•❥ ❥• Capítulo 115: El Colorete Fragante •❥ ❥•
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El colorete que incluso le gusta al gran
jefe Zhao.
—¡Ejem! —al ver a Chu Yuan mirando las vigas
del techo, Lord Wen tuvo que toser dos veces para evitar que se descubriera.
Lu Zhui estaba sentado tan firme
como una montaña, con los ojos tranquilos mirando al frente, como si no
existiera.
Aunque no está claro qué ha pasado
exactamente, el Emperador es el Emperador, acostumbrado a todo tipo de grandes
escenas, así que Chu Yuan rápidamente desvió la mirada y dejó que Sixi trajera
los regalos de cortesía.
—Muchas gracias, Su Majestad —Wen Liunian se apresuró a agradecer.
Aunque Chu Yuan suele recompensar a
los funcionarios de la corte, nunca lo había hecho de una manera tan personal
como esta vez, entregándoles los regalos en persona.
Tras abrir la caja de madera, había
unas cuantas hierbas envueltas en cuerda roja, de color negro y brillante, y a
simple vista, estaba claro que habían estado almacenadas durante muchos años en
buen estado.
—Oí mencionar a mi querido
funcionario Wen la última vez, que usted quería comprar unas cuantas dansha
negras adultas, para la decocción del anciano Wen para la congestión del
pecho —Chu Yuan dijo— justo ahora, el gobernante del
Reino de Awan trajo algunas como tributo, así que las traje como regalo de
presentación.
—Gracias por la recompensa, Su
Majestad —¿Cuándo había visto Wen Rumo esta
clase de ceremonia? No sabía ni dónde poner las manos y los pies.
—Son unas pequeñas cosas, ¿cómo
podría agradecerme? —Chu
Yuan sonrió— Si realmente hay que dar las
gracias, debería ser yo quien agradezca a los ancianos de la familia Wen por
haber criado a alguien como el noble Wen, un pilar del país para nuestro Gran
Chu.
—Su Majestad me halaga demasiado —dijo Wen Liunian, y luego, con un
suspiro de desdicha, pensó: «¿De qué sirve ser el pilar del país si nadie
viene a pedir mi mano?»
—¿Dónde está el gran jefe Zhao? —preguntó Chu Yuan— ¿Por qué tampoco se le ve por la casa?
«En teoría, en este momento, ¿no
debería estar siempre a su lado?»
Al mencionar este asunto, Wen Rumo y
la señora Wen se miraron de reojo, sintiéndose un poco nerviosos: no solo el
emperador ya lo sabía, de lo contrario, ¿Por qué de repente preguntaría al
llegar por Zhao Yue?
—Afuera —la voz de Wen Liunian era muy baja.
Mirando su expresión, Chu Yuan
comprendió al instante, así que preguntó:
—¿Puedes llamarle para que se reúna
con los dos ancianos de la familia Wen?
Wen Liunian, siendo tan inteligente,
naturalmente sabía que el Emperador le estaba preguntando si necesitaba ayuda,
pero tras pensarlo un momento, simplemente sacudió la cabeza:
—Él debe estar ocupado.
—Está bien —Chu Yuan sonrió, se levantó con Sixi— entonces no interrumpiré la reunión
familiar de los Wen.
—¿No se quedará un rato más, Su
Majestad? Esta noche en casa vamos a preparar sopa de pollo con brotes de bambú
agridulces —dijo Wen Liunian.
—Después de tanto tiempo sin verse,
los dos ancianos deben tener mucho que decirte, querido funcionario Wen —dijo Chu Yuan—. Yo, como forastero, no me
entrometeré.
Al ver que todos en la casa
salieron, Lu Zhui finalmente soltó un suspiro y saltó del alero. Justo al salir
del patio, los guardianes oscuros aparecieron de la nada, mirándolo
intensamente «¡rápido! ¡comparte con nosotros los detalles!»
Lu Zhui dio un paso atrás y les
preguntó:
—¿Dónde está el gran jefe Zhao?
—Estuvo esperando en la puerta todo
el tiempo, pero después de que llegó el Emperador Chu, fue temporalmente al
pequeño patio de al lado —el
guardia oscuro preguntó— ¿Cómo
estuvo todo adentro?
—No pasó mucho —Lu Zhui dijo— Lord Wen acaba de decir la mitad, cuando
el Emperador llegó a visitarlo, no pasó nada más.
«¡Decir la mitad es lo mismo que nada!
¡bah!» Los guardianes oscuros
pidieron encarecidamente escuchar los detalles.
Lu Zhui solo pudo decir de manera
general lo que había visto antes, realmente solo lo dijo de manera “general”,
de modo que los guardiane oscuros aún no habían tenido tiempo de procesar sus
emociones, y el segundo jefe Lu ya había dicho: “Eso es todo.”
Los guardiane oscuros se sorprendieron:
—¿Eso es todo?
—Sí, eso es todo lo que Lord Wen dijo
en general —dijo Lu Zhui.
Los guardianes oscuros se lamentaron
mucho, ni siquiera había la más básica de las narraciones, «¿acaso no hay un
mínimo de autocultivo en un narrador?»
Lu Zhui sacudió la cabeza en su
corazón y esquivó al grupo de guardianes oscuros para ir al siguiente patio
pequeño.
—¿Cómo va todo? —Zhao Yue estaba sentado contra la
valla del pasillo, sosteniendo la espada Jiyue en sus brazos.
—Ni bien, ni mal —Lu Zhui se sentó a su lado y contó a
grandes rasgos lo sucedido.
Zhao Yue sonrió.
—Me lo
suponía.
—¿Qué planeas hacer? —preguntó Lu Zhui.
—Como has dicho, ahora no está todo
mal —Zhao Yue dijo— Tiene sentido tener preocupaciones
al principio.
—Entonces tenemos que pensar en una
manera de hacerlo, cuanto antes se suavice la relación, mejor —Lu Zhui dijo— Incluso el Emperador ha traído un
regalo de bienvenida.
«Y como medio hijo de la familia
Wen, en realidad estabas con las manos vacías, por donde se mirase era poco
razonable. Sería extraño poder complacer a tu suegra si los modales más básicos
no están completos».
Zhao Yue frunció ligeramente el
ceño.
—Vamos —Lu Zhui se levantó—
Vamos a la calle.
—¿Vamos a la calle ahora? —Zhao Yue estaba un poco
desconcertado.
—Vamos a comprar algunos regalos, de
todos modos, ha pasado mucho tiempo y no creo que Lord Wen te venga a buscar —dijo Lu Zhui— aunque antes viniste de prisa y no
tuviste tiempo de prepararte, Wang Cheng no es como la Ciudad Cangmang,
mientras tengas dinero, seguro podrás comprar cosas que al anciano Wen y a la
Señora Wen les gusten.
«Al menos eso podría aumentar una buena
impresión».
También sonaba algo razonable así
que, Zhao Yue salió con él.
Recientemente, los enviados de
varios países han llegado en mayor número, y las calles se han vuelto cada vez
más animadas. La gente, sin nada que hacer, pasea por las calles, ya sea para
ampliar sus horizontes o, si tienen suerte, encontrarse con pequeños países
ricos que lanzan cosas al aire. Por ejemplo, el rey de Dandong de hace unos
días arrojó una gran cantidad de ginseng envuelto en papel aceitoso que, al
llevarlo de vuelta a casa, podías preparar un estofado de pollo muy fragante.
Instaba a comer hasta tres tazones de arroz.
—Mi Lord ¿quieres un poco de té? —Wuying preguntó.
Yun Duanhun asintió y llevó a Wufeng
con él, los tres entraron en la casa de té para descansar. Originalmente quería
buscar el paradero de Qingqiu, pero no sabían qué había pasado, pero todos sus informantes
dijeron que no lo habían visto, como si hubiera desaparecido de la noche a la
mañana. A pesar de haber movilizado todas sus fuerzas, aún no había rastro de
él.
—No es posible que ya no esté en Wang
Cheng, ¿verdad? —preguntó
Wuying.
Yun Duanhun negó con la cabeza:
—La otra parte no sabe que venimos,
su objetivo aún no se ha alcanzado, no tiene razón para irse.
«Se dice que Qingqiu casi no ha
dejado la isla en más de diez años, y esta vez finalmente ha tomado acción, lo
que indica que tiene grandes esperanzas y no se rendirá fácilmente hasta lograr
su objetivo».
Wuying asintió con la cabeza y
compartió un bocadillo con su hermano.
Y en la otra calle, Lu Zhui estaba
conversando con el dueño de la tienda de jade.
—El jefe Lu realmente es un hombre
que sabe lo que hace —el
dueño de la tienda de jade charló hasta que se emocionó, y dio un audaz
manotazo en la mesa—
En ese caso, le rebajaré al precio otro veinte por ciento.
—¿Cómo podría aceptar esto? —Lu Zhui, mientras se mostraba
cortés, extendió el dinero con temor de que, si se tardaba, el brazalete de
jade sería comprado por otra persona. «Este es un excelente jade verde con
puntos rojos, suave y pesado, difícil de encontrar, la señora Wen seguramente
lo apreciará».
—Aquí tiene —cuando el dueño envolvió el
brazalete de jade. Lu Zhui entregó la caja de madera a Zhao Yue y fue con él a
la siguiente tienda.
Era la primera vez en su vida que
Zhao Yue se tomaba tan en serio comprar algo, o la primera vez que se tomaba
tan en serio ver a Lu Zhui comprar algo.
—En la región de Jiangnan se produce
mucho té, así que no hace falta comprarlo —Lu
Zhui pasó por la tienda de té, luego por la de seda, y finalmente levantó la
vista hacia el letrero de la tercera tienda— esta
es buena.
Zhao Yue entró en la tienda con él.
—Mi Lord —Wuying lo vislumbró sin querer y al
instante susurró conmocionado—
Mire, es el joven maestro.
Yun Duanhun se congeló ante sus
palabras y giró la cabeza para seguir su línea de visión.
—Huele esto, ¿huele bien? —Lu Zhui abrió una caja de colorete y
se la acercó a la nariz.
Zhao Yue: “…”
—Ni que fuera un devorador de almas, ¡qué
demonios es esa expresión que tienes! —a
Lu Zhui le disgustó—
No hay dama a la que no le guste el colorete, si compras el color adecuado,
probablemente podrás comer sopa de pollo con brotes de bambú agridulces esta
noche.
Zhao Yue tuvo que olerlo, su cara se
puso rígida y dijo:
—Fragante.
—¿Y éste? —Lu Zhui abrió otra caja.
—También es fragante.
Lu Zhui preparó más bálsamo y se lo
frotó en las manos.
Zhao Yue sintió que debería bañarse
diez veces cuando volviera por la noche.
Wuying:
“…”
Wuying abrió la boca, mirando
atónito a las dos personas de abajo.
Por la apariencia, efectivamente es
igual a la imagen anterior, y la espada también es la misma, pero ¿por qué, a
plena luz del día, está de pie con otro hombre frente a la puerta de la tienda
de cosméticos comprando colorete? ¡En los relatos cortos claramente se dice que
es un hombre de gran carácter!
Wufeng es unos años mayor que
Wuying, y al hacer las cosas, también es mucho más silencioso y sereno. Pero al
ver esta escena extraña, también se sentía muy complicado.
«Parece que hay algo que no está del
todo bien.»
Y en este momento, el estado de
ánimo de Yun Duanhun, naturalmente, no era mejor. En el camino desde el Mar del
Este hasta Wang Cheng, había pensado en ello al menos decenas de veces. ¿Cómo
debería ser él ahora? Podría ser excepcional, podría ser mediocre, pero de
ninguna manera podría haber imaginado que tendría un pasatiempo tan peculiar.
—Señores, aquí tienen el Maojian que
pidieron —el sirviente con la tetera y las
tazas, y al ver que todos miraban hacia abajo, también se asomó un poco. Justo
en ese momento, Lu Zhui fue a pagar dentro y solo quedaba Zhao Yue en la
puerta, así que sonrió y dijo— ¿Están
mirando al joven caballero de abajo? Él es Zhao, el dueño del restaurante Shanhaiju
y suele venir a menudo a mi casa a tomar el té con Lord Wen.
—¿Lord Wen? —Wuying recordó instantáneamente el
incidente de la mañana cuando fue arrestado inexplicablemente en el yamen. Cuando
ese funcionario atolondrado estaba interrogando el caso, también mencionó a ese
tal “Lord Wen”.
—Permíteme preguntar, pequeño hermano,
¿cuántos señores Wen hay en esta ciudad? —preguntó
Yun Duanhun.
—¿Cuántos más? naturalmente, sólo uno
—el sirviente era muy charlatán, le
encantaba charlar con los clientes y normalmente solo recibía quejas del dueño
por ser ruidoso, así que aprovechó la oportunidad para hablar sin parar— Es un famoso talento de Jiangnan, a
los quince años obtuvo el tercer lugar en el examen imperial y desde entonces
ha estado trabajando como funcionario local. Acab de ser transferido de la
ciudad de Cangmang y también vino acompañado por Zhao Yue a Wang Cheng.
Wuying crispó las comisuras de su
boca, «¿realmente es así?».
—¿Por qué Lord Wen y el gran jefe
Zhao vinieron juntos? —Yun
Duanhun preguntó de nuevo.
Debido a que la Ciudad Cangmang y el
Mar del Este están separados por miles de millas, la transmisión de noticias no
es conveniente, por lo que todos los que han visto hasta ahora son los pequeños
libros de cuentos que han leídos todos, pero en su versión más antigua. Donde
había retratos del apuesto y extraordinario joven maestro Zhao estaba en el
hielo buscando carpas y ayudando a sus vecinos a cosechar trigo.
—¿No lo sabe? Vaya, realmente son forasteros.
Aunque el Lord Wen y Lord Zhao no han estado mucho tiempo en Wang Cheng, su
fama es extremadamente resonante, casi todas las familias saben de ellos —dijo el sirviente.
Wuying pensó para sus adentros: «Eso
no es cierto, estando delante de una tienda de cosméticos a plena luz del día y
untándose colorete, si yo fuera tú, lo sabría enseguida».
—¿Oh? —Yun Duanhun preguntó sin inmutarse— ¿Por qué es tan famoso?
—No es difícil de entender, el gran
jefe Zhao es un héroe, Lord Wen es talentoso, un héroe y un talento, son una
pareja perfecta —el
sirviente de la casa de té habló con entusiasmo.
—Debería ser héroe y belleza,
¿verdad? —Wuying realmente no pudo evitar
corregir.
—Lord Wen también puede considerarse como
una belleza, de piel clara, modesto y tiene una hermosa sonrisa —dijo el sirviente— vosotros tres bebed té despacio, yo
iré a atender a los otros clientes.
Wuying no pudo evitar volver a mirar
hacia abajo.
Lu Zhui ya había terminado de
comprar colorete y arrastró a Zhao Yue a una joyería cercana.
—Mi Lord —Wuying tenía una expresión complicada— Este Lord Wen, ¿no está del todo
bien de la cabeza?
Yun Duanhun estaba extrañamente en
silencio.
—Nosotros acabamos de llegar, muchas
cosas no las entendemos, solo podemos escuchar rumores de otros —Quizás pensando que Yun Duanhun
debería estar un poco asustado, Wufeng comenzó a consolarlo— Quizás el joven maestro Zhao realmente
sea tan admirable como se dice en las novelas, solo que este Lord Wen lo ha
llevado un poco... por el camino equivocado.
—¿Esta horquilla es bonita? —Lu Zhui cogió una horquilla de jade
de flor de melocotón.
—No está mal —respondió
Zhao Yue.
—Entonces cómprala de una vez —Lu Zhui volvió a mirarla al sol— Es bastante translúcida.
Yun Duanhun cerró los ojos para
tranquilizarse.
Wuying le miró con simpatía.
—¿Debería buscar una excusa para
tantear el terreno? —preguntó
Wufeng.
Yun Duanhun sacudió la cabeza.
—No hay prisa por este momento,
primero entendamos más la situación.
Wufeng asintió con la cabeza y le
sirvió otra taza de té
—No hay necesidad de preocuparse Mi
Lord, tal vez las cosas no son como las vemos.
—Sí, sí, al menos ahora el joven
maestro tiene una buena apariencia —también
dijo Wuying.
«Siempre es mejor que ser tosco y de
mala postura, con la cara llena de manchas de viruela y piernas arqueadas».
Yun Duanhun se levantó y bajó las
escaleras.
Wufeng también le siguió.
—¡Vosotros esperadme! —Wuying se metió apresuradamente
medio bocadillo en la boca y engulló una gran tetera antes de levantar las
piernas y perseguirles.
—Ya hemos comprado casi todo, vámonos
—Zhao Yue tenía ambas manos llenas de
cosas.
—Aunque no encontramos nada especialmente
raro, la sinceridad es suficiente —Lu
Zhui se mostró medianamente satisfecho—
Vamos, regresemos.
Zhao Yue asintió y salió de la
tienda con él.
—Mi Lord —susurró Wufeng— alguien los está siguiendo.
Yun Duanhun también se dio cuenta de
que alguien había estado mirando fijamente a Zhao Yue desde el puesto de
adivinación de la esquina de la calle, y al verlos salir a los dos, dejó la
plata de la cuenta y se levantó para seguirlos.
—Ve a echar un vistazo —dijo Yun Duanhun— no te muestres hasta que llegue el
momento de crisis.
—Entendido —sin dudar, Wuying tomó un tanghulu
de un puesto cercano y, mientras lo comía, corrió hacia adelante. Los aldeanos
que estaban alrededor se rieron al verlo, preguntándose de qué familia era ese
joven, que caminaba saltando de un lado a otro.
Wufeng negó con la cabeza, sacó su
bolsa de dinero para pagar por él y preguntó:
—¿Podría ser gente de Qingqiu?
—Mirando la postura de la otra
persona al caminar, es un poco parecido a la técnica de Qingqiu —dijo Yun Duanhun— si lo miramos así, él debería estar
todavía dentro de la ciudad.
—¿Podemos pensar en una forma de
recordarle al joven maestro Zhao que preste más atención? —Wufeng preguntó de nuevo— si realmente es la gente de
Qiangqiu, entonces no vienen con buenas intenciones, y no podemos estar siempre
presentes.
—Está bien —Yun Duanhun asintió— Vamos, primero caminemos un poco
por esta ciudad, a ver si podemos obtener más pistas.
«Y también preguntaremos a los
ciudadanos, ¿qué pasa con ese Lord Wen?»
—Venid todos y echad un vistazo, ¡echad
un vistazo! —el dueño de la
Casa de cosméticos seguía pregonando en la puerta— ¡Una marca centenaria en Wang Cheng, el colorete de Fu Yuxing,
colorete fragante y bueno, el colorete que le gusta incluso al gran jefe Zhao!
Wufeng: “…”
A Yun Dunhuan le dolía mucho la
cabeza.