DWGL - 122: Alguien bloqueó el camino del Emperador

 


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El Joven Príncipe Duan encontró un discípulo.


 

En la Mansión del Suroeste.

Duan Baiyue estaba parado en medio del vestíbulo, sintiéndose un poco deslumbrado por el brillante satén rojo que le rodeaba.

 

"Su Alteza ¿Qué tonalidad de rojo le gusta más?" preguntó la tía Jin.

 

"¿Hay alguna diferencia?"

 

“Por supuesto”. La tía Jin dijo: "Las flores y los bordados son todos diferentes, ¡incluso se sienten diferentes! Además, el color rojo tiene diferentes matices. La boda es un gran evento, así que naturalmente debemos buscar los mejores, compararlos cuidadosamente y luego elegir el que más nos guste."

 

A Duan Baiyue le dolía la cabeza y dijo: "Esta vez, el Emperador Chu dirige el ejército hacia el sur con el propósito de ir a la guerra".

 

‘No para planear una boda.’

 

"Después de ir a la guerra, puedes casarte, ¿verdad?", dijo la tía Jin. "Primero ve al sastre para que tome tus medidas y pueda trabajar con calma. Cuando regreses de la victoria, podrás casarte lo antes posible".

 

Duan Baiyue preguntó: "¿Por qué tenemos que 'casarnos lo antes posible'?".

 

"Después acabar con los rebeldes de Nanyang, los cuatro mares serán pacíficos. Si no te casas en este momento, ¿aún quieres posponerlo?".

 

"Definitivamente nos casaremos", Duan Baiyue reflexionó sobre esto. "¿Pero tenemos que medirnos la ropa en este momento? ¿No podemos esperar hasta que todo esté arreglado antes de discutir los asuntos del banquete de bodas en detalle?" 

 

La tía Jin sacudió la cabeza: "Durante muchos años, Su Alteza Duan siempre se puesto nervioso ante la mención del matrimonio, utilizando cualquier excusa para evadir el tema. Esta vez, he tomado una decisión, por mucho que el Emperador Chu quiera organizarla cuando regrese a Wang Cheng, ¡el primer banquete nupcial tendrá que organizarse en la Mansión del Suroeste!".

 

Duan Baiyue: “……”

 

La tía Jin lo envió de vuelta a descansar, con la intención de sacar las telas a la luz del sol mañana durante el día para hacer una nueva selección.

 

Duan Baiyue se dio la vuelta y se acostó en el tejado, mirando la luna brillante sobre su cabeza, sin saber si reír o llorar.

 

"Su Alteza." justo en ese momento Duan Nian casualmente estaba de regreso.

 

"¿Tienes alguna noticia?" Duan Baiyue se sentó.

 

"El Emperador Chu ha liderado su ejército durante tres días y según mis cálculos, ya deberían haber llegado a la ciudad de Zhanshui. En un mes más o menos, podrán llegar a Dali".

 

"¿Él… tuvo un viaje seguro?" Duan Baiyue volvió a preguntar.

 

"Naturalmente. Es un ejército de decenas de miles dirigido por el Emperador Chu.”

 

‘¿Quién se atrevería a desafiar eso?’

 

"¿Qué pasa en Nanyang?", Continuó Duan Baiyue.

 

"La gente de las zonas costeras sabe que habrá guerra y que, en consecuencia, sus vidas se verán afectadas. Los pescadores han reducido el número de viajes al mar, y los grandes mercaderes que van a Nanyang para comerciar están regresando apresuradamente. Sin embargo, la corte imperial emitió hace mucho tiempo un decreto por el que todos los pescadores cuyo sustento se viera afectado durante la guerra marítima recibirían del gobierno arroz, fideos, telas y aceite. En cuanto a los comerciantes, se le prometió una política comercial más favorable después de la guerra, así que no hubo muchas objeciones."

 

Duan Baiyue asintió: "Has trabajado duro, vete a descansar".

 

"¿De verdad que Su Alteza no tiene intención de ir al norte?". Duan Nian preguntó: "Aunque el ejército tarda un mes en viajar, si usted viaja con Huo Yunshi día y noche sin detenerse, podría alcanzarlos en ocho días."

 

Duan Baiyue sonrió: "En este momento, la guerra es lo más importante".

 

Duan Nian se rascó la cabeza, se disculpó y salió del pequeño patio, sintiendo que habló demasiado.

 

Duan Baiyue acarició el colgante de dragón púrpura y también se levantó para volver a su dormitorio.

 

 

En cuanto llegaba a los lindes de la prefectura del Suroeste, Ye Jin desaparecía a menudo, corriendo por toda la montaña con una pequeña canasta en la espalda, recogiendo cada vez más hierbas. Chu Yuan tuvo que conseguirle un carro de granos y pasto específicamente para cargar las hierbas secas.

 

"¿Para qué las usarás?" preguntó Shen Qianfeng.

 

"Las guardaré como regalo para Chu Xiang". Ye Jin sacó una hierba y le dio un mordisco.

 

Wen Liunian y Zhang Mingrui se pararon detrás y preguntaron al unísono: "¿Eso se puede comer?"

 

"Es comprensible que Su Excelencia Wen no la conozca, pero usted, que es el Médico Imperial, cómo no va a reconocer la raíz ligen". Ye Jin dijo: "tiene un sabor de fideos dulces y se puede utilizar como alimento en tiempos de hambruna. Pero está bien comerlo solo, aunque si se combina con mariscos, puede causar diarrea llevarte a la muerte."

 

Wen Liunian abandonó inmediatamente la idea de probarla.

 

Zhang Mingrui dijo avergonzado: "Nunca había oído hablar de esto".

 

"Tómalo y léelo". Ye Jin sacó un libro del carro, "Cuando hayas acabado me lo devuelves."

 

"Esto es… ¡gracias a Su Novena Alteza!" Zhang Mingrui estaba exultante e hizo una violenta reverencia.

 

Ye Jin agitó la mano y se dio la vuelta para encontrar a Chu Yuan.

 

Wen Liunian se sorprendió y dijo: "¿Es el rumoreado Clásico del Médico Divino?"

 

Zhang Mingrui se llenó de emoción, las lágrimas corrieron por su rostro y se atragantó, incapaz de hablar.

 

Wen Liunian estaba lleno de preocupaciones, ‘¡tómatelo con calma! ¡tómatelo con calma!’

 

"¿Te simpatiza ese pequeño doctor?" Preguntó Shen Qianfeng mientras le seguía.

 

"No puedo decir que me guste, pero está realmente cualificado", dijo Ye Jin. "He oído que cuando los gatos, perros y pájaros del palacio están heridos, él es quien los cuida".

 

Shen Qianfeng no sabía si reír o llorar: "¿Es un veterinario?"

 

"Como médico, es natural que sea más blando de corazón", dijo Ye Jin. "Se ofreció como voluntario para venir con el ejército esta vez. Es un trabajo duro y el Hospital Imperial es diferente del Hospital Militar, ya que la gente allí está acostumbrada a ser mimada y no muchos de ellos están dispuestos a ir al campo de batalla."

 

Shen Qianfeng dijo: "Parece que quiere convertirse en tu discípulo".

 

"Primero debe leer ese libro", Ye Jin hizo un puchero. "No acepto discípulos fácilmente".

 

El resto del viaje transcurrió en calma, pero los generales y soldados murmuraban sobre cómo el carruaje de Su Alteza el Noveno Príncipe se hacía cada vez más pesado y no sabían qué cosas se habían metido en él durante el camino.

 

"Su Majestad." Xue Huaiyue dijo: "Todavía faltan tres días para llegar a la ciudad de Dali."

 

Chu Yuan asintió: "Aceleren el paso. Haremos una parada en Ciudad Eryan esta noche".

 

Xue Huaiyue aceptó la orden, se dio la vuelta y galopó hacia adelante para pasar el mensaje. Wen Liunian y Zhao Yue montaron en el mismo caballo y lo siguieron con una sonrisa significativa en sus rostros. Aunque no lo mencionó mucho, desde el momento en que partió hasta ahora, el Emperador Chu todavía quería ir a Eryan esta noche y a Dali mañana por la noche… Incluso si es un día antes.

 

Sentado en el veloz carruaje, Ye Jin se sintió muy complicado. Mientras pensaba que todo el ejército había llegado a las afueras de la ciudad de Dali, se preguntaba ¿Por qué Duan Baiyue no había venido a recoger a su hermano? Afortunadamente, no pudo soportarlo más. Después de pensarlo un rato, sintió que había comido demasiado y que todavía tenía ganas de que Baiyue viniera. ‘¿No debería ser que cuanto más lejos, mejor? Después de todo, no nos conocemos y somos como unos extraños.’

 

Pensando en ello, el médico divino Ye tenía emociones conflictivas en su corazón. Sus expresiones estaban cambiando y toda su persona estaba a punto de dividirse.

 

Shen Qianfeng se sentó frente a él, conteniendo la risa.

 

En el camino, el ejército se detuvo.

 

"¿Qué ha pasado?" Chu Yuan frunció el ceño.

 

"Respondiendo a Su Majestad, hay alguien bloqueando el camino", dijo el general pionero, "Dice que quiere audiencia con el Hijo del Cielo". 

 

"¿Está causando problemas?", Preguntó Chu Yuan.

 

"La otra parte es un hombre de mediana edad, de unos treinta años, alto y corpulento, con una voz fuerte. Dice llamarse Wu Sanlei", dijo el general pionero: "Por lo que dijo, el motivo para bloquear el camino no es para causar problemas, sino para alistarse en el ejército." 

 

"Esto es una imprudencia". Wen Liunian dijo: "El gobierno local de Zhou estuvo reclutando soldados, ¿por qué no se alistó en su ciudad natal en lugar de venir a detener el viaje del Emperador."

 

"¿Quiere que lo despida?", Preguntó tentativamente el general pionero.

 

"Mi querido funcionario Wen irá a echar un vistazo." Chu Yuan dijo: "Entonces tomaremos una decisión".

 

En un estrecho sendero de montaña, había un hombre de casi dos metros de altura sentado con las piernas cruzadas.

 

Lord Wen: “…”

 

El general pionero susurró: "Ese es el hombre".

 

"¿Te llamas Wu Sanlei?" Preguntó Wen Liunian.

 

"¡Sí!" La otra parte se levantó y miró hacia la dirección de Wen Liunian, casi capaz de cubrir el sol. Y su voz era realmente fuerte, como un cañón siendo disparado y un gong siendo golpeado, "Quiero ver al Emperador".

 

"¿De dónde eres?" Wen Liunian preguntó de nuevo, y luego recordó: "Sólo responde en voz baja."

 

Wu Sanlei dijo: "Pertenezco a la Mansión de Jinan".

 

Los oídos de Wen Liunian zumban, ‘¿por qué habló más alto?’

 

"Quiero unirme al ejército y luchar." Wu Sanlei dijo: "Como general".

 

Wen Liunian sonrió: "Es naturalmente bueno que un hombre piense así. Pero ¿por qué no te alistaste en el ejército de la provincia de Jinan, en vez de venir aquí?".

 

Wu Sanlei dijo: "Ese maldito funcionario de la provincia Jinan ocupó treinta acres de los arrozales de mi familia".

 

Wen Liunian frunció el ceño: "¡Tonterías! ¿Cómo puedes calumniar a Su Excelencia sin pruebas?".

 

"Usted es un gran funcionario, si no me cree, vaya y compruébelo". Wu Sanlei dijo: "Si no puedo recuperar mi propiedad ancestral, no la quiero. Esta vez, no estoy bloqueando el camino para quejarme, sólo intento ganarme la vida."

 

Wen Liunian pensó un momento y luego preguntó: "Entonces, ¿tienes alguna cualidad sobresaliente?".

 

Wu Sanlei miró a su alrededor, recogió una roca que sobresalía al costado del camino y le dijo al general pionero: "Sujete a Lord Wen".

 

General pionero: “……”

 

Zhao Yue dio un paso adelante y protegió a Wen Liunian en sus brazos.

(N/t: ¡eso! Cuidando a su esposo)

 

Wu Sanlei se agachó ligeramente, luego respiró hondo y rugió hacia el cielo.

 

Como si el Trueno Misterioso de los Nueve Cielos explotara en la parte superior de su cabeza, la visión de Wen Liunian se volvió negra y sus rodillas se debilitaron. Si Zhao Yue no hubiera estado a su lado sujetándolo, probablemente habría rodado montaña abajo.

 

Zhang Mingrui, que estaba en la retaguardia del ejército, se sobresaltó y se puso de puntillas para mirar hacia delante, pero no pudo ver nada: ‘¿Qué es ese ruido?’

 

Sin embargo, la comisura de la boca de Chu Yuan se levantó y miró a Xue Huaiyue, que estaba a su lado.

 

La piedra fue arrancada de la pared rocosa, Wu Sanlei la levantó y después la lanzó desde una gran distancia hacia la pared opuesta, entre las dos colisiones, la roca se partió en pedazos y salpicó en todas direcciones. El sonido era comparable al de los explosivos.

 

"Sígueme" Wen Liunian sintió como si hubiera encontrado un tesoro y lo condujo a través de la vanguardia para presentarlo ante Chu Yuan.

 

Al ver al hombre de la túnica de dragón, Wu Sanlei se arrodilló y dijo: “Este humilde sirviente saluda al Emperador.”

 

"Levántate" Chu Yuan lo miró con una sonrisa, "Su Excelencia, ¿nació con un poder divino?"

 

"Exactamente." Wu Sanlei asintió.

 

Wen Liunian bajó la voz e informó a Chu Yuan de la historia que contó Wu Sanlei.

 

"¿Yu Fang Ting se apoderó de tus propiedades?" preguntó Chu Yuan.

 

Wu Sanlei ha vivido durante treinta años, y era la primera vez que escuchaba de alguien mencionar directamente el nombre del magistrado prefectoral de Jinan, así que no pudo evitar sentir cierta emoción.

 

"Con semejante habilidad, ¿cómo un simple magistrado prefectoral de Jinan puede hacer lo quiere?". Chu Yuan continuó: "Si tu propiedad fue robada, ¿por qué no mataste al enemigo?".

 

Wu Sanlei se quedó atónito por un momento, pensando para sí mismo: ‘¿Qué clase de Emperador es este? Simplemente motivando a matar.’

 

"¿No te atreves?" Chu Yuan enarcó ligeramente las cejas.

 

"Si lo mato, entonces tengo que pagar con mi vida y de no ser así, tendré que pasar escondiéndome por el resto de mi vida". Wu Sanlei dijo: "No sería una buena idea."

 

Chu Yuan sonrió: "¿Entonces por qué quieres unirte al ejército?".

 

"Si me alisto en el ejército, podré hacer méritos y convertirme en general". Wu Sanlei dijo: "Y si me convierto en general, volveré majestuoso a mi ciudad natal y asustaré de muerte a ese asqueroso funcionario".

 

"Aparte de ser fuerte, ¿tienes habilidades marciales?". volvió a preguntar Chu Yuan.

 

Wu Sanlei dijo: "No, sólo sé cultivar la tierra".

 

Wen Liunian negó con la cabeza: "Eso no sirve, como mucho puedes ser portero".

 

Wu Sanlei se inquietó ante la noticia y cambió sus palabras: "Conozco dos movimientos".

 

"Muéstrame." Chu Yuan hizo señas a la gente a su alrededor para que retrocedieran y le hicieran espacio.

 

Wu Sanlei dijo: "Lo aprendí hace diez años".

 

Chu Yuan dijo: “Haz todo lo que recuerdes.”

 

Wu Sanlei preparó en postura de jinete y miró a su alrededor con una expresión de preocupación en su rostro. Habían pasado diez años y realmente había olvidado la mayor parte.

 

Pero la gente que le rodeaba se limitaba a mirar y nadie le ayudó.

 

Wu Sanlei apretó los dientes, rugió y golpeó al azar. Afortunadamente, Zhao Yue fue rápido esta vez y tapó los oídos de Wen Liunian.

 

"¡BODHI WANG YUE!", Wu Sanlei se levantó sobre un pie y señaló directamente al cielo con su mano derecha.

 

Wen Liunian sintió que no podía soportar mirar semejante imagen.

 

Chu Yuan frunció el ceño y reflexionó, estos pocos movimientos eran sin duda los recuerdos aleatorios de la otra parte, no había ninguna regla en absoluto, pero por alguna razón, algunos de los movimientos eran inexplicablemente algo familiares. A un lado, Xue Huaiyue también notó esto, así que recogió un trozo de piedra, flexionó los dedos y la lanzó hacia esa dirección.

 

Wu Sanlei fue golpeado en la rodilla sin defensa alguna, avanzó unos pasos tambaleándose e intentó averiguar quién era el culpable, pero tres dardos volaron hacia él, armas con una auténtica luz fría.

 

El cerebro de Wu Sanlei estaba confuso, instintivamente se inclinó hacia atrás con aquella gruesa cintura, pero increíblemente flexible. Luego sujetó un árbol con una mano, esquivando hacia el otro lado.

 

"Estoy sorpendido". Xue Huaiyue cerró los puños.

 

Wu Sanlei también estaba un poco sorprendido, originalmente pensó que había olvidado esos dos movimientos, pero no pensó que, en el calor del momento, sería capaz de utilizarlos de nuevo.

 

Pero esta vez, Chu Yuan lo vio claro, es el arte marcial del Suroeste, un movimiento de ‘Lluvia de Flores’ y un movimiento de ‘Luna Blanca y Viento Claro’.

 

"Su Majestad". Wu Sanlei soltó una bocanada de aire, pero en su corazón estaba aprensivo, sin saber si había pasado la prueba.

 

"¿Quién te enseñó esos dos movimientos?" Chu Yuan preguntó.

 

Wu Sanlei dijo: "Era un anciano que iba vestido con harapos y llevaba el pelo sucio, peor que un indigente. No tenía dinero para comprar comida, así que le di un bollo al vapor".

 

Como recompensa, el anciano, tras engullir el bollo, le enseñó dos movimientos de artes marciales, uno para matar y otro para defenderse.

 

Hace más de diez años, pasaba por Jinan y este anciano andrajoso conocía el arte marcial de la provincia del Suroeste, y lo más notorio era que tenía el pelo sucio, revuelto y se negaba a peinarse.

 

No hace falta pensarlo para saber de quién se trata.

 

Chu Yuan hizo algunos cálculos y resultó ser aquella vez que intentaron asesinarlo en el sur, pero fue salvado por Nan Moxie.

 

"¿Qué ha pasado?" Duan Yao pellizcó la mitad de un bocadillo y se acercó con curiosidad para observar lo que estaba pasando.

 

Chu Yuan le preguntó: "¿Aceptas discípulos?".

 

"¡¿Eh?!" Duan Yao no reaccionó, "¿A quién debo aceptar como mi discípulo?"

 

Chu Yuan extendió la mano y señaló en dirección al enorme hombre.

 

Duan Yao lo miró y quedó deslumbrado.

 

Wu Sanlei ha sido honesto durante media vida, pero esta vez fue más listo: ‘no importa qué demonios esté pasando aquí, pero al menos no tendré que ser portero’.

 

Así que tomó una decisión inmediata, se arrodilló e hizo tres reverencias, golpeando su cabeza con el suelo y rompiendo el suelo en un pozo. Su voz sonó como un trueno a través de los oídos de los demás: "¡ESTE DISCÍPULO RINDE HOMENAJE A SU SHIFU!".