•※ Capítulo 7: ¿Quién es el asesino?
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Yue Zhihua
estaba consolando a Qi Ran, su rostro estaba pálido y parecía un vegetal, sus
rodillas estaban débiles y no dijo una palabra durante mucho tiempo. Parecía
realmente asustado.
Yun Yifeng
preguntó: "¿Dónde está el cuerpo ahora?"
“En la
leñera del patio trasero.” Jin Huan respondió: “Estaba cubierto de sangre, no
sé quién tenía un odio tan profundo contra él, hace algunos años, el culto
demoníaco hizo un desastre y sacrificó a una persona viva, pero no fue tan
trágico como esto.”
Al escucharle mencionar sobre ‘sacrificio’, Liu Xianxian no pudo evitar decir: “¿Será porque este
lugar trae la mala suerte? Ayer todavía estaba con el Maestro de la secta Feng
Yu, y le dije que siempre siento que hay algo malo, espeluznante y tenebroso.
Luego sucedió el incidente anoche.”
“No creo en fantasmas ni en dioses.” Jin Huan miró a
su alrededor: “¡Sólo creo que hay alguien detrás de todo este asunto!”
“Pero ¿quién es esa persona?” Liu Xianxian prosiguió,
“Las campanas de plata no sonaron en toda la noche, pero el pequeño sirviente
murió en condiciones extrañas, ¿podría ser que la formación no está funcionando
bien?”
“La he revisado antes de venir” Jin Huan hizo una
breve pausa antes de continuar: “Tanto la seda de la araña como las campanas
están intactas, la razón por la que no sonaron es porque nadie las tocó en
absoluto.”
Esto es casi una declaración clara de que el asesino
del sirviente de Qi Ran está aquí, Liu Xianxian observó al grupo de personas e
inconscientemente retrocedió en silencio dos pasos, alejándose de todos.
“Joven Guerrero Ji.” Jin Manlin de repente señaló a la
raíz de la pared y preguntó. “¿Qué es eso?”
Los demás miraron en su dirección y vieron un montón
de ropa de cama enrollada en el suelo, con tenues manchas de sangre.
La cara de Yue Zhihua cambió, “Esto…”
“Esto es el resultado de haber pisado carbón
accidentalmente y haberme hecho daño en el pie anoche cuando sufría los efectos
de veneno.” Yun Yifeng explicó: “El hermano Ji me vendó el pie y no descansó
hasta la mañana.” Seguía llevando los mismo zapatos blandos y ligeros que
cuando se fue a la cama, y sus pies estaban efectivamente vendados, por lo que no
parece que esté mintiendo. Sin embargo, acaba de ocurrir un incidente fatal en
el pabellón Baimei, este al final estaba enrollado en una colcha manchada de
sangre y quería tirarla. No importa cómo se mire, es demasiada coincidencia, e
incluso Liu Xianxian, que siempre lo molestaba a diario, también tenía una
mirada ligeramente dubitativa, como si no creyera en estas palabras.
La habitación volvió a quedar en silencio y el aire
era como una pesada seda manchada de agua, que envolvía la cabeza; frío,
sofocante y doblemente deprimente. Todo el mundo se miraba, intentando
encontrar un rastro de anormalidad en los ojos de los demás, pero fue en vano.
El hecho de que el asesino fuese cualquiera de ellos bastaba para hacer
palpitar hasta el corazón más tranquilo. Estaba claro que nadie había desenvainado
su espada primero, pero el débil sondo del golpeteo del arma en la alucinación
era como una fina aguja que perforaba con precisión los tímpanos.
A través de la ventana se podía observar las nubes
oscuras, anunciando que se avecinaba una tormenta.
El Pabellón Shang Xue, ya rodeado de miedo e intrigas,
se ha visto ahora envuelto en una capa adicional de sospecha y desconfianza.
Ji Yanran dijo: “Confiando en las habilidades
marciales del Maestro Yun, es tan fácil como una bofetada en la cara matar a un
mequetrefe desarmado ¿por qué iba hacerse daño a sí mismo?”
Jin Huan y Jin Manlin se miraron y estaban a punto de
decir algo cuando Qi Ran dijo con voz temblorosa: “Cheng sabía artes marciales,
sólo que no lo demostraba.”
Yue Zhihua se congeló, “¿Tu sirviente sabía artes
marciales?”
“Sí” Qi Ran dijo: “No sólo él sabía de artes de
marciales, sino que yo también. He sido físicamente débil desde que era un
niño, así que hace unos años mi madre sacó su dinero ahorrado y contrató un maestro
para viniera a casa y nos enseñara artes marciales sin que el resto de la
familia lo supiera. Para fortalecer nuestros cuerpos y si alguna vez estábamos
en peligro, pudiéramos protegernos, pero no pensamos que al final pasaría algo
así.”
Ji Yanran sólo sabía que Qi Ran tenía un profundo
secreto, pero no se había dado cuenta de que incluso ese pequeño sirviente
también practicaba artes marciales. Yun Yifeng se envolvió en su capa y dijo
pacientemente: “Aunque Ah Cheng haya practicado artes marciales, ¿cómo podría
ser mejor que yo? O dando un paso atrás, incluso si está a mi altura, ¿por qué
no se hizo heridas en la cabeza y en el cuerpo, sino que sólo se lastimó los
pies? ¿Qué clase de secta malvada es esta que le gusta quitarles los zapatos a
sus oponentes durante las peleas?”
Liu Xianxian se echó a reír. Después de reírse, sintió
que este asunto se trata de una vida humana y que su actitud era demasiado
frívola, por lo tanto, también ayudó al Maestro de la secta Feng Yu: “El Joven
Guerrero Ji y el Maestro Yun tienen un buen punto. Sin importar cuán buenas
eran las habilidades del sirviente de Qi, simplemente no era un oponente para
el maestro Yun. Por otro lado, si ese pequeño sirviente en realidad hirió al
Maestro Yun, cualquier persona normal limpiaría las manchas de sangre antes de
irse a la cama. Ni siquiera es una herida grave como para paralizarlo e impedir
que se levante. ¿Tiene algún sentido untar primero la sangre en una sábana y
luego enrollarla y tirarla?”
Era raro que hablara con calma, su voz era suave y
delicada, sonaba bastante agradable al oído y lo que decía también era cierto,
así que Jin Huan apretó los puños y dijo: “No hay que culpar al Maestro de la
secta Feng Yu, el hermano Qi también estaba asustado, y en un momento de
urgencia estaría imaginando cosas.”
“Está bien.” Yun Yifeng asintió, “Vamos, primero
llévame a ver el cadáver.”
Del cielo todavía caían de copos de nieve que le
hacían sentir frío cuando se metían en su cuello. Ji Yanran dio dos pasos y
sostuvo el paraguas para Yun Yifeng: “¿Estás realmente bien con el efecto del veneno
y tus heridas?”
“Habiendo sobrevivido durante tantos años, estoy
acostumbrado.” Yun Yifeng levantó la cabeza para mirar la fría superficie del
paraguas de ciruelo y añadió: “Pero, aun así, te agradezco hermano Ji, excepto
por el escaso esfuerzo de vendaje, todo lo demás está muy bien, y la capa
también es muy cálida.”
“Esta es la mejor clase de piel de marta plateada”
dijo Ji Yanran, “Si al Maestro Yun le gusta…”
Yun Yifeng le interrumpió: “Me gusta.”
Ji Yanran hizo una pausa: “Si te gusta, úsalo algunos días
más y devuélvemelo cuando nos separemos.”
Yun Yifeng frunció los labios: “¿Por qué no me la
regalas esta vez?”
Su Alteza Real el Príncipe Xiao se sentía triste por
el hecho de que había traído un total de cuatro capas con él en su viaje, así
que ¿cómo puede hacer frente a que sean regaladas una tras otra? Es bien sabido
que el Maestro de la secta Feng Yu es adinerado, así que ¿por qué tiene la
costumbre de acaparar la ropa de otras personas?
El patio trasero era poco frecuentado, y menos aún
después de la última vez que enterraron al leñador allí. Como nadie estaba
dispuesto a ir, la acumulación de la nieve era espesa. Las suelas de sus botas pisaban
sobre la nieve blanda, emitiendo constantemente sordos “crujidos”; la puerta de
madera se abría de un empujón con un ruido agudo y punzante para los oídos, el
viejo cobertizo de madera que estaba a punto de caerse y debajo de él, se
encontraba una cama improvisada con algunas tablas de la puerta y el cadáver
estaba cubierto con una tela blanca, por la que se filtraba vagamente la
sangre.
Jin Huan apartó a la persona que estaba a su lado:
“Señorita, será mejor que no vea, podría asustarse con sólo ver la sangre y tal
vez no pueda dormir por la noche.”
“¿De verdad no crees en fantasmas ni dioses?” preguntó
Liu Xianxian con inquietud. “He pasado mucho miedo estos dos últimos días.”
Jin Huan dijo: “No creo en ellos. Además, aunque haya
fantasmas y dioses, deberían seguir el principio de que el bien y el mal se
pagan, y no hay razón para matar indiscriminadamente a gente inocente. Si tú y
yo no hemos hecho nada malo, ¿por qué deberíamos tener miedo de que los
fantasmas llamen a la puerta en mitad de la noche?”
Liu Xianxian asintió con la cabeza: “Mn”
Yun Yifeng extendió la mano y levantó la tela blanca,
aunque estaba psicológicamente preparado, todavía se sorprendió al ver los
restos ensangrentados. Anteriormente en la secta Feng Yu, también había ayudado
a examinar una serie de cadáveres, pero incluso un cuerpo desmembrado por cinco
caballos se veía mucho mejor en comparación con este desdichado sirviente de la
familia Qi.
Ji Yanran se quedó mirando y especuló: “Tan cruel,
¿podría ser que realmente haya algún tipo de enemistad?”
Yun Yifeng dijo: “Él era sólo un sirviente, a lo sumo,
se peleaba con los otros sirvientes por las recompensas mensuales, así que ¿de dónde
podría nacer un odio tan grande? La herida fatal fue un corte en el cuello y la
mitad de su ropa está empapada en sangre. Si quisiera matar a alguien, esto
sería suficiente, realmente no había razón para arañar su cuerpo y su cara con
horribles marcas de sangre.”
La cara de Qi Ran se puso blanca mientras escuchaba:
“¿Entonces por qué lo hicieron?”
“Quiero preguntarle al hermano Qi, si alguna vez has
tenido problemas con otro Joven Maestro, de modo que la otra parte tuviera que azotar
a su sirviente con el fin de aliviar su ira”, Yun Yifeng preguntó. “Si no
puedes pensar en alguien, entonces este asesino está jugando una mala pasada, o
simplemente es un loco con gustos únicos, que disfruta con escenas tan
sangrientas y horribles.”
Liu Xianxian vaciló: “Pero…”
Ella sólo dijo una palabra, pero todo el mundo entendió
lo que significa, pero las campanas de la formación de seda de araña no se
activaron, es decir, es muy probable que este loco es una persona bien vestida
mezclada en el grupo.
Yun Yifeng volvió a cubrir el cadáver con la tela blanca
y simplemente dijo: “Volvamos primero al vestíbulo.”
La tía Yu les llevó té de jazmín caliente y también
escuchó la noticia de la muerte del sirviente de la familia Qi, pero Liu Xianxian
no le mencionó que fue atacado por algún ser maligno. Sólo dijo que en medio de
la noche accidentalmente se cayó, se lastimó la cabeza y quedó en coma por una
noche, pero que nunca despertó. Aunque era igual de lamentable, ya no daba
tanto miedo.
Jin Manlin sopló descuidadamente la espuma del té,
tomó un sorbo y se quemó la boca, se sentía muy ansioso y simplemente dejó el
cuenco de té nuevamente sobre la mesa: “¿Qué tal si primero hablamos de lo que
hicimos anoche?”
Jin Huan fue el primero en decir: “Anoche, después de
acompañar a mi padre a jugar al ajedrez, fui al Pabellón Linglong para charlar
con el hermano Yue y luego volví a mi habitación para descansar.”
Yue Zhihua coincidió: “Estuve charlando con el hermano
Jin hasta bien entrada la noche, y no salí de mi habitación desde entonces.”
Yun Yifeng preguntó: “¿De qué hablaban hasta altas
horas de la noche?”
Yue Zhihua dudó un momento, pero aun así contestó con
sinceridad: “Entre todos los presentes aquí, soy más cercano al hermano Jin,
así que quería averiguar qué estaba pasando con el tema de las bombas
enterradas y también cómo hacer para que confíen más en mí.”
“Ya veo.” Yun Yifeng entendió: “Entonces, puedes
decirnos ¿qué averiguaste?”
Yue Zhihua suspiró: “Si hubiese averiguado algo,
deberíamos haber ido a buscar al Maestro de la secta Feng Yu temprano por la
mañana, pero esta vez no hay nada claro, cuanto más hablamos, más confundidos estábamos.”
Sería mejor no hablar.
“Siempre duermo temprano.” Liu Xianxian continuó:
“Esta mañana, antes del amanecer, escuché a la tía Yu ir a la cocina a preparar
el desayuno, así que la seguí y aún estaba ayudando a cocer los bollos al vapor
cuando el Joven Maestro Jin vino a verme por el asunto del sirviente.”
Qi Ran dijo: “Al Igual que la señorita Liu, yo también
acostumbro a acostarme temprano y dormir profundamente, y no fue hasta esta
mañana que me despertó el sonido del viento.”
Yun Yifeng preguntó: “¿Fue entonces que encontró el
cadáver de su sirviente?”
Qi Ran asintió: “Normalmente, cuando abro los ojos,
debería venir a mí con la medicina preparada, pero esta vez no había ni rastro
de él. Pensé que tenía sueño o que se había resfriado, así que quise ir al lado
a echar un vistazo, pero el resultado fue que, en cuanto salí de la habitación,
lo vi tirado en el patio.” Al final de sus palabras, su voz volvió a
entrecortarse.
Liu Xianxian consoló: “Joven Maestro Qi, no estés tan
triste, entrégame las medicinas que necesites tomar, te ayudaré a prepararlas y
te las llevaré.”
Yun Yifeng dijo: “La señorita Liu es realmente una heroína
del Jianghu bondadosa y gentil.”
“Si fuera una heroína, habría descubierto el asesino
detrás de las escenas y llevado a todos por la montaña.” Liu Xianxian no estaba
dispuesta a aceptarlo. Agarró la empuñadura de su espada, continuó: “Usted y el
Joven Guerrero Ji estaban ocupados en el tratamiento de su lesión anoche, por
lo que había sido imposible ver quién era el asesino. Esto es bueno, suena como
si no tuvieran tiempo de salir. Si somos inocentes, quiere decir que este lugar
está embrujado.”
Yun Yifeng sacudió la cabeza: “Al igual que el hermano
Jin, yo tampoco creo en fantasmas ni dioses. El Pabellón Shangxue está lleno de
expertos, no importa quién esté causando problemas, la verdad siempre saldrá a
la luz al final, así que no te preocupes.”
Liu Xianxian seguía preocupada: “Es cierto, pero ¿Qué vamos
a hacer ahora?”
“Es difícil caminar por las montañas nevadas, ¿qué
otra cosa podemos hacer?” Yun Yifeng dijo: “Primero sálvate a ti misma, no
importa lo que hagas en el futuro, sé doblemente cuidadosa y recuerda no dar a
los villanos una oportunidad para aprovecharse.”
Lui Xianxian respondió: “De acuerdo, lo tendré en
cuenta.”
“Maestro de la secta Feng Yu.” Jin Huan recordó desde
un lado: “Aquí sospechamos unos de otros, pero está claro que aún vive un
experto en ese Pabellón Xi Nuan.”
“¿Mu Chengxue?” Yun Yifeng dejó el tazón de té sobre
la mesa, “Es comprensible que quiera matarnos a ti y a mí, pero ¿por qué
mataría a un pequeño sirviente?”
Jin Huan respondió: “Entonces, si este asunto tiene
que ver contigo, conmigo, el hermano Qi, el hermano Yue, además del Joven
Guerrero Ji y la señorita Liu, ¿por qué esta persona pondría sus manos encima
de un pequeño sirviente?”
Yun Yifeng pareció detenerse ante su pregunta y
reflexionó un momento antes de decir: “En ese caso, parece tener cierto
sentido. Sin embargo, si es cierto que Mu Chengxue lo hizo, ¿qué debemos hacer
ahora? ¿Encontrarlo para ajustar cuentas y hacerle pagar con sangre?”
“¡Ejem!” Ji Yanran se apresuró a decir: “Este asesino
es extremadamente cruel, si no tienes un cien por ciento de posibilidades de
ganar, no puedes actuar precipitadamente, e incluso si lo haces, no me
arrastres contigo. Después de todo, somos jóvenes, y todavía queremos vivir felizmente
unos años más.”
“El Joven Guerrero Ji no tiene que preocuparse, no
iremos ahora.” Jin Huan dijo: “Pero como dijo el Maestro Yun, siempre es
importante prestar más atención en el futuro, en resumen, antes de abandonar el
Pico Piao Miao, ninguno de nosotros puede tener más accidentes.”
Dijo esto sinceramente. Pero por muy sincero que fuera,
todavía permanecía una leve preocupación cuyo peso era como una hoja de sauce
cayendo en un estanque. Todos sabían en sus corazones que, si la impactante
explosión de la última vez fue una advertencia para no abandonar la montaña tan
fácilmente, entonces la brutal muerte del sirviente de Qi esta vez es otra señal
más cruel y escalofriante de la mente maestra detrás de la escena, ¡porque
significa que incluso si te quedas en el Pabellón Shangxue aun estas expuesto a
ser asesinado en cualquier momento!
Liu Xianxian no podía estarse quieta y finalmente no
pudo evitar preguntar: “¿Nos va a matar a todos?”
En cuanto pronunció estas palabras, el tazón de té que
Qi Ran tenía en la mano cayó al suelo, el crujido del tazón, aunado a las
pesadas nubes negras que se veían desde la ventana, aumentó el horror, e
incluso los dedos de Yun Yifeng temblaron ligeramente con él.
Ji Yanran lo vislumbró este ligero temblor por el
rabillo del ojo y pidió a la tía Yu que le cambiara el tazón por otro de té
tranquilizante tibio.
Jin Huan dijo: “Este es el asunto extraño y no hay
garantía de que haya algún secreto detrás de esto. Si confías en mí, ¿por qué
no te mudas con nosotros al Pabellón Guan Yue?”
“Habiendo sido amigos durante muchos años,
naturalmente confío en el hermano Jin.” Qi Ran, como si agarrara una pajita
salvavidas, se apresuró a decir: “Bien, entonces recogeré mis cosas y me
trasladaré por la tarde.”
Liu Xianxia frunció los labios y se quejó: “¿Y qué si
han sido amigos durante muchos años? Yue Mingwei también tenía la costumbre de
ser como buen tío para ustedes e igualmente fuimos engañados para venir a la
cima de esta montaña nevada y ser asesinados uno tras otro.”
Yue Zhihua: “……”
Tal vez debido a su agitación, la voz de Liu Xianxian
era inconscientemente aguda y sonaba un poco enfadada. Jin Huan no se preocupó
por esta tontería y sólo dijo: “He invitado al hermano Qi a quedarse en el
Pabellón Guan Yue, lucharé hasta la muerte para protegerlo. Ahora que la
situación es turbulenta, la señorita Liu puede sospechar de mí, pero el Hermano
Qi puede confiar en mí. Hasta que la verdad sea revelada, y esta situación sea
resuelta, todo sólo puede hacerse como uno desee.”
Yun Yifeng asintió: “Yo también estoy de acuerdo con
las palabras del Hermano Jin, la vida y la muerte tiene su propio destino, todo
es como debe ser.”
“¡Cómo pueden la vida y la muerte tener su propio
destino, no quiero morir en esta montaña nevada!” Liu Xianxian agarró la espada
de la mesa, “Cómo todo es un lío, no hablaré mas con ustedes, es irritante escucharlos.”
Tras decir esto, se echó la trenza hacia atrás y salió
corriendo, levantando la cortina con tanta fuerza que casi arranca todo el
marco de la puerta.
Sopló una brisa fría y Yun Yifeng suspiró: “Con ese
temperamento, me temo que no podrá casarse en el futuro.”
Jin Yanran el palmeó el hombro.
‘No te preocupes por este tipo de cosas.’
Esa tarde, Jin Huan ayudó a Qi Ran para llevar todo su
equipaje al Pabellón Guan Yue.
Una gran cerradura estaba colgando en la puerta del
Pabellón Liuxing. Liu Xianxian también encontró especialmente unas cuerdas
rojas y envolvió la cabeza de la cerradura capa tras capa. Dijo que en su viaje
anterior aprendió de su Shifu, que haciendo esto, todos los desastres podrían
ser eliminados y los espíritus malignos podrían ser encerradas en el patio,
dejándolos sin salida. Naturalmente, los hombres no creyeron esta historia fantasiosa,
pero nadie habló con sarcasmo. En lugar de eso, charlaron un rato con ella.
Después de todo, la situación era extraña, y lo más urgente era estabilizar los
corazones de las personas.
El cadáver estaba enterrado junto al leñador. Ya era
de noche, Yun Yifeng llevaba una lámpara en la mano, de pie bajo el
destartalado cobertizo de leña, dejando al descubierto los blancos y finos dedos
de su jaula de mangas, en el aire frío, cada vez parecía más una escultura de
jade congelada hasta la transparencia. La nieve estaba cayendo, y de vez en
cuando uno o dos cristales de hielo colgaban de sus largas pestañas y
permanecen inmóviles. Haciendo que su visión y el mundo se vuelvan borrosos.
Jin Yanran preguntó: “¿Qué tienes en mente?”
“Nada.” Yun Yifeng volvió en sí. “Sólo siento que, en sólo
unos días, hay dos cadáveres más en el Pabellón Shangxue, y no sé qué tipo de
problemas van a suceder en el futuro, y los demás están muy nerviosos.”
“Acabo de comprobarlo, el sirviente de la familia Qi
tenía muchas llagas de congelación en las piernas y las manos, y ese día estaba
intentando desesperadamente cubrirse las piernas con los pantalones, así que
también debería haber estado intentando tapar esto.” Ji Yanran dijo: “Pero
viendo lo que come y viste habitualmente, no parece que hiciera trabajos
serviles, como mucho estaría sirviendo al Joven Maestro Qi en su vida diaria,
no tiene sentido que tenga estas cicatrices.”
Yun Yifeng adivina: “¿Quieres decir que Qi Ran abusó
de él? ¿O simplemente que Qi Ran lo mató? ¿Cuál es el motivo?”
“Al menos entre ellos dos, debe haber uno escondiendo
un secreto.” Ji Yanran le quitó la lámpara: “Vámonos, hace demasiado frío, volvamos
al Pabellón Piao Piao.”
En el camino de regreso, iban silencio mientras
soplaban el viento y la nieve. Las flores y plantas del jardín hacía tiempo que
se habían marchitado y los estanques estaban cubiertos por una gruesa capa de
hielo, por lo que ya no había hojas de loto ni carpas koi meciéndose como en
verano. Todo estaba muerto, y ni siquiera medio centímetro del gran patio podía
encontrarse con vida. Yun Yifeng pensó: ‘Aunque tengamos suficiente comida y
no haya más asesinatos ni muertes en vano, sólo vivir en este lugar gris día
tras día, me temo que sería deprimente y asfixiante, incluso un poco loco y
estúpido.’
Ji Yanran lo tomó del brazo: “Ten cuidado con los
escalones.”
“De hecho, dejando a un lado los pequeños tropezones,
hay otra cosa que no he podido averiguar.” Yun Yifeng lo miró: “¿Qué es
exactamente lo que la persona detrás de escena quiere de Su Alteza Real? Si no
quiere su vida, ¿quiere si corazón? ¿o quiere su cooperación? ¿o algo así?”
Ji Yanran dijo: “¿Y si te digo que tampoco lo sé?”
Yun Yifeng no le creía, “No sé nada, a diferencia el
rumoreado Príncipe Xiao.”
Ji Yanran sonrió, “El Príncipe Xiao no nació
sabiéndolo todo y espiando en los corazones de los demás, esta vez realmente no
lo sé, por eso tengo que esperar.”
“Después de tanto hablar, mi destino es desafortunado.”
Yun Yifeng metió sus manos en la capa, “No alcancé la visión del mundo y la
planificación de Su Alteza, pero me quedé atrapado en las aguas turbulentas con
él.”
“¿Quién dice que eres desafortunado?” Ji Yanran lo
persuadió pacientemente: “Piénsalo, no sabes cuántas doncellas del noroeste te
envidian por tener el privilegio de comer, convivir y morir junto a este
Príncipe. Este destino no podría ser mejor.”
Yu Yifeng sintió una opresión en el pecho cuando
escuchó esto y pensó para sí mismo: ‘Por tu bien será mejor que guardes
silencio. Si dices una palabra más, me temo que no seré capaz de resistir el
deseo de golpearte.’
Los dos pasaron por el corredor, y se toparon por
casualidad con Yue Zhihua, que tenía prisa. La otra parte estaba pensando en algo
con la cabeza gacha, y de presente fue detenido por alguien cara a acara y se
quedó tan sorprendido que dio dos pasos atrás, y levantó la mano para
desenvainar su espada.
Yun Yifeng se apresuró a decir: “Soy yo.”
“Resulta que son el Maestro de la secta Feng Yu y el
Joven Guerrero Ji.” Después de ver claramente a las personas que tenía delante,
Yue Zhihua obviamente respiró aliviado. “Estaba conmocionado.”
Yun Yifeng preguntó: “Con esta oscuridad y el frío que
hace afuera, ¿a dónde se dirige el hermano Yue?”
“Acabo de salir del Pabellón Guan Yue.” Mencionando
este asunto, Yue Zhihua quiso suspirar de nuevo, “Como el sirviente del hermano
Qi perdió la vida en el Pico Piao Miao, como terrateniente, tengo que ir a ver
cómo está.”
Aunque este “terrateniente” en realidad sonaba embarazoso.
Por dentro y por fuera no era esa persona, pero ya que él llevaba el nombre
“Yue”, no tenía más remedio que dar la cara, ir a visitar a Qi Ran y
consolarlo.
“el hermano Yue no debería enfadarse demasiado, cómo
dice el refrán cuánto más limpio, más claro.” Yun Yifeng encontró un taburete
en el pasillo para protegerse del viento y preguntó: “Antes de subir a la
montaña, ¿el líder de la familia Yue se comportaba de forma anormal?”
“En realidad, no.” Yue Zhihua dijo amargamente: “Desde
el incidente de la explosión, he pensado en ello una y otra vez, pero de veras
que no mostró ningún cambio en su comportamiento. La forma en que el tío Yue me
trató en el pasado y la forma en que explicó las cosas el día antes de subir la
montaña, seguía siendo la misma.”
Yun Yifeng continuó: “¿Cuál es la relación entre la
familia Jin, la familia Qi y la Oficina de Escoltas de la familia Yue?”
“Todos son muy buenos.” Yue Zhihua respondió. La
familia Jin depende de la familia Yue para vivir, por lo que siempre son respetuosos.
La familia Qi también depende de la Oficina de Escoltas Yue cuando salen a
hacer negocios, para escoltar sus bienes cuando salen de sus tiendas. Este
grupo de personas son interdependientes y se apoyan mutuamente. No hay razón
para conspirar unos contra otros. Antes de que Yun Yifeng pudiera preguntar,
tomó la iniciativa de añadir que Qi Ran y su pequeño sirviente se llevaban bien,
al menos, cada vez que los veía, eran muy cercanos. Qi Ran es bondadoso, es fácil
hablar con él y por lo general, es muy generoso a la hora de recompensar a sus
sirvientes.
Yun Yifeng se acarició el mentón, “Eso es todo…”
“Por eso dije que todo esto es simplemente
inexplicable” dijo Yue Zhihua con una cara triste y de mala gana: “¿Podría ser
que lo hiciera otra persona y no tuviera nada que ver con mi tío?”
“También es posible.” Yun Yifeng dijo: “Así que el hermano
Yue no necesita estar demasiado cohibido y ansioso, es mejor regrese al
Pabellón Linglong.”
“Bien, entonces ustedes dos deberían también ir a descansar
temprano.” Yue Zhihua cerró su puño a modo de saludo, “Adiós.”
Yun Yifeng le observó marcharse y luego se frotó el codo:
“¿Qué te parece?”
Ji Yanran le recordó: “Tú eres el Maestro de la secta
Feng Yu.”
‘Estos asuntos tienen que ver con el Jianghu ¿no
debería ser yo el que pregunte al respecto?’
“La relación entre estas tres familias es así.” Yun
Yifeng le dirigió una mirada: “Como dependen unos de otros, no hay necesidad de
matarse, así que no importa quién muera esta vez, el objetivo final eres tú en
un ochenta por ciento, Príncipe Xiao.”
‘Y luego está el inocente yo que fue engatusado para
venir al noreste por la sangre de Ganoderma.’
Ji Yanran acarició el cabello de Yun Yifeng y dijo
descaradamente: “Regresemos, la tía Yu dijo que hay caldo de pollo.”
Por otro lado, Yue Zhihua estaba solo en el Pabellón
Linglong, pero no podía calmarse, simplemente caminaba por la habitación cual
hormiga en una sartén caliente. Después de asesinar al pequeño sirviente con
sus garras de acero la noche anterior, estaba tan inmerso en el placer de
controlar la vida de otras personas que no pudo desprenderse de él durante
mucho tiempo y sólo sentía que la sangre en la palma de su mano era muy cálida
y dulce. Pensó que pronto estaría esperando la siguiente misión, pero las
instrucciones prometidas no aparecieron en la mesa y no había nadie que pudiera
explicar quién era el responsable de la explosión en el camino de la montaña, ‘¿podría
ser que realmente mi tío está en las sombras? Entonces… ¿tiene alguna relación
con mi maestro? Si es relevante, ¿por qué no me lo dijo con anticipación? ¿no
sería más conveniente hacer las cosas de esta manera? Y si no es relevante,
¿por qué me envió aquí esta vez?’
Los montones de acontecimientos pasados fueron como
una inundación que abrió las compuertas, lavando su cerebro y provocando que le
doliera. Su corazón se agitó más. Empujó violentamente la ventana, queriendo
tomar una bocanada de aire frío, pero chocó inesperadamente con un par de
pupilas negras.
“¿Cómo has podido ser tú?” Miró sorprendido al otro
hombre.
El hombre iba envuelto en una extraña capa negra y
roja, con el sombrero cubriéndole la mayor parte del rostro, y su voz era tan
ronca como la tierra agrietada.
“Sígueme.”