TFGL 30

 

Capítulo 30: ¿Has venido a acompañar a Lord Wen a cenar?

Hermano de armas en Jianghu, Segundo Jefe Lu.

 

 

Al escuchar que alguien había entrado, Mu Qingshan, con los ojos cerrados, se preocupó aún más: “¡Apresúrate!”

 

‘¡Tenía mucha prisa y no puede esperar más!’

 

Los guardias oscuros inmediatamente se dieron la vuelta y desaparecieron, atrapando a Wen Liunian en el camino.

 

‘¡Este tipo de cosas no se pueden interrumpir!’

 

Cuando las piernas de Lord Wen perdieron el equilibrio, todo lo que tuvo que hacer fue colgarlas en el aire mientras suspiraba profundamente.

 

Desde que fue transferido de Yunlan, no lo habían arrastrado así en mucho tiempo.

 

‘Esto le hacía mucha falta.’

 

En el comedor, Shang Yunze se acercó y le sopló ligeramente en los ojos. “¿Mejor?”

 

"Sí", Mu Qingshan volvió a parpadear, tratando de abrir con cuidado los ojos, que estaban enrojecidos.

 

"Es solo polvo, ten paciencia, mejorará pronto", dijo Shang Yunze.

 

"¿Lord Wen estaba aquí?" preguntó Mu Qingshan. “Escuché una voz.”

 

Shang Yunze asintió.

 

Mu Qingshan continuó sentado y comiendo, con la esperanza de terminar rápidamente y encontrar a Lord Wen para preguntarle cuál era la situación ahora fuera de la ciudad.

 

El corazón de Shang Yunze tembló ligeramente: si no lo hubieran interrumpido, quién sabe, tal vez se habría atrevido a volverse insolente. Si lo besara, no tenía claro cómo reaccionaría este pequeño ratón de biblioteca, ¿se sonrojaría o se enojaría?

 

“¿Por qué sonríes?” Mu Qingshan agitó su mano frente a su cara.

 

"No es nada", sonrió Shang Yunze. "Me pregunto cuándo terminará esta batalla."

 

"No debería llevar mucho tiempo", dijo Mu Qingshan. “Todavía no hay hostilidades abiertas y, sin embargo, bastantes bandidos ya han capitulado. Para nosotros, la situación es generalmente favorable.”

 

“No se necesita mucho coraje para rendirse. Me temo que no es fácil tratar con los demás”, dijo Shang Yunze. “En otras palabras, las historias de Lord Wen no asustarán a estas personas, ciertamente también tienen algunos trucos ingeniosos.”

 

"Entonces también ganaremos", dijo Mu Qingshan con confianza.

 

Shang Yunze sonrió: “Mn, por supuesto que ganaremos.”

 

-------- °° --------

 

Debido al interrogatorio, Wen Liunian durmió profundamente toda la noche y durmió hasta la hora de la cena. Cuando despertó, echó hacia atrás las sábanas y se sentó, todavía sintiendo la niebla en su cabeza.

 

"Mi Lord", dijo Mu Qingshan. “El Gran Jefe Zhao ha llegado.”

 

“¿Zhao Yue?” Wen Liunian se sorprendió un poco cuando se puso los zapatos. “¿Por qué vino?”

 

"No sé, tal vez quiera luchar contra los bandidos", dijo Mu Qingshan. “Él y el Segundo Jefe Lu toman té en el estudio.”

 

Wen Liunian se puso su ropa informal, se lavó la cara rápidamente y fue al estudio del yamen.

 

Para evitar que otros lo supieran, Zhao Yue y Lu Zhui no salieron al patio delantero. En este estudio, Wen Liunian suele componer y pintar, por lo que es pequeña y un poco desordenada. Lu Zhui inmediatamente tomó la pintura y la elogió: "Verdaderamente digno del tercer lugar en los exámenes imperiales."

 

Zhao Yue lo miró y dijo: “Es oscuro como la boca de un lobo.”

 

Lu Zhui se quedó en silencio y renunció a la idea de continuar la conversación con él. Volviendo a las pinturas, las admiró cuidadosamente hoja por hoja.

 

Zhao Yue, por aburrimiento, sacó uno de los libros, lo hojeó e inmediatamente vio una línea de escritura pequeña: "En este momento, el joven maestro Zhao se concentró y gritó en voz alta, rasgó al hombre zorro..."

 

El Gran Jefe Zhao apretó los dientes y cerró el libro, guardándolo dentro de su túnica.

 

‘¿Por qué sigue escribiendo cada vez más temas?’

 

"Lo siento, este funcionario llegó tarde". Wen Liunian abrió la puerta del estudio y entró.

 

El invierno con sus severas heladas ya pasó, y ya no se pone una bolita de algodón caliente. Su atuendo blanco es modesto, pero refinado, aunque no está hecho de material valioso, pero aún le ajustaba bien y se ve limpio. Su piel es blanca, sus rasgos son elegantes y delicados, y sus ojos brillan a la luz de las velas, incluso se le puede llamar hermoso.

 

Zhao Yue simplemente no podía entender cómo este ratón de biblioteca, tan pronto como abría la boca y hablaba, ocho de cada diez veces se enojaba.

 

"Su Excelencia no necesita disculparse, fue una decisión improvisada sin notificación previa", dijo Lu Zhui. “Acabamos de escuchar lo que dijo el asesor, ¿ya atrapó a todas las pandillas?”

 

"No se puede decir que los atrapé, se rindieron voluntariamente", sonrió Wen Liunian.

 

"Mi Lord, también leí esas historias", se rio Lu Zhui. “Son muy expresivas.”

 

"No es nada, es sólo una artimaña", respondió afablemente Wen Liunian. “Si los demás no se dan por vencidos, entonces este funcionario escribirá algo más exagerado.”

 

Zhao Yue imaginó involuntariamente cómo escribe febrilmente a la luz de una lámpara, describiendo varias tramas para libros.

 

“……”

 

‘Todavía quiero vencerlo. Aunque los ratones de biblioteca no pueden ser vencidos, ¡al menos quiero tirar con fuerza de su oreja!’

 

“¿Por qué salieron de la Fortaleza Teng Yun?” Wen Liunian sirvió más té.

 

"En realidad no salimos por algo en específico", dijo Liu Zhui. “Decidimos visitarte y ver si podemos ayudarte de alguna manera.”

 

Wen Liunian hizo una pausa y luego dijo: "¿Bajaron por el clan Mu?"

 

Lu Zhui sonrió y volvió la cabeza para mirar a Zhao Yue: “He estado diciendo durante mucho tiempo, que tienes un corazón agudo, ¿cómo podría no haber adivinado el propósito de nuestra llegada?”

 

Zhao Yue echó la cabeza hacia atrás y bebió todo el té.

 

Wen Liunian dijo: “Está muy caliente.”

 

La cara de Zhao Yue se congeló. ‘Podrías haberlo dicho antes.’

 

Lu Zhui hizo todo lo posible por contener la risa.

 

"Mu Wanlei y Mu Wangxiong están alojados fuera de la ciudad, durante todo este tiempo no han hecho nada y se comportaron con bastante discreción", dijo Wen Liunian. “Y ni siquiera mencionaron al Gran Jefe Zhao ni al acantilado Chaomu.”

 

“¿Así que es así?” Zhao Yue lo miró.

 

“No tengo otras intensiones”, dijo Wen Liunian. “Solo te recuerdo que aún no han capturado a todos los bandidos, le pido al jefe Zhao que recuerde nuestro acuerdo.”

 

"No lo he olvidado", dijo Zhao Yue. “De lo contrario, habría matado a esos dos hermanos Mu fuera de la ciudad.”

 

Wen Liunian sonrió y le agregó más té. “Muchas gracias.”

 

Esta vez, Zhao Yue no bebió porque se quemó y también porque sus pensamientos estaban en un completo caos.

 

El enemigo estaba a unos pocos li de distancia, y no podía poner una almohada alta y dormir en paz. En la fortaleza de Teng Yun, la ansiedad lo atormentaba constantemente. Lu Zhui trató de calmarlo un par de veces, pero no tuvo éxito, por lo que lo condujo montaña abajo, diciendo que descansarían en la ciudad y al mismo tiempo se escabullirían en yamen.

 

Aunque Wen Liunian llevó a Zhao Yue a un estado de exasperación, Lu Zhui sintió que este Lord prefecto podía disipar su ansiedad.

 

"Iré a visitar al viejo Yang", Lu Zhui se puso de pie.

 

El viejo Yang era un espía del acantilado Chaomu en la ciudad. En invierno vendía caldo de cordero, y en verano empanadas doradas. Tenía muy buen negocio.

 

Wen Liunian preguntó: “Tráigame dos pasteles dulces en el camino de regreso.”

 

Lu Zhui dijo: “Está bien.”

 

Zhao Yue se levantó: “Yo también iré.”

 

"Debes quedarte en compañía de Lord Wen para que el clan Mu no se entere que estás aquí", Lu Zhui salió de la casa sin detenerse ni un segundo, e incluso aceleró deliberadamente sus pasos.

 

Zhao Yue: "……"

 

‘¿Por qué debería quedarme con este empollón?’

 

"El té está frío", Wen Liunian le entregó una taza. “Ahora puedes beberlo.”

 

Zhao Yue tomó la taza de té y los dos parecieron acalorarse un poco al tocarse las yemas de los dedos.

 

Wen Liunian tosió suavemente.

 

Zhao Yue frunció el ceño ligeramente y lo miró detenidamente durante un rato antes de extender su mano.

 

Wen Liunian retrocedió instintivamente.

 

Colocando una mano grande y fría en su frente, Zhao Yue dijo: “Tienes fiebre.”

 

Wen Liunian dijo: “Pensé que la Gran Jefe quería golpearme.”

 

Zhao Yue sintió el pecho apretado. ‘¿Él siquiera entiende de lo que está hablando?’

 

“Nada especial”, dijo Wen Liunian. “No dormí bien anoche, dormiré lo suficiente y todo estará bien.”

 

"Está claro que te resfriaste", Zhao Yue negó con la cabeza. "Ve a la cama, esperaré a Lu Zhui."

 

“Te haré compañía para tomar el té.” Insistió Lord Wen

 

“Te prometí que no atacaría ciegamente al clan Mu.

 

“Lo sé. Pero quiero tomar té”, después de una pausa, Wen Liunian agregó: “Me acabo de despertar y aún no he comido.”

 

Zhao Yue: "……"

 

El cocinero frió, hirvió, y pronto aparecieron platos en la mesa, aunque no muy ricos, pero había carne, verduras y sopa, suficiente para dos hombres.

 

Zhao Yue no tuvo más remedio que hacerle compañía en la cena.

 

A pesar del resfriado y la fiebre alta, el apetito de Wen Liunian sigue siendo bueno.

 

Después de un rato Zhao Yue dijo: “Oye, empollón.”

 

“¿Eh?” Wen Liunian sacaba cuidadosamente las espinas del pescado.

 

Zhao Yue frunció los labios: "¿Cómo puedes comer así?"

 

Wen Liunian: "……"

 

"Mirando tu cuerpo que es puñado de huesos, no puedo entender a dónde va toda la comida", dijo Zhao Yue con disgusto.

 

Wen Liunian respondió seriamente: “Cuando era niño, mi madre a menudo me elogiaba para que pudiera comer mucho.”

 

Zhao Yue se quería reír.

 

"Hay dos palabras principales en la vida de una persona: comida y bebida", continuó Wen Liunian mordiendo las costillas con gracia.

 

"¿Vas a quedarte en Cangmang para siempre?" Zhao Yue preguntó de nuevo.

 

“No sé.” Wen Liunian se limpió las manos. “Al menos hasta que los bandidos de las montañas sean completamente erradicados. Cuando la gente común viva en paz, seguiremos adelante.”

 

“¿Y luego serás trasladado a otro lugar donde se multiplican las pandillas?” preguntó Zhao Yue.

 

Wen Liunian negó con la cabeza: “No es algo que yo pueda decidir.”

 

“¿No te sientes ofendido?” preguntó Zhao Yue

 

Wen Liunian lo miró: “¿Por qué debería ofenderme?”

 

"Fuiste transferido de Yunlan a la ciudad de Cangmang, quién sabe a dónde te enviarán para destruir a los bandidos más tarde, tal vez te transfieran a un lugar aún más pobre", dijo Zhao Yue. “Cualquiera se ofendería.”

 

Wen Liunian pensó por un momento y dijo: “A lo sumo, me sentiría un poco reacio.”

 

"Empollón", Zhao Yue negó con la cabeza.

 

Wen Liunian hizo un puchero y siguió bebiendo su sopa.

 

Zhao Yue le hizo compañía hasta que terminó su comida.

 

Wen Liunian bostezó.

 

Zhao Yue volvió a probar la temperatura de su frente. Por suerte, no subió más, así que le arrojó una pastilla: “Tómala.”

 

“¿Qué es esto?” preguntó Wen Liunian.

 

Zhao Yue dijo: “Veneno”

 

Wen Liunian: “……”

 

“Hay mucha nieve en las montañas. Cuando hace frío, tienes que ir al estanque y romper el hielo para pescar. Puedes congelarte casi de inmediato”, dijo Zhao Yue. “Este medicamento ayuda al cuerpo a calentarse.”

 

Wen Liunian lo bebió con agua.

 

Zhao Yue dijo con calma: “Te engañé, realmente es veneno.”

 

Wen Liunian tomó una manta delgada y se envolvió en ella.

 

Zhao Yue: "……"

 

‘Después de todo, ¿por qué no quieres volver a tu habitación y dormir?’

 

Con las piernas cruzadas, Wen Liunian se sentó en el cojín y continuó charlando perezosamente con él.

 

Y luego, después de un tiempo, todavía no podía soportarlo y se durmió.

 

Zhao Yue abrió la puerta, pensando en llamar a Mu Qingshan para que llevara al prefecto a su habitación para descansar, pero afuera estaba tranquilo y en paz, ni siquiera la sombra de una persona. Temiendo que otras personas descubrieran su paradero, tuvo que cerrar la puerta y regresar, cargando al hombre y dejarlo en el mullido sofá.

 

El inconsciente Wen Liunian abrió los ojos y lo miró.

 

"Duerme", dijo Zhao Yue. "Buscaré a alguien para que te lleve a tu habitación."

 

Wen Liunian volvió a cerrar los ojos y muy pronto se quedó profundamente dormido, enterrando su grácil rostro, casi del tamaño de una palma, en la manta.

 

Zhao Yue no pudo evitar estirar la mano para comparar.

 

‘Come tanto en cada comida por nada.’