y la Luna, y al Palacio Perseguidor de Las Sombras.

 

Duan Yao seguía aprendiendo del anciano cómo descifrar el Fen Xing Ju, salía temprano y volvía tarde y a menudo seguía practicando hasta altas horas de la noche. Chu Yuan pidió entonces a Si Xi que pasara la orden de permanecer en la Residencia del Norte durante medio mes más antes de partir de regreso a Wang Cheng.

 

“Mírate, frunciendo el ceño por esto también”, dijo Lord Liu: “ya sea que esté en Wang Cheng o en la ciudad de Yun De, los asuntos políticos que el Emperador debe manejar no son pocos, ¿cuál es la diferencia?”

 

“¿Qué te importa si frunzo el ceño?” Tao Ren De estaba mareado por su ruido.

 

Lord Liu dijo: “por supuesto que no me importa, pero de acuerdo con tu costumbre habitual, protestarás después de fruncir el ceño. Permíteme recordarte que nuestro Emperador no está de buen humor últimamente, así que tómatelo con calma”.

 

Tao Ren De: “……”

 

“simplemente no sabes cómo disfrutar de la buena vida”. Lord Liu lo arrastró afuera, “si hay que quedarse medio mes más, que así sea. Vamos a comer pastel de trigo horneado”.

 

Tao Ren De tropezó mientras lo arrastraban, todavía con el ceño fruncido.

 

No había nada de malo en quedarse medio mes más, o incluso un poco más. Es sólo que el Emperador parece estar actuando un poco extraño estos días, pero no dice nada, lo que hace que la gente se sienta más insegura y siempre sienta que algo grande va a suceder.

 

Este sentimiento de preocupación es realmente incómodo.

 

“Su Majestad”, dijo Si Xi, “parece que el Joven Príncipe Duan necesita practicar kung fu por un rato más hoy y aún no ha terminado, así que ¿le gustaría a Su Majestad cenar primero?”

 

“Tampoco tengo hambre, es mejor esperar a que Yao-er venga”. Chu Yuan dejó caer la carta de su mano: “vamos, iremos a la prisión primero”.

 

El eunuco Si Xi estaba perplejo: “¿ir a la prisión?”.

 

“Todavía hay un prisionero ahí”. Chu Yuan dijo: “originalmente quería volver a Wang Cheng para lidiar con eso, pero como tengo que quedarme aquí otro medio mes, no hay nada que hacer, así que no hay nada malo en intentarlo primero”.

 

 Fue sólo después de decir esto, cuando Si Xi recordó de repente que había una concubina cortesana que mató a Yu Shu, el prefecto de Cang Nan, quien estaba encarcelada aquí. Llamada Cui Gu, y aún no había sido llevada a juicio.

 

El brasero en la puerta de la prisión estaba ardiendo, y el jefe de la prisión estaba dormitando, tampoco esperaba que Chu Yuan viniera ahora, así que entró en pánico y apresuradamente se arrodilló en el suelo, “Saludos al Emperador”.

 

“Olvida las formalidades”, ordenó Chu Yuan: “abre la cerradura, quiero entrar y echar un vistazo”

Glosario:

 

1.    Bangzi: instrumento de percusión para música tradicional china que consiste en una cajilla rectangular de madera.